La actriz chilena, radicada en Uruguay, Maricruz Díaz, presentó por segunda vez en la zona norte, Vivir con Honor, Morir con Gloria, un unipersonal de su autoría, con dirección de, Yvonne Wagner, sobre Salvador Allende y su derrocamiento por la dictadura de Augusto Pinochet, con apoyo de los EEUU, en los años ´70. Fue en el Espacio Artístico en Breve, de San Fernando. La artista vino a la región a ensayar un nuevo proyecto de su autoría, sobre la potente cantante chilena, Violeta Parra.
A fines de 2016 vi por primera vez, en el Club Central Norte, de Martinez, Vivir con Honor, Morir con Gloria, obra escrita y actuada por Maricruz Díaz, artista chilena radicada en Uruguay. La segunda vez fue el domingo último en el Espacio Artístico En Breve de San Fernando, y tengo que decir que volví a sentir la emoción y la energía actoral de esa mujer, en mi propio cuerpo, como una fuerza que me atornillaba a la silla, en la segunda fila de la sala.
El unipersonal de Maricruz, con dirección de Yvonne Wagner, tiene la riqueza de la experiencia personal relatada. En medio de los avatares que terminaron con el gobierno de Salvador Allende en los ´70, ella daba a luz puntualmente, en medio de toques de queda, marchas de upelientos (partidarios de Unidad Popular) y momios (derecha conservadora chilena); con ese gran dolor popular por el intento fallido de dar cabida al hombre nuevo.
Una vez más el canto de Maricruz, sus párrafos que destilan sentimiento, puro sentimiento, su danza, la foto de Allende en un atril, una soga donde cuelga ropa de su guagua (bebe), una especie de tambor y la bandera de Chile, fueron suficientes para llenar de vida y movimiento el escenario, que la mayor parte de la obra queda a media luz. Varias veces Maricruz interpela a los espectadores, los hace tomar de las manos, canta, baila, canta, baila.
Fue otra sensación curiosa. Los textos que escuche el domingo último no se parecían a los que había escuchado en 2016. Juré que eran otros hasta que, a la salida, consulté con Gabriel Valente, que ofició de productor y sonidista antes y ahora, y me confirmó que el guión no había cambiado. Los conversamos con otros espectadores y llegamos a la conclusión de que lo que cambió es el significado de esos textos, en el presente del actual Chile sublevado.
Maricruz escribió esta obra en 2015 para los jóvenes chilenos. Ella había pasado, entonces, por su país natal circunstancialmente, pues vive en Cabo Polonio, Uruguay, y de charlas con jóvenes de su familia chilena y amigos de estos, le nació la necesidad de escribir sus vivencias del Chile de los ´70, para que no se pierdan en esa sociedad que años atrás, todavía, era la abanderada del consumo, la libertad de mercado y la meritocracia individualista.
La actriz, Macricruz Díaz, la directora Wagner, Valente, conforman el grupo de teatro independiente,Tatuteatro, en Uruguay. A la salida de la obra también, la actriz manifestó que vino para ensayar, con un director local, una obra que acaba de escribir -también unipersonal- sobre otra gran chilena: Violeta Parra. La mala noticia es que por ahora no va a volver a representar, Vivir con Honor, Morir con Gloria, para abocarse de lleno al nuevo proyecto.
Gustavo Camps
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