Víctor Bruzzoni*
Redactor especial

Existen casos particularmente sensibles. Donde las declaraciones de los sujetos denunciantes resultan preponderantes para la resolución del caso. La larga declaración testimonial de la segunda hija del matrimonio de Claudia Villafañe con Maradona va por este lado.
La declaración de Gianinna duró más de siete horas. Ella visitaba regularmente a su padre (lo vio por última vez el 18-11-2020 con su hijo Benjamín, dos días antes de la muerte del Diez). Su testimonio apuntó contra el equipo médico tratante. Y contra la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz.
Su decir judicial fue verosímil. Esto supone que el contenido de la declaración además de no tener contradicciones, o ser ilógico, absurdo o insólito, pudo corroborarse con otros datos obrantes en el proceso. Con aproximación jurídica se puede decir que el testimonio será clave para la causa.
Luego de presentar una prolongada y secreta grabación del Centro Médico, de más de una hora, sobre la internación domiciliaria de Diego, su segunda hija hija aseveró: “Mi papá no estaba bien, lo vi hinchado”. Y además observó: «Elegí creer que ellos, que seguían la salud de mi papá, nos daban la mejor propuesta».
«Con el diario del lunes, escuchando cómo Luque (el médico de cabecera de Maradona) se refería a mí y a mi hermana, siento que todo fue una obra de teatro para seguir teniendo a mi papá en un lugar oscuro, feo y solo». Para también aclarar «Considero que le impidieron a mi papá la atención médica debida, no puedo creer esto (que pasó)».
Preguntas y repreguntas. Solicitud de aclaraciones del Tribunal. Se suceden frente a hechos íntimos dolorosos que marcan el nivel de dependencia hacia los profesionales intervinientes y la virtualidad de las presuntas malas prácticas médicas que se suceden a diario. La testigo declaró cómo observaba lo que vio: un proceso en caída libre de su padre sin ningún profesional interviniente que -aparentemente- lo atendiera, advirtió.
El momento más álgido de la declaración fue el pedido de perdón, Se emocionó y siguió su relato entre lágrimas. ”Como lo dejaron solo y como lo manipularon, no me lo puedo sacar de la cabeza. Nadie se merece como lo dejaron solo, pero mi papá menos que nadie. Le pido perdón a mi hijo, a mi hermana y a mi mamá por cómo me sentí».
Y declaró además: «A mí me costó mucho salir adelante después de su muerte. Mucho tiempo le hablaba a mi papá y le decía que me iba a morir con él. Me quería ir con él. Me quería morir, no tenía más ganas de nada. Era muy difícil», dijo en un pasaje.
La declaración del psicólogo Diaz
Su testimonio previsto para la audiencia de esta semana fue postergado por cambios imprevistos en los roles de los integrantes del Tribunal. La decisión la comunicó su abogado el Dr. Diego Olmedo. La causa de la demora fue un debate interno de los abogados y fiscales que generó una solicitud de recusación judicial a uno de los integrantes del Tribunal Colegiado.
La recusación es aquella conducta procesal que se ejercita contra un juez que interviene en una causa judicial en garantía del debido proceso. El objeto es apartarlo, pero el código procesal determina causas, forma y oportunidad de interponerse. En este caso, se formula de manera oral y el Tribunal resuelve de inmediato.
Todo comenzó cuando los tres jueces que integran el Tribunal Oral N.º 3 de San Isidro ingresaron a la sala para dar comienzo a la nueva audiencia. Al hacerlo, los magistrados sorprendieron a los fiscales y letrados sentándose en lugares distintos a los que venían utilizando.
Maximiliano Savarino-que durante estos dos meses presidió y coordinó el juicio- se ubicó en la silla que venía ocupando la jueza Julieta Makintach en su rol de vocal; mientras que ella lo reemplazó y se sentó en el sillón principal del tribunal. Verónica Di Tomasso, por su parte, siguió en el lugar que venía utilizando.
Debido a falta de información, la situación desconcertó a los presentes y fue rápidamente explicada por Makintach, que tomó la palabra y dijo que, por común acuerdo, se decidió cambiar los roles del jurado: ella sería la encargada de dirigir el juicio, mientras que la jueza Di Tomasso pasaría a ser la presidenta oficial y el juez Savarino vocal.
Cabe aclarar, que el Tribunal resulta soberano en las decisiones internas de forma de actuar procesalmente aun en el caso, justificadamente, por la rotación anual de autoridades judiciales. Díaz era el psicólogo que estaba en contacto con (la psiquiatra) Cosachov. Experto en adicciones recomendó a Diego alcohol cero para el tratamiento. Comenzó a atender meses antes de la muerte del Diez y fue recomendado por los Dres Luque y Cosachov.












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