Opinión, Política, Por Juan José Prado, Senado nacional

Por qué Milei ataca la Vicepresidencia de la Nación

Villarruel y Milei (Foto ilustrativa, Senado nacional)

Villarruel y Milei (Foto ilustrativa, Senado nacional)

Se conoce el distanciamiento entre el presidente Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel. En esta columna Prado observa que no se trata de algo solamente personal. Sin el peso político de otras y otros vicepresidentes, en la historia del país, Villarruel forma parte de otro poder del Estado que no se alinea automáticamente con el gobierno nacional, y eso incomoda al Presidente.

Por Juan José Prado*

Juristas de fuste se han ocupado de tratar y desarrollar, desde perpectivas jurídico políticas, la relevancia y los alcances institucionales de la vicepresidencia de la Nación, sus funciones y demás yerbas. Ellos les darán las respuestas doctrinarias y científicas al respecto. No es el caso de este comentario.

En esta columna la intención es ocuparnos de las recientes declaraciones del actual presidente, Javier Milei, sobre su vicepresidenta en ejercicio. La persona que lo acompañó en la fórmula electoral. Descubrir sus intenciones políticas. La Constitución Nacional prescribe las funciones de la vicepresidencia.

El o la vicepresidenta preside el Senado nacional, conforme se desprende del art.57 de la CN. También se dispone que no tendrá voto sino en el caso que haya empate de la votación. El artículo 88 establece que puede sustituir al presidente de la Nación en caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución.

No se debe confundir a la opinión pública, entonces, las funciones de la vicepresidencia están previstas en la Constitución Nacional, no las confiere otro funcionario, el presidente, por caso. Entonces, el o la vicepresidenta no conforma el Poder Ejecutivo, sino que tiene funciones que da la CN, dentro de él.   

“El o la vicepresidenta no tienen obligación de concurrir a las reuniones de Gabinete
ni vincularse con el Poder Ejecutivo”

El o la vicepresidenta no tienen obligación de concurrir a las reuniones de Gabinete ni vincularse con el Poder Ejecutivo. No debe “manejar la lapicera”. Cumple su función legislativa específicamente. Los y las vicepresidentas, entonces, no comprometen sus funciones con el quehacer del Poder Ejecutivo.

Las decisiones del Poder Ejecutivo no son incumbencia de la vicepresidencia. Nuestra reciente historia -que pareciera, se repite y se repite- muestra los cortocircuitos entre presidentes como Frondizi, De la Rúa y A. Fernádez, con sus vice  Gomez , Chacho Álvarez, y que decir, Cristina Fernández de Kirchner.

De hecho, cuando la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, aceptó el cargo vicepresidencial, todos al unisono nos preguntábamos si se limitaría a tocar la campanilla como Presidenta del Senado. Esto por su peso político indudable, y porque en definitiva, ella eligió a su compañero de fórmula, y no a revés.

También hay que recordar que Chacho Álvarez, por su peso político, al renunciar a la vicepresidencia aportó a la caída del presidente De la Rúa (el mandatario que se tuvo que ir en helicóptero de la Rosada). Imaginemos si Cristina también hubiera renunciado por sus discrepancias (que verbalizaba en actos y redes).

“`No tiene injerencia en la toma de decisiones`.
Es una verdad de Perogrullo”

Actualmente el presidente Milei ha dicho sobre su vicepresidenta: «No tiene injerencia en la toma de decisiones”. Es una verdad de Perogrullo, como tantos de su comentarios twitteros.  Más teniendo en cuenta que Victoria Villarruel no tiene la envergadura política, que tuvieron en su cargo Chacho Álvarez, y desde ya, Cristina.

El comentario de marras, entonces, más se asemeja al de alguien que, en su delirio persecutorio, pretende ver un enemigo detrás de cualquiera que tiene una opinión distinta a la propia. Pero, además, tiene una finalidad política clara: denostar al Congreso, donde las discrepancias están siempre a flor de piel.

En esta columna estamos en las antípodas ideológicas de la vicepresidenta Victoria Villarruel. Es evidente. Pero Milei la combate porque no le da la razón por definición,  y está en una institución que tampoco le da la derecha sin pestañear. Milei tiene que ceder y pagar para lograr votos favorables en el Congreso .

No le alcanzan para obtener votos en el Congreso las fotos con poderosos, los insultos o los autoelogios. Milei también ha dicho que Villarruel forma parte de “la casta”. Y a esta altura se sabe que “la casta” para Milei son los jubilados, los universitarios, las mujeres, los trabajadores, la cultura; y cualquiera con libertad para pensar distinto.

*Abogado. Ex presidente de la Asociación de Abogados de Buenos Aires AABA. Miembro de la Mesa Directiva de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos). Gran Maestro de la UBA.      

Dejar una respuesta