Relataba el columnista Andrés Pavón que para escribir sobre la militancia, sobre el Día de la Militancia, que recuerda el día en que tantos militantes se volcaron a las calles y rutas para recibir al líder del movimiento peronista, Juan Domingo Perón, tras una espera de 18 años, lo primero que se le ocurrió fue recurrir a algún texto, pero las carillas pasaban y pasaban, entonces decidió que lo más práctico era relatar una experiencia personal, y así lo hizo.
Por Andrés Pavón*
Estaba yo en 7mo. de la primaria y acompañé a mis tíos y vecinos, todos mayores que yo, a Ezeiza ¿Por qué lo hice? ¿Por qué quería verlo al General? Todos los domingos nos juntábamos en alguna casa, de un tío o en la nuestra, como era costumbre entre los provincianos, a colaborar en la construcción de la «casa de material».
En esas reuniones se hablaba «por lo bajo», de que «falta poco para que vuela el General», «todo va a cambiar cuando vuelva el pocho» (decían los mayores), «no veo la hora de ver al viejo bajar del avión», decían los más jóvenes y se les escapaba alguna lágrima, no se si de emoción, tristeza o ambas.

Pavón con sus compañeros militantes
«Hay que ver si le da el cuero» pudimos escuchar por radio y leer en los diarios de época, la declaración del Presidente «de facto» Lanusse. Y al final al «viejo», al “general”, al «pocho» le dio el cuero, regreso a su Patria en un día como hoy y se reunió con su pueblo.
Todos los trabajadores provincianos como mis viejos, tíos y vecinos de aquel humilde barrio de casas bajas, y hasta mis primos y yo, les debíamos algo. Casi todos una escuela, algún hospital, los y las más grandes una muñeca (como mi madre), una pelota (como mi viejo) o una máquina de coser (como mis abuelas).
El día anterior comenzamos la caminata, largas columnas humanas confluyeron en la rotonda de R3 y Camino de cintura, caravanas de autos micros, colectivos y camiones con sus «cajas» llenas de bombos y banderas. Se nos hizo imposible llegar.
A metros de la Ricchieri nos detuvimos, no pudimos avanzar más. Muchos son los días gloriosos para recordar o conmemorar en la vida de las y los compañeros y éste, sin lugar a dudas, es uno de los más importantes. Los saludo con un gran abrazo peronista. La lucha continua.
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