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Fragassi: La pandemia es una oportunidad para que la sociedad replantee su individualismo

Susana Fragassi es licenciada en psicología (Mat. 90511) con una amplia trayectoria en la región, especializada en psicología clínica. Además conduce el programa radial, Ahora Psi, del Colegio de Psicólogos regional (Distrito XV) que se emite por FM Fénix 100.3. En esta entrevista virtual la experta señala que el aislamiento por la pandemia revela que en nuestra sociedad la muerte aun sigue siendo un tema tabú; advierte que en materia de violencia solo pone en evidencia prácticas ya existentes; sostiene que la pandemia es una oportunidad para que la sociedad replantee su individualismo; y cuestiona el discurso mediático unidireccional que construye una sociedad catastrófica y uniforme incluso durante la pandemia.

Susana Fragassi entrevista

«En algún punto estamos ante un problema serio, pero por otro lado las personas vamos a tener que afrontar esta realidad que nos toca vivir»

¿El aislamiento puede provocar serios problemas psicológicos, afectivos, distintos a lo que se conoce, o es una experiencia de vida, que como tantas, las personas van a afrontar?
En algún punto estamos ante un problema serio, pero por otro lado las personas vamos a tener que afrontar esta realidad que nos toca vivir. El problema serio parte de que la pandemia que tiene como consecuencia el aislamiento nos expone a situaciones novedosas. Primero, nadie estaba preparado para esto, una situación que se presenta como súbita. Esto nos pone al descubierto esta sensación presente, si se quiere, de miedo a la muerte, porque nuestra sociedad de hoy tiene la característica de que la muerte es todavía un tema tabú; si bien en la televisión, en las noticias se trata la muerte, de la muerte todavía no se puede hablar. En otra época de la humanidad esto pasaba con la sexualidad. Hoy hay más soltura para hablar de la sexualidad que de la muerte. Seguimos diciendo, no se, «el abuelo fue al cielo». Luego también…(piensa bastante antes de seguir) venimos con esto de la incertidumbre, porque lo que se genera es que «acá no hay certeza de nada». Estamos frente a una amenaza, el virus, que no se ve, no se sabe dónde está; potencialmente lo tenemos todos y también no lo tiene nadie. No se sabe, pero hay que estar en estado de alerta. esto lo hace diferente.

¿Va a ser diferente la sociedad después del aislamiento. Por caso, la virtualidad se mantendrá?
Creo que va a haber un antes y un después. tal vez haya una combinación en cuanto a los virtual y lo presencial. Pero si hubiese un dominio (una hegemonía) total de lo virtual quizá nos vamos a tener que replantear la humanidad que estamos construyendo. No tenemos que perder la claridad sobre que lo virtual y lo tecnológico son recursos, no es lo esencial. Cierto periodismo, por ejemplo, suele marcar todo lo que está mal, y arman una sociedad casi catastrófica, incluso con el tema de la pandemia. Cuando en realidad la sociedad y el periodismo tendrían que apuntar igualmente a lo que está bien y a lo que está mal. Tenemos una sociedad que tiene cosas esplendidas y cosas que se deben modificar porque están mal. El periodismo tendría que ser más humano, y debería darle un lugar mayor al lector, al espectador y que pueda elegir él, qué es lo que quiere ver ¿Por qué algo se vuelve masivo, por los medios, cuando su base no lo es? Esto es incluso poco ético. Todo se puede cuestionar y esto no significa que no se puede creer en nada. En la película Desde el Jardín (Hal Ashby. 1979. EEUU) un hombre vive en su jardín detrás de una pantalla. Quizá hoy lo importante es saber que esto es transitorio, va a haber un antes y un después, pero este después debe ser elegido por todos.

