El padre, Aníbal Filippini, ex vicario de la Pastoral Social, de la diócesis de San Isidro (con Mons. Casaretto) conversó sobre su experiencia de vida en la zona norte, una verdadera obra de promoción social, material y espiritual. Sobre todo, en barrios vulnerados de San Isidro, San Fernando y Tigre. Aunque su cargo no lo requería, siempre optó por vivir en los barrios junto a la vecindad -La Cava, Bajo Boulogne, otros. Lo invitó la asociación Plurales, de San Fernando.

“Es un cura de barrio. Sincero. Con la sabiduría del tiempo” dijo la presentadora de la asociación Plurales, en un salón del sindicato La fraternidad (trabajadores ferroviarios) en Victoria. Cualquier vecino o vecina de los que conoce al padre Aníbal -y son muchos- podría decirlo. O al revés: ante la definición contestaría: “Ah, el padre Aníbal”.
El P. Aníbal Filippini es exvicario de la Pastoral Social de la Diócesis de San Isidro. Se ordenó en 1960. Su concepción religiosa lo llevó a dedicar su sacerdocio a promocionar a los más necesitados. No hizo una obra individual, empoderó a las vecindades por donde pasó; formó líderes barriales. Y siempre en nombre de Jesucristo.
Aunque su cargo no se lo exigía, el P. Aníbal vivió en las comunidades que promocionaba desde la fe. En el barrio La Cava, de Beccar. En el Bajo Boulogne, de San Isidro, asimismo. Y también propició la creación -y acompañó muy de cerca-, la Pastoral de los Trabajadores, un instituto que tomó gran impulso con su apoyo.
Aportar al reino de la paz…

“Desde los distintos espacios tenemos la responsabilidad de aportar al reino de la paz, la justicia y del amor”, señaló el P. Aníbal en un momento de su charla. Y antes, además, había considerado: “La gran explicación de Jesús no es que se salve cada uno. Sino como pueblo (…)”. Y enfatizó: “El bien común es lo contrario al individualismo”.
Plurales es una asociación civil de San Fernando dedicada a fomentar el trabajo, revalorizar las culturas locales, regionales y nacionales. Un lema de la institución es “Del yo al nosotros”. Y la preside la docente, Ana Varela, que además lo presentó, en el salón de la Fraternidad. Moderó la charla el referente político local, Gustavo Aguilera.
Al comenzar el P. Aníbal aclaró: “No voy a hacer análisis de la realidad”; y dijo pesimista: “Todos sabemos que venimos en decadencia hace años”. Pero los valores que sustentan su experiencia, sin duda, son un oasis, cuando desde las más altas esferas -de gobierno, por caso-, se fomentan el individualismo, el sálvese quien pueda, la indiferencia y hasta el maltrato.
“Cuándo se establece una verdadera relación fraternal -señaló en otro momento– puede haber comunicación”. También observó la importancia de “crear vínculos de confianza para conocer una experiencia. Así se crea comunidad”. El P. Aníbal no se guardó de contar anécdotas durante su intervención, ante un auditorio de jóvenes y militancia.
Así, relató que en su primeros días en La Cava era nombrado como “el cura”, y se lo observaba de lejos -era párroco en Ntra. Señora de La Cava-. Al pasar el tiempo lo llamaban “el padre”; y él consideró eso como un signo de acercamiento. Pero recién se sintió aceptado efectivamente cuando comenzaron a llamarlo “Aníbal” solamente.
Las dirigencias

El p. Aníbal también se mostró critico de las dirigencias sociales y políticas. Pero no se excluyó. “Las dirigencias -señaló asimismo- hemos fallado de una manera espectacular”. Y consideró: “Tenemos que estar pendientes de los clamores de hoy en día, y a partir de allí comprometernos (…) A mí, de Jesús, me impactó su presencia entre la gente”.
El p. Aníbal citó al Papa Francisco “Tenemos que ser cercanos, dice el Papa Francisco”, señaló, y explicó “desde arriba, de lejos no podremos solucionar nada”. Y, además, aclaró: “debemos acercarnos desde la fraternidad. No desde la posición que uno tiene”. Y destacó que “el foco se debe poner en le que no tiene voz, el más pobrecito”.
También reveló que esto lo aprendió en los barrios: “El pequeño es la preocupación de la comunidad”. Además, criticó las visiones que ubican a los jóvenes vulnerados como “peligrosos”. Y en esta línea observó: “Son hermanos valiosos. Desaprovechados. Y deben descubrir que son valiosos con un proyecto de vida”.
Doctrina social de la Iglesia

Hacia el final, valoró los principios de la Doctrina Social de la Iglesia para su tarea. De estos rescató cinco. El primero, del que, en definitiva, había hablado durante toda su charla: El bien común. Sobre el cual especificó que las condiciones sociales y económicas deben permitir que toda la comunidad se desarrolle, no unos pocos.
El segundo: “el destino universal de los bienes”. Diferente, y abarcador, al de visiones extemporáneas, que vuelven a escucharse, y que ponen en primer lugar de la existencia humana “la propiedad privada”. Sobre ese principio Aníbal explicó. “es un desafío de la política que cada ciudadano debe poder acceder a los bienes necesarios”.

Luego nombró “la subsidiariedad”, que implica que “el mayor no hace lo que puede hacer el menor”. Puede tratarse de una organización barrial, siempre más cercana a los interesados. Pero la autoridad mayor, explicó, no debe faltar cuando, por diferentes motivos, la autoridad local, o menor, no pueden resolver un tema eficazmente.
También se refirió a “la participación”, y desechó la exclusión, pues “todos deben tener lugar para participar”, en la comunidad. Y sobre el quinto, “la solidaridad”, explicó que “se debe ser siempre responsable del hermano”. Y destacó que “no se trata de una sola acción”, de dar algo, sino “de manera permanente ser responsable”.
El padre Aníbal habló durante más una hora, que pasó muy rápido, con un auditorio muy atento. Luego hubo preguntas de parte del público. Y despidió al disertante el flamante concejal sanfernandino, Héctor Carrel, que como dirigente político reconoció: “Nos ayudó a llenar un vacío”. Y le agradeció la charla.
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