Ramón Lanús asumió la intendencia de San Isidro en un multitudinario acto, ayer domingo, a última hora de la tarde. El intendente saliente, Gustavo Posse, tras 24 años en el poder, le pasó la llave de la ciudad, en un acto poco usual en la región. Lanús anunció las prioridades, anhelos y valores de su gobierno. Sus prioridades serán: la seguridad, la mejora del espacio público y la modernización del Estado municipal.

Una multitud de vecinos y vecinas participó de la asunción del intendente electo de San Isidro, Ramón Lanús, en el parque público de Villa Adelina (ex golf). En un acto formal el intendente saliente, Gustavo Posse, le entregó la llave de la ciudad al intendente de San Isidro Lanús, que concurrió al acto con su mujer y sus cinco hijos.
Hubo excombatientes de Malvinas, también concejales/as, estuvo el obispo auxiliar de la Diócesis de San Isidro, Raúl Pizarro. La orquesta de Conciertos de San Isidro amenizó con buena música. Y en mesas puestas a la sombra se acomodaron bebidas y vituallas que llevó el público para compartir tras el acto formal de asunción.
Estuvieron el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. No pasó inadvertida la presencia del ex dirigente del PRO, Esteban Bullrich, ex ministro de educación, legislador mandato cumplido, que actualmente enfrenta una dura enfermedad (esclerosis ELA). El propio Lanús agradeció especialmente su presencia.
El modelo de San Isidro

“El modelo de San Isidro con el que sueño es una gran familia donde nos cuidamos y ayudamos entre todos”, enfatizó el intendente Lanús en un discurso muy positivo. Pues valoró la cohesión social, el rol del funcionario como “servidor público”. Y convocó a las y los trabajadores municipales a conformar “un equipo” con esa perspectiva.
Lanús, lejos de asperezas, agradeció a los intendentes que lo precedieron en la función -Melchor Posse y Gustavo Posse-. Recibió los primeros aplausos por esto. Era una muestra de la integración de las y los sanisidrenses, que se propone durante su gestión. Sí consideró que “San Isidro necesitaba un cambio y una energía renovada”.
En lo local, Lanús explicitó “dos anhelos profundos” y “tres prioridades”, tras reconocer que “no es una gestión que empieza de cero. Hay mucho que se hizo bien. Pero sobre eso hay para mejorar”. Y también definió los “valores” que serán la base para la nueva gestión que encabeza. Acá cabe detenerse en la situación política local.
Lanús hizo una alianza muy estratégica con el vecinalismo (Convocación por San Isidro). Y esto se materializo tanto en el Deliberativo, donde una concejala de esa fuerza será la vicepresidenta (Catalina Riganti). Como en el Ejecutivo, con presencia en secretarías clave como la de Modernización y la jefatura de Gabinete.
Anhelos y prioridades


Sobre los anhelos buscará “una sociedad más integrada. Una ciudad donde no haya tantas diferencias de un lado y del otro de la (ruta) Panamericana”. Para esto Lanús explicó que “vamos a apostar fuerte por la educación. Porque sabemos que es la mejor herramienta para emparejar oportunidades y lograr cambios profundos”.
Lejos de visiones simplonas e ideologizadas en extremo, además, describió el segundo anhelo como “reconectar con la vocación pública”, en el sentido de “cambiar nuestra cultura política”; así apuntará a “que la gente vuelva a confiar en el Estado, en el funcionario público, en el empleado público y en los políticos”.
Respecto a las tres prioridades enumeró “la seguridad; la mejora del espacio público; y la modernización de los servicios municipales”. Aquí destacó que se trata de temas y prioridades “fijados por los vecinos de San Isidro”. Es decir, no eran abstracciones de escritorio, dichas, pero impracticables, como últimamente se escucha a nivel nacional.
Sobre seguridad afirmó: “Nos toca afrontar este problema desde el gobierno municipal (…) Nos vamos a hacer cargo. La competencia legal de la provincia es una explicación que nos queda corta cuando se ponen en peligro nuestras familias”. Sobre espacio público trabajará para que la vecindad vuelva a “salir de casa y disfrutar del barrio”.
“Queremos que se refleje en cada barrio la inversión de los recursos públicos y que los impuestos (en el sentido de las tasas) se destinen a embellecer nuestra vida diaria”. Día a día llegarán las mejoras, anunció. En cuanto a modernización trabajará para que “todos los trámites sean ágiles” y “haya respuestas”, sin filas ni trabas.
Modernización