Susana Fragassi entrevista INTERNA 1

«Al principio hubo como ansiedad, sorpresa, pero se capitalizó pues la gente se puso a hacer cosas que tenía pendientes: ordenar la casa, los placares, cocinaban. Esto nos lleva a pensar que la sociedad también merece un planteo (…)»

¿Se puede hablar de síntomas, o digamos conductas atribuibles al aislamiento por la pandemia?
Bueno, sí hay cambios producto de lo intempestivo que planteaba antes. Es como si nosotros hubiéramos hecho un corte transversal en nuestras vidas, y nos encontramos con lo que tenemos. Pero este corte no es lo que yo he escuchado en algún momento: «ya no se vive». Sí que se vive y se vive adentro, esto es la realidad. Y, al margen de algunos estudios que se han hecho, hay distintos momentos del aislamiento. Primero no hay una cosa tan generalizable porque la psicología es la ciencia del «uno a uno» (la ciencia de lo individual) y hay que ver cómo cada cual puede tramitar esto; y ese corte transversal que decía, muestra lo que uno tiene y lo que a uno le falta, es la realidad cruda. Una, ese 20 de marzo, se encontró con la realidad que tiene: los vínculos; los recursos externos o internos. Estamos hablando de si tenes vínculos saludables o no, si estas solo o no. Por ahí en aquel momento la gente se «apropicuó»* (risas) de papel higiénico o alcohol, pero no de otros recursos. Al principio hubo como ansiedad, sorpresa, pero se capitalizó pues la gente se puso a hacer cosas que tenía pendientes: ordenar la casa, los placares, cocinaban. Esto nos lleva a pensar que la sociedad también merece un planteo. Porque estamos sobreocupados, y pareciera que tiene que ser así, y esto (el aislamiento) nos mostró que tal vez no es tan así. Pero a medida que el aislamiento aumentó, allí comienza a haber mayores problemas. En el orden de lo psicológico. se podría pensar que son síntomas somáticos: problemas respiratorios, dolores de panza, de cabeza, estados de angustia, ansiedad, molestias, cierta cosa de intolerancia…

Susana Fragassi entrevista INTERNA 2

«Muchas veces la violencia puede acrecentarse por estar en el mismo espacio, o sin poder salir. Lo que me parece importante destacar es que el aislamiento en si no es lo que va a generar violencia»

¿Hay algún estudio sobre estas cuestiones?
Hay estudios hechos por la Universidad de Buenos Aires, por el observatorio de Psicología Social Aplicada OPSA de la Facultad de Psicología. Ellos van testeando diferentes tiempos en el aislamiento. Y observaron que a los diez o quince días había toda una sensación de angustia, pero luego, creo que era puntualmente a los 55 días, esto se había agravado enormemente y había más consumo de psicofármacos, alcohol. El estudio no lo suma pero yo agrego consumo de comida también. Después el estudio determinó una meseta, no aumentó, digamos, pero no bajó. Estudios de otros países también determinaron que llegado un punto, la gente volvió al estado anterior al aislamiento, o sea que no habría consecuencias permanentes en la salud mental, pero obviamente hay que verlo, como decía a partir del uno a uno, y los recursos de cada cual.

La violencia es una característica de nuestra sociedad mal que nos pese ¿Se agudizaron con el aislamiento, por ejemplo, la violencia de género u otras?
Muchas veces la violencia puede acrecentarse por estar en el mismo espacio, o sin poder salir. Lo que me parece importante destacar es que el aislamiento en si no es lo que va a generar violencia. Esto lo digo porque leí por allí que se vieron actos de violencia de género en quienes no lo habían tenido. Yo pienso que sí había, antes, violencias de género que no se habían manifestado. La situación de aislamiento no genera algo que no haya habido antes. El aislamiento nos pone al descubierto algo que antes no habíamos podido desarrollar tanto. Sí, hay menos recursos para pedir ayuda. (Desde antes del aislamiento) Hay violencias hacia las mujeres, hacia los niños y también hacia los hombres, esto tal vez en menor grado, porque los hombres tienen mayor fortaleza física. Pero la pregunta es: ¿Por qué tenemos una sociedad tan violenta, esto sin menoscabar, los grupos más vulnerables como las mujeres, los niños y los ancianos?

