La empresa de indumentaria se presentó en concurso de acreedores a fines de 2018 y desde entonces paga en cuotas los sueldos, pero no respeta las fechas pactadas de pago, y tampoco actualiza los sueldos. El problema es en plantas y locales de la zona norte, donde nació, y en el interior del país también. La excusa ahora es la pandemia de COVID-19, pero es conocido que tiene un amplio circuito de comercio electrónico. La CGT Zona Norte acompañó a dirigentes y trabajadores del sindicato de textiles SETIA, de San Isidro (Boulogne) y Vicente López, para reclamar el pago de sueldos y aguinaldos atrasados.

La CGT Zona Norte, que conduce el ferroviario, Ricardo Lovaglio, estuvo en la planta que Legacy tiene en Tortuguitas (Malvinas Argentinas) con trabajadores y dirigentes de las seccionales Boulogne y Vicente López del sindicato textil SETIA -Fernando Ruarte es hombre fuerte de SETIA en zona norte y secretario adjunto de la CGT regional- . El reclamo es concreto: que Legacy pague sueldos y aguinaldo atrasados, y lo haga en fecha.
En el portal de empleos Indeed (ar.indeed.com) uno de los más importantes del mundo, un cibernauta escribe sobre Legacy: «no se paga a fecha y se divide el sueldo en muchas semanas»; otro: «Muy buena experiencia laboral, no rendía el sueldo bajo». Por junio de 2018 la noticia salió en todos los medios empresarios o en las secciones de los diarios, Legacy, y otras varias marcas de indumentaria, entraban en convocatoria de acreedores.
Legacy es una empresa de ropa de vestir para hombres y mujeres, que incluye accesorios y outlet. Se ocupa en el diseño, confección y venta de su línea. Actualmente se mueve como pez en el agua en la venta electrónica, con tarjetas, otros medios de pago electrónico, cuotas, envíos, y está adherida a la cámara de Comercio Electrónico CACE. Nació en la zona norte, como indica su razón social, Corporación Río Lujan SA, en los años ´70.

Esa presencia virtual, dicen trabajadores que conocen el paño, más allá de que el rubro fue uno de los más golpeados en el anterior gobierno, donde todos lo fueron, y antes también, genera que la crisis por la pandemia de coronavirus suene más a excusa, por aquello de «hazte la fama y échate a dormir», que a razón válida para que siga en esa ruta de atrasos en los pagos de salarios desajustados y cómodas cuotas en fechas inciertas.
Gustavo Camps
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