Israel como se suponía, no dejó llegar la ayuda humanitaria a Gaza. El genocidio de ese país contra Palestina ya no se puede tapar, en el mundo, con declaraciones extemporáneas. De América Latina participaban en la Flotilla Sumud (resiliencia) activistas de la Argentina, Brasil, Colombia, México y Uruguay, señala el corresponsal de IPS. Con criterio el presidente de Colombia, Gustavo Petro, expulsó a diplomáticos israelíes de su país por los hechos. En un triste papel su par argentino, Javier Milei –aliado del genocida, Benjamín Netanyahu- hace mutis por el foro. Cómplice, y ajeno al destino de sus compatriotas.
(Enlace a nota en IPS: click)
(Por corresponsal de IPS) Londres. La interceptación efectuada por Israel la noche del miércoles 1 y la mañana del jueves 2 de la internacional Global Sumud Flotilla, que llevaba ayuda a la Franja de Gaza, “ilustra su determinación de seguir matando deliberadamente de hambre a la población palestina”, denunció la organización Amnistía Internacional (AI).
En una declaración, Agnès Callamard, secretaria general del organismo de derechos humanos, evaluó que “la interceptación forzosa. Y la detención de su tripulación frente a la costa de Gaza. Es un ataque descarado contra los y las activistas que llevaban a cabo una misión humanitaria totalmente pacífica”.
“Al seguir bloqueando una ayuda vital para una población contra la que comete un genocidio, entre otros medios con la hambruna, Israel demuestra, una vez más, su total desprecio por las órdenes legalmente vinculantes de la Corte Internacional de Justicia. Y a sus propias obligaciones como potencia ocupante”, afirmó Callamard.
La fuerza naval de Israel bloqueó, con su fuerza naval, las 47 embarcaciones con cerca de 500 activistas de más de 40 nacionalidades. cuando se acercaban a las costas de Gaza. Llevó detenidas a las tripulaciones al puerto israelí de Ashdod. Y se espera su expulsión en cuestión de horas o días hacia España e Italia.
“La tripulación de las embarcaciones interceptadas debe ser puesta en libertad inmediata e incondicionalmente. Su detención es ilegal (…)”
De América Latina participaban en la flotilla Sumud (resiliencia) activistas de la Argentina (hay al menos cuatro detenidos argentinos) Brasil, Colombia, México y Uruguay. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, expulsó a todos los diplomáticos israelíes de su país. Lo hizo en represalia por la detención de dos colombianas en una de las naves.
Callamard recordó que la captura de la flotilla “se produce después de semanas de amenazas y de incitación por las autoridades israelíes contra la flotilla y sus participantes, y tras varios intentos de sabotear algunas de sus embarcaciones”.
“La tripulación de las embarcaciones interceptadas debe ser puesta en libertad inmediata e incondicionalmente. Su detención es ilegal e Israel debe responder plenamente de su seguridad y garantizar que es protegida de cualquier forma de malos tratos hasta su liberación”, demandó la responsable de la organización AI.
Consideró, además, la interceptación como “un intento descarado de demonizar iniciativas de solidaridad pacíficas que tratan de poner fin al genocidio israelí y el cruel bloqueo que Israel impone a Gaza desde 2007 y que ha endurecido significativamente desde octubre de 2023”. (AI, en su momento también denunció crímenes de la dictadura en la Argentina).
En octubre de 2023 estalló el actual conflicto en Gaza, una vez que la milicia islamista Hamas atacó el sur de Israel. Entonces, murieron más de 1100 personas y 250 fueron tomadas como rehenes. (Se sabe que el primer ministro Israelí, Benjamín Netanyahu se apoya es ese hecho para lograr su fin de exterminar a Palestina).
“Callamard insistió en que “se acabó el tiempo de la mera condena.”
La ofensiva militar con la que replicó Israel en dos años ha causado al menos 66 000 muertes, cerca de 170 000 heridos, obligado a huir de sus hogares a la gran mayoría de la población gazatí, y se han destruido más de 90 % de las viviendas e instalaciones de servicios.
A ello se sumó un bloqueo de la ayuda humanitaria internacional que, entre otros padecimientos, ha causado la muerte por inanición de más de 400 personas, entre ellas decenas de niños, hacia lo que buscó llamar la atención la flotilla llevando alimentos e insumos médicos y de higiene.
Para AI, el hecho de que la flotilla, independiente de los gobiernos, se haya hecho a la mar “es una acusación clara del persistente fracaso de la comunidad internacional para acabar con el genocidio que está cometiendo Israel”. Y para “garantizar la entrada sin trabas de ayuda humanitaria para la población palestina de la Franja de Gaza”.
Callamard insistió en que “se acabó el tiempo de la mera condena. Los Estados de todo el mundo deben actuar ya. Y dejar claro ya que no seguirán tolerando la hambruna sistemática a la que Israel está sometiendo a la población palestina de Gaza. Ni sus ataques contra iniciativas humanitarias civiles desarmadas”.
“el reconocimiento de Palestina debe ir acompañado de
acciones para salvar vidas (…)”
También la coalición internacional contra la pobreza Oxfam, junto a otras 20 organizaciones humanitarias civiles y religiosas, publicó una declaración. Y en ella asentó que el reconocimiento de Palestina como Estado, por cerca de 150 gobiernos, debe traducirse en acciones que salven vidas y derechos de los palestinos.
“En las pocas semanas transcurridas desde que varios países adicionales -principalmente de Europa, más Australia y Canadá- reconocieron al Estado de Palestina, cientos de personas han sido asesinadas y más de 1500 han resultado heridas por fuego israelí en el territorio palestino ocupado”, dice la declaración de Oxfam.
Afirma, asimismo, que “el reconocimiento de Palestina debe ir acompañado de acciones para salvar vidas, los Estados deben detener los crímenes de Israel y garantizar la autodeterminación del pueblo palestino”. Exige por ello “un alto el fuego inmediato y permanente en Gaza, el fin de la ocupación ilegal israelí”.
También exige “acceso y protección humanitarios sin restricciones y coordinados por las Naciones Unidas”. Y, además, “que el pueblo palestino pueda gestionar sus propios procesos de (re)construcción, conforme a su inalienable derecho a la autodeterminación”.
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