La Biblioteca Sauce, en el barrio homónimo de Beccar, fue sede del debate de precandidatos a las EPAOS que organizó la ONG Debate San Isidro. El possismo, el Frente 1País y la lista de Unidad Ciudadana que encabeza, Federico Gelay, faltaron a la cita. El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) transmitió por Youtube el desarrollo; además de este espacio concurrieron a debatir sus propuestas las dos listas justicialistas, de Cumplir; la lista 503 2 de Unidad Ciudadana; el vecinalista Convocación por San Isidro; y Vamos-Patria Grande.
Por tercera vez, en los últimos cuatro años, Debate San Isidro reunió a los candidatos (a los que se animaron) de las distintas fuerzas políticas del distrito, para dar a conocer y debatir sus propuestas, antes de las elecciones. Esta vez fueron los precandidatos al Deliberativo que este domingo competirán en las EPAOS.
Fueron Manuel Abella, de Convocación por San Isidro (vecinalista); Marcos del Pino, de Vamos-Patria Grande; Fernanda Miño, de la lista 503 2 de Unidad Ciudadana; Walter Sánchez del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT); Leandro Martín, de la lista 506 2 del justicialismo (Cumplir); y Marcelo Kaspar, de la lista 506 32 del mismo espacio.
No estuvieron el possismo que en estas elecciones va con lista oficialista de Cambiemos, encabezada por el concejal, Andrés Rolón; la precandidata de Frente 1País, la concejala Marcela Durrieu; y el precandidato de la lista 503 31 de Unidad Ciudadana, Federico Gelay, que se bajó poco antes del inicio del debate.
La cita fue en la Biblioteca Sauce, en el barrio homónimo de Beccar. Los temas -salud, presupuesto y educación- surgieron de una consulta que los referentes de Debate San Isidro (el periodista, Mariano Espina (25), y el economista, Francisco Romanelli (25)) hicieron en el Facebook (Debate San Isidro) de la ONG.
Los precandidatos dispusieron de un lapso para presentación personal. Luego pasaron a los temas. Tuvieron a la vista el cronómetro de un celular que anunciaba con una alarma el fin del tiempo estipulado: 2 minutos. El FIT transmitió por Youtube el desarrollo. El público debía escuchar sin exteriorizar aprobación o rechazo.
Salud=descentralización
El primer tema fue “Salud”. Para Kaspar “los tres temas hay que discutirlos en conjunto, con ´seguridad´ también”. Luego comparó San Isidro con Moreno, donde según informó, él es subsecretario en la intendencia, y sostuvo que con la cuarta parte del presupuesto municipal (1.100 millones contra 5.000 millones) y mayor población el área funciona.
“En los barrios no hay prevención de la salud, ni en los colegios” sostuvo el precandidato. Para Kaspar “esto se hace con profesionales, salitas las 24 horas en los barrios, contención psicológica (…) ”; y en esta línea disparó: “que en San Isidro no funcione la salud es una inmoralidad, tendríamos que tener el mejor programa de la nación”.
Fernanda Miño, vecina de La Cava, advirtió que los casos locales de tuberculosis registrados días atrás, 11 de los cuales, según sostuvo, se contabilizaron en su barrio, podrían ser más pues se detectaron entre 500 vecinos que van a la Fundación Manos de La Cava, no en todo el barrio: “más de 3.000 familias” precisó.
La mujer criticó que no haya centros municipales de salud (caps) dentro de los barrios, ni se capacite, como prevención, al menos en los colegios. “En mi escuela los chicos no sabían ni qué síntomas tiene la tuberculosis, viviendo tal vez al lado de una familia con la enfermedad”. Además reclamó una guardia de 24 horas para la caps de La Cava.
Martín recordó que hace 10 años “la secretaria de salud contaba con un tercio del presupuesto” mientras que actualmente tiene el 10%. Evaluó que la especialización en los caps es baja, y los turnos del hospital central se consiguen tras 45 y 60 días de espera, entonces, propuso “una política de descentralizada” y “fortalecer los centros”.
Sánchez, del FIT, propuso “incrementar el presupuesto en salud, el pase a planta permanente” de los profesionales contratados, organizar el sistema de francos del área de enfermería, “el respeto a la ley de insalubridad”, y criticó la falta de insumos, y los bajos sueldos que hacen que los profesionales emigren al sector privado.
Abella, de Convocación por San Isidro, ponderó la descentralización en los barrios, puso de relieve que dos tercios de los sanisidrenses tienen cobertura sanitaria, entonces, la demanda a la salud pública municipal en menor, y criticó que la partida municipal para los caps ronda solo los $ 50.000.000 y propuso incrementar esos recursos.
Del Pino, de Vamos Patria Grande, planteó que la salud comience con la prevención y promoción de la salud, propuso que no se deje de lado a las organizaciones barriales “que son las que sabemos lo que sucede en los barrios”; tras criticar que las ambulancias municipales y el recolector de residuos eluden ingresar en barrios periféricos.
Educación=transparencia
Sobre educación Kaspar fue lapidario con la administración: “Los humildes y pobres no tienen derecho a vivir en San Isidro”. Ponderó la escuela pública y propuso que sea instrumento para forjar “personas de bien, solidarias” antes que “eruditos” y evaluó que “con sus recursos San Isidro podría tener una educación de excelencia”.
