El abogado Prado transita sus 9 décadas con gran compromiso social y político en el Vicente López donde pasó tantos años de su vida. Pero eso no lo distrae de pasar momentos con su familia y disfrutar del arte y el tiempo libre en su barrio. En esta nota comparte sus salidas del fin de semana, en el teatro de su barrio, El Faro, y con su nieto músico, como él, que también lo es, además.
Por Juan José Prado*

Anoche (por el sábado 26) me deleité con la obra teatral «La penúltima oportunidad», de Rafael Bruza. Estuvieron en el escenario, actuaron, dos buenas actrices: Giuliana Regazzoni y Katherine Feitt. Con la dirección de Sergio Bermejo, un director de teatro que está enfrentando la política de destrucción de la cultura por parte de Javier Milei.
Leía sobre Bruza, el autor, que formó parte, además, del Instituto Nacional de Teatro. Un organismo clave, para el teatro popular, que el actual presidente también intenta destruir. Arte y cultura, universidades, médicos de excelencia como los del Garrahan. Está bien claro quienes son los enemigos para el Presidente. Pero no me quiero extender en esto.
Noches pasadas el director Bermejo estuvo en una entrevista en el programa que conduce Gustavo Gato Silvestre por C5N. Este director es de la zona y encargado desde hace años en impulsar el teatro formando actores en especial la zona de Carapachay. Una obra del género negro, que descubre miserias humanas como la competencia, la envidia, los celos.
El marco social que refleja remite a aspectos de nuestras costumbres vernáculas. Es una obra bien trabajada que ya ha recorrido el país, según informaron. Lo hicieron con éxito, por ejemplo en el Teatro El Piccolino, de la CABA. Como el que recogieron este sábado en el teatro del Centro Cultural y Social El Faro, de Vicente López, en mi barrio.
Después, el domingo, estuve presente en el concierto de mi nieto Juan Sebastián. Tuve la satisfacción de aplaudir a este intérprete, alumno destacado del Conservatorio Juan José Castro, también de nuestra región. Pero esta presentación, y sobre cómo compartimos la música con él –el que escribe, con violín- lo voy a relatar en otra oportunidad.
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