Opinión, Política, Por Víctor Bruzzoni, Sociedad

Pensamientos punzantes de una filósofa española

Victoria Camps Cervera (84,

Victoria Camps Cervera (84) (Foto La vida color de rosa)

Por Víctor Bruzzoni*
Redactor especial

Se trata de una influyente intelectual de este siglo, especialmente en la política española contemporánea. Victoria Camps Cervera (84), barcelonesa, kantiana, catedrática emérita de filosofía moral. Su vida ha transcurrido entre la docencia, la reflexión académica, la participación política y la intervención pública.

Es en la presentación de su ensayo “La sociedad de la desconfianza”, (Edit. Arpa,2025), en  el programa “El Faro” de la cadena SER, la periodista Mara Torres la entrevista. Y se hace público en el medio ibérico “El Confidencial”. Reflexiona sobre la libertad actual, impregnada de consumo y capitalismo, tanto como de las graves consecuencias que trajo.

Camps Cervera hace hincapié, esencialmente, en que “tenemos una concepción de la libertad muy individualista. Es egoísta. Y no va acompañada de un sentido de la responsabilidad”. “El “yo quiero” ha sustituido al “qué debo hacer”, dice. Anuncia lo que rumea en nuestros corazones que transitan una democracia cansada.

Ese cansancio que generan discursos prometedores en precarios gobiernos, algo habitual. Prima la bronca, la controversia, el espectáculo. Se incentiva el contenido de las redes sociales, y se dejan de lado los medios tradicionales de la prensa escrita y audiovisual, dice. La democracia se resume en un simple escenario de intereses en conflicto.

El valor de lo colectivo

También señala que en ese maremágnum se olvidan las personas comunes y sus necesidades. Su pensar, en cambio, es reconocer la vulnerabilidad de los demás, que vayan más allá de los intereses propios y atenderlos. “Se ha dejado de creer en el valor de lo colectivo. No se dan noticias de cosas que podrían interesar más”, señala.

“Parece que la política -observa- es lo más importante y, lo que no es política, se politiza enseguida, en cuanto se convierte en noticia», afirma. Y sobre los políticos señala “la polarización entre ellos, que no quieren acordar nada. Solo quieren pelearse”.

Con pensamientos directos, simples, coherentes, demoledores sobre la realidad actual, propone un equilibrio entre lo universal y lo particular. Destierra el fundamentalismo radical, Propone también profundizar la educación cívica y emocional.

Nos deja indagando sobre cómo queremos convivir y qué valores queremos compartir para construir una sociedad más justa, humana y democrática. Sus obras: La imaginación ética (1983), Ética, retórica, política (1988), La democracia nos salva (1990), Virtudes públicas (1990), Historia de la ética (1989-1992), entre otras.

*Abogado. Ex juez del fuero laboral

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