Anunció la incorporación de “expedientes electrónicos en línea”. Y acá fue más lejos pues anunció un plazo de un año paraque la vecindad pueda “sorprenderse gratamente cada vez que se interactúe con el municipio”. Sobre los valores, base de la gestión que propone, Lanús explicitó: “no existe la buena gestión sin virtud”.
“Nosotros (en el sentido de la administración municipal), yo, soy un servidor público”, definió. Lanús reconoció que “solo podemos hacerlo bien desde el amor, pero además siendo eficaces para resolver y dar respuestas”. Además, reafirmó: “no existen buenos funcionarios corruptos”. Y Anunció la creación de un área de control interno municipal.
También exhortó a no dejar atrás la audacia, el coraje. “Queremos ser innovadores al planificar nuestras propuestas de gobierno y actuar con mucha determinación” para concretarlas, sostuvo. También señaló que diseñarán políticas de gobierno “junto a los vecinos (…) Queremos seguir estando siempre presentes en todos los barrios”.
“Todos tenemos que reflejar estos valores” les dijo a funcionarios y empleados municipales. Invitó a la vecindad a “reclamar cuando eso no ocurra”. El intendente no anunció nombres de funcionarios específicos. Y por segunda vez, enfatizó que el equipo lo conforman funcionarios, empleados municipales y él mismo.
Destacó que trabajará en contacto con el Deliberativo. Y exhortó a que la vecindad aporte “ayuda y participación para diseñar políticas (…) Sabemos que San Isidro puede desatar una potencia extraordinaria si logramos coordinar voluntades y acciones entre: gobierno municipal, iglesia, academia, empresas y organizaciones de la sociedad civil”.
Aliado contra privilegios

En todo esto Lanús no se privó de pedir paciencia. La gestión que terminó llevaba muchos años en el gobierno (24 años). Hacia el final Lanús agradeció a sus jefes políticos, Mauricio Macrí, Patricia Bullrich, a Esteban Bullrich -muy aplaudido en ese momento-; y al senador bonaerense, Joaquín de la Torre, exintendente de San Miguel.
Sobre el contexto nacional, enfatizó: “la Argentina se encuentra en un estado crítico. Dos de cada tres niños argentinos son pobres. La degradación moral, social y económica es una tragedia que golpea también a San Isidro. Por eso vamos a crear todas las medidas que creamos necesarias para salir de esta situación”:
Exteriorizó que el gobernó nacional “cuenta con un aliado a la hora de cortar los privilegios e las políticas populistas que nos dejaron en esta situación (…) Dicen: este país es un desastre. No tiene arreglo. Es tiempo de responder: Este país es el nuestro (..)Lo vamos a cuidar porque acá nacimos, viven nuestros padres y nuestros hijos”.
Para Lanús “cada uno desde su lugar puede y debe aportar algo al cambio que necesitamos. Empecemos por ser transmisores de esperanza y no de desánimo (..) Tenemos el sueño de que San Isidro ilumine la cultura política de toda la Argentina, formando dirigentes que encarnen la política como servicio (…)”.
El intendente, al final, valoró el apoyo familiar; y mostró una arista humana que es poco usual. Reveló un dolor familiar que debieron soportar este año. Ponderó el acompañamiento de su mujer, Cecilia, en sus veinte años juntos; y nombró a sus hijos pequeños por el nombre de cada uno. Ramón Lanús es intendente de San Isidro.
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