Por Víctor Bruzzoni*
Es Ernesto García Maañón. La secretaria letrada de la alzada, lo denunció ante el Superior Tribunal Provincial, el que de inmediato formó un “jury de enjuiciamiento”. Tanto la denuncia, como la decisión de renunciar del camarista fue tema de medios nacionales y regionales, tras una publicación del diario La Nación. La aceptación de la renuncia de García Maañón –igual que en el caso de Julieta Makintach, por la causa Maradona- deberá decidirla el gobernador provincial.
Renunció el Presidente de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de San Isidro Ernesto García Maañón. La renuncia tuvo lugar luego de que una secretaria letrada de la alzada lo acusara por “acoso sexual y abuso de autoridad, hostigamiento laboral y degradación institucional”.
La funcionaria denunciante, una profesional de larga trayectoria judicial, tenía funciones en la Presidencia del cuerpo. Y llevó a cabo la denuncia ante el Superior Tribunal Provincial, el que de inmediato formó un “jury de enjuiciamiento”. García Maañón, de 76 años, también es conocido por su intervención en causas de relevancia.
Los hechos que se investigarán
El juez denunciado, según trascendió, le sugirió en una de tantas conversaciones en el marco de la relación de trabajo: “La noche es deseo, pasión, la aventura”. Siguieron propuestas de índole personal. Como encuentros en su casa o cenas “de trabajo” durante los fines de semana. Que la mujer afectada respondió y rechazó cortésmente.
La denuncia -revelada por el diario La Nación-, precisó que la relación laboral entre el camarista y la denunciante comenzó a degradarse en febrero de 2025, poco antes de que el camarista volviera a asumir la titularidad rotativa del tribunal. También trascendió que la decisión de denuncia de la funcionaria surgió tras una actitud beligerante de G. Maañon.
En concreto un mensaje que García Maañón envió en un grupo institucional de WhatsApp. Allí, frente a todos los integrantes de la Cámara, sugirió que ella había cometido errores durante su gestión anterior. El trato, entonces, se tornó cada vez más incómodo, persistente y con contenido sexualizado, expresó en su presentación la denunciante.
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