Susana Fragassi TAPA

«(…) la pregunta es: ¿Por qué tenemos una sociedad tan violenta, esto sin menoscabar, los grupos más vulnerables como las mujeres, los niños y los ancianos?»

¿Cómo influye el lugar físico donde nos encontró el aislamiento?
La vulnerabilidad de cualquier tipo es peligrosa siempre. Y si es económica…hay un autor de psicología que se llama Abraham Maslow, que armó una pirámide de necesidades. En la base está la alimentación, y arriba el plantea algo como el desarrollo personal y las aspiraciones. Si se pone en juego la necesidad básica la situación es muchísimo más terrible en todos los sentidos. Ahora, que haya más espacio no garantiza que la gente vaya a tener menos consecuencias; en esto tiene que ver cómo uno haya abordado otras situaciones, con qué recursos (de todo tipo, incluso psicológicos) cuenta.

¿Se puede sugerir o aconsejar, en líneas generales, qué actitud o qué criterio tener para sobrellevar el aislamiento?
Al principio del aislamiento hubo como una merma de asistencia psicológica, incluso de pacientes propios que tenían los profesionales, y al mes volvieron a solicitar atención online, e incluso hubo un incremento. Con esto quiero decir que es importante que las personas puedan reconocer en qué momento necesitan ayuda. Aparte de esto hay reglas que son básicas: el buen humor, las rutinas, la meditación, los ejercicios de respiración, la creatividad; el tener el aislamiento físico pero no afectivo; no sobreinformarse; tener en claro cuándo decir «basta» porque por ejemplo, la mujer está haciendo más síntomas somáticos, porque quizá tiene mayor sobrecarga con las tareas domésticas. También la comunicación con el otro.

Susana Fragassi entrevista

«hay reglas que son básicas: el buen humor, las rutinas, la meditación, los ejercicios de respiración, la creatividad; el tener el aislamiento físico pero no afectivo; no sobreinformarse; tener en claro cuándo decir: basta»

¿Se sabe si el aislamiento afecta más a quienes conviven con otros o a los solos/as?
Es interesante el planteo porque no hay un solo tipo de familia, ni un solo tipo de soledad. Yo no tengo las estadísticas precisas pero aparentemente hay un aumento en las violencias de género, intrafamiliar, entonces diría: que alguien esté en familia no garantiza nada. Lo interesante es ver qué vínculos uno tiene, qué familias tienen cierta armonía o no. La soledad quizá tiene mala prensa, porque la soledad tiene que ver con la compañía física de alguien o con una sensación y un sentimiento. Es diferente también alguien que elige tener cierto contacto consigo mismo, de aquel que está haciendo un duelo porque perdió a un ser querido. Ambos viven solos, pero es totalmente diferente. Además, estando en familia o solos, las situaciones difíciles, y el aislamiento por la panadería lo es, las van a tramitar las persona en algún punto: solas. Por supuesto si tenés vínculos saludables se va a poder compartir con los otros, aunque haya diferencias, porque no todas las personas se preocupan por las mismas cosas. Pero yo haría más hincapié en la soledad y el valimiento, las personas solas que tienen dificultades físicas, de autoabastecerse, que no tiene red de contacto. La sociedad que hemos planteado en los últimos años es muy individualista, indiferente si se quiere, muchas veces no se puede contar con el vecino ni con la familia. Tal vez este tiempo de pandemia nos puede llevar a encontrarnos con nosotros mismos, y los otros, desde un lugar diferente, y plantearnos que sociedad estamos armando ¿Podríamos tomar al otro como responsabilidad de todos? La vulnerabilidad de un niño, de una mujer, de todos…

Gustavo Camps

*apropicuarse: neologismo que inventó el actor y humorista, Carlos Balá, a partir del americanismo, «apropinguarse» , que quiere decir «acomodarse» o «acercarse»

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