Tres días plenos de libros de papel y literatura, música y arte le dieron una coloratura especial a El Castillo, del grupo educativo Marín, donde de un tiempo a esta parte funciona el Espacio Cultural Marín. Cientos de personas recorrieron la muestra que cada día tuvo su propio lema referido al encuentro de generan las palabras; la pasión que despierta la literatura; y la lectura como elemento transformador del mundo, el último día. Mesas, charlas de escritoras, además talleres y la música, fueron los motores del festival.

Con el lema “La palabra como encuentro”, el viernes 14 se inició el Primer Festival Literario San Isidro, de La Casita Literaria. El sábado 15, continuó con “Lo que arde en la literatura”. Y el domingo 16 llegó al clímax con “Lecturas para habitar el mundo”, el encuentro de literatura, arte, educación, fe -cultura para resumir- que soñaron los organizadores.
Durante los tres días numeroso público rodeó las mesas de librerías y editoriales cargadas de libros; compartió la presencia de escritores y músicos de variados gustos. Y entre todos lograron hacer realidad lo que la poeta, Emily Dickinson (1830/1886), dijera hace muchos años atrás, con plena vigencia hoy día: “Para viajar lejos no hay mejor nave que un libro”.
Solo por citar, se presentaron obras infantiles como, Los universos de Lucia, de Carmen Cohan. Picnic de Cuentos, de Amelia García González Ojeda; asimismo, 90 Salmos en un día sin luz, de Cecilia Tapia Perafan. Hubo también recitales de Haiku (poesía breve originaria de Japón). Talleres terapéuticos. Talleres de Ficción. Conversatorios, charlas.
Domingo gran cierre
Y el domingo, al cierre del Festival literario, la periodista y escritora sanisidrense, María Laura Oliva, presentó su primera obra poética, Florecer entre sombras –Poesía a la vuelta de la primavera- (2025, mareMíun pequeña editorial). Con ilustraciones de la reconocida artista Lucy Mattos. Y prólogo del curador y crítico de arte, Alejandro Zuy.
El salón más amplio del Espacio Cultural Marín, pasadas las 18, estaba repleto de público. Y con gente parada detrás de gran cantidad de filas de sillas, ocupadas totalmente. Moderó la presentación la periodista e escritora, Laura San José. Sin duda fue una de las presentaciones más concurridas, y emotivas además, del encuentro literario.
Y no faltaron en el Festival librerías reconocidas de la región como Notanpuan, de San Isidro; Sudeste, de Tigre; y La Palabras, con sucursales en San Miguel, José C. Paz y San Martín (Villa Ballester). El propio Espacio Cultural Marín tuvo su mesa. Estaba prohibido no tocar los libros, no hojearlos. Y después de la recorrida, no sentarse a escuchar música.
Porque la música fue un atractivo desde el primer día, cuando cerró la jornada, Mariana Weibek, con su saxo. Luego actuaron Irene Marín y Hugo Caligaris en Flauta y Piano en la otra jornada. Y el domingo se destacó la actuación del reconocido Dueto Almarte, con Fernando Medan (clarinete), e Inés García (piano), un número de excelencia para el final.
La Casita Literaria

La Casita Literaria, entonces, es un proyecto que nació de vecinos sanisidrenses de la zona del Hipódromo. El lugar está en una vereda, en el cruce de Misiones y e Int. Aphalo, del lado de av. Márquez. Los visitantes pueden retirar libros gratuitamente y llevar otros a La Casita. Hay una docena de estas casitas en todo el país; y en San Isidro al menos cinco.
El viernes en el Espacio Cultural Marín se montó una Casita que suele estar en FM Simphony, en el Tren de la Costa. Como siempre, estaba llena de libros dispuestos para los lectores. En este link (clik aquí) se relata cómo nació el proyecto y cómo se construyen las casitas literarias. El mentor es Mario Erkekdjian (83), que no faltó al Marín.
Erkekdjian justamente reveló que en el futuro el colegio podría tener su Casita Literaria. Depende de que la institución tome la iniciativa y la construya. Los vecinos tienen planos, un reglamento de funcionamiento. Y pilas de libros para que la Casita comience a funcionar. Después todo depende de las y los lectores.
El Primer Festival Literario San Isidro, de La Casita Literaria, aportó a la posibilidad de explorar y recorrer la obra de diferentes artistas. A los cuales los une la necesidad de un espacio para mostrarse en el veloz mundo actual. Para el lector, en definitiva, es la manera de descubrir y transformarse, a partir de profundizar lo claro y lo oscuro de la existencia.












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