Miño sostuvo que “en los colegios barriales hay desfase del aprendizaje” en comparación con los céntricos y los privados. “Los chicos dejan el secundario y nadie los va a buscar, comparten el gabinete con tres colegios” denunció y graficó: “los chicos y chicas de la villa nacemos con un -5 o -10” en posibilidades cuando “la única salida es la educación”.
Martín denunció que el Fondo Educativo nacional -recursos que llegan a los municipios para utilizar solo en educación y que San Isidro recibe por $ 140.000.000 al año- “la intendencia usa solo una parte en sueldos de docentes municipales y no en fortalecer guarderías, jardines maternales y talleres complementarios” a contraturno.
Sánchez, docente y delegado de SUTEBA, criticó la política educativa provincial, propuso nacionalizar la educación; “creemos que las escuelas tienen que estar financiadas, no por los municipios, ni por provincias que están quebradas, sino por el presupuesto nacional” señaló y propuso utilizar el Fondo Educativo en “infraestructura y mobiliario escolar”.
Abella sostuvo que “la educación debe servir para igualar oportunidades”; propuso “fortalecer los talleres extraprogramáticos” para plantear nuevos contenidos, criticó “el manejo poco claro del Fondo Educativo” y propuso que la intendencia use los recursos para resolver problemas edilicios en escuelas, y fortalecer los jardines maternales.
Del Pino exhortó a la intendencia a que promueva la ley de educación sexual integral en los establecimientos educativos; sostuvo que la promoción de la ley debe ser una “política activa del Concejo” y propuso que la intendencia apoye la educación no formal que realizan las organizaciones sociales y gestione el Concejo Municipal de la Niñez.
Presupuesto=equidad
Sobre el Presupuesto, Kaspar sostuvo: “el intendente (Gustavo Posse) no gobierna sino que solo administra (…) pero hace 30 años que San Isidro no tiene una transformación de fondo, entonces es obvio que el presupuesto está malgastado”. Luego planteó: “Revalorizar el dinero de los vecinos” mediante “un presupuesto participativo serio”.
Miño reveló que los vecinos de los barrios periféricos “no tenemos los servicios básicos completos”; y ejemplificó: “Tenemos que juntarnos y hacer un petitorio para que poden un árbol, o juntar entre todos plata para hacer un pasillo o un desagüe, Los barrios a ellos no les interesan por eso es importante poder legislar desde el Concejo”.
Martín calculó que “$17 millones de pesos por día es el presupuesto de San Isidro” según los $5.100 millones de pesos que aprobó el Concejo para este año. También explicó que, restando los gastos fijos, le quedan $8.000.000, por lo cual, “claramente uno ve que este dinero no está volcado a los que más necesitan ni a la inversión social”.
Luego criticó la falta de obras pluviales, para evitar inundaciones en diversos puntos del distrito, y la falta de partidas para vivienda social -“las que tiene fueron financiadas por gobiernos provinciales y nacionales” señaló-, y reveló “además el intendente pude cambiar las partidas o aumentar la tasa, sin pedir permiso al Concejo Deliberante”.
Así destacó que “en cuatro años hasta 2016” la tasa por servicios generales aumentó el 432% un porcentaje fuera de toda lógica, inclusive, inflacionaria. Luego evaluó: “Si bien San Isidro no tiene para urbanizar todos los barrios, puede empezar de a poco ayudado por la montaña de dinero que viene de los gobiernos nacionales o provinciales”.
Sánchez calificó al presupuesto como “hostil a los vecinos”; como ejemplo evaluó como “ínfima” la partida para políticas de género; también destacó que la intendencia no destina partidas “para la urbanizar villas” ni “para barrios donde los vecinos están más postergados”. “Queremos cambiar la orientación social del presupuesto” propuso.
Abella informó que su espacio puso online el Presupuesto municipal, para que puedan consultarlo los vecinos. El vecinalista reveló que “calculado en dólares el presupuesto actual tiene tres veces más recursos que hace diez años y no tenemos tres veces más servicios que hace diez años, no necesito preguntar para saber que es así”.
Luego explicó que el 4% del presupuesto que destina la intendencia a obras públicas “es solo alcanza para mantener” la infraestructura. Y propuso la creación de una “secretaría de hábitat que destine todos los años el 5% del presupuesto, para enfrentar el problema de la urbanización, que se sume a los otros aportes” explicó.
Del Pino, de Vamos-Patria Grande, reclamó a la intendencia incrementar el presupuesto hacia “políticas activas de género” para prevenir la violencia; propuso “destinar partidas a tierra, techo y trabajo” y se manifestó “totalmente en contra” de la que intendencia “priorice el negocio inmobiliario por sobre los espacios públicos y la costa”.
Sin duda los diagnósticos, y las propuestas, dejaron un halo de duda sobre la eficacia de la administración municipal actual, algo que se podría haber aclarado con la presencia de precandidatos oficialistas, que no concurrieron al debate. Tras las exposiciones, los precandidatos presentes pudieron contestar preguntas del público.
Gustavo Camps
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