Resultó multitudinaria la marcha, en reclamo contra las políticas económicas y sociales del gobierno nacional, convocada por el gremio de los choferes de camiones, un sector de la CGT, las dos centrales de la CTA y los movimientos sociales, con adhesión de pymes, cámaras de empresarios nacionales y agrupaciones de diferentes partidos políticos de la oposición. Tras el cierre la desconcentración fue en calma y sin conflictos.
Con absoluta calma, sin una gota de la presunta violencia que presagiaban medios nacionales cercanos a la actual administración, la marcha para reclamar contra las políticas económicas y sociales del gobierno, concluyó poco antes de las 16, con la desconcentración masiva de columnas entre las avenidas Belgrano e Independencia.
Tampoco resultó exacto caracterizar el reclamo como “el acto de Moyano” pues, más allá de los choferes de camiones, la gran cantidad de representaciones de diferentes sindicatos, partidos, agrupaciones y movimientos sociales, así como la gran cantidad de manifestantes, dio por tierra con ese prejuicio.

Formalmente adhirieron a la marcha las dos centrales de la CTA; gremios de la CGT y la Corriente Federal de esta confederación –aunque que no la entidad en sí-; movimientos sociales de la economía popular dentro de la CTEP y Barrios de Pie, y agrupaciones y filiales de partidos políticos de izquierda, del Justicialismo y del kirchnerismo.
De la región adhirieron los organismos y militantes de derechos humanos de la Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte, agrupaciones de diversos partidos de izquierda, peronistas y kirchneristas; empresarios pymes y cámaras que los reúnen, dentro de un colectivo más grande (ver notas anteriores).
El acto
El camionero, Hugo Moyano, cerró la lista de discursos poco antes de las 16; precedido por Hugo Yasky (CTA), Esteban Castro (CTEP), Pablo Micheli (CTA Autónoma), el bancario Sergio Palazzo (Corriente Federal) y Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), uno de los tres titulares de la CGT, que inició las alocuciones antes de las 15.

Schmid criticó las políticas que hicieron “perder el poder adquisitivo de trabajadores y jubilados, blanquear la deuda de evasores, bajar sueldos, prestaciones sociales y seguridad social, llenar las góndolas de productos importados, endeudar al país de manera inaudita y hacer a los ricos más ricos y a los pobres más pobres”.
Yasky evaluó que el acto, por la diversidad ideológica presente, vislumbraba la unidad de los trabajadores; destacó la adhesión de los empresarios Pyme; reivindicó la escuela pública y la lucha de los docentes y cargó fuerte contra el gobierno al afirmar: “si quieren buscar ladrones, les damos la dirección: Balcarce 50” (la Casa Rosada).
Moyano cerró las alocuciones. "Los que más queremos la pacificación del país somos los trabajadores; pero con salarios dignos, y un país donde los chicos coman dignamente" exhortó el camionero y descartó haber convocado a la marcha para tapar alguna denuncia y disparó: “si tuviera, tengo las suficientes pelotas para defenderme solo".
Luego volvió a exhortar: "Compañeros, preparémonos para cuando llegué el momento de expresar la voluntad democrática (…) Sepamos elegir. Los que se equivocaron reflexionen: Los gorilas no pueden estar más en la conducción del país porque nos quieren quitar la dignidad a los trabajadores y no lo podemos permitir".
GC