El Deliberativo de Tigre aprobó por unanimidad un pedido para que la Comisaría 1era de Tigre, ex centro clandestino de detención, en la última dictadura, señalizado en 2011, se resguarde como “Sitio de la Memoria” por parte de la Secretaría de Derechos humanos de la Nación. El proyecto fue impulsado por trabajadores ex detenidos clandestinamente, familiares de victimas de la dictadura, organismos de derechos humanos regionales y la Dirección General de Derechos Humanos de Tigre, a cargo de Verónica Caamaño, hija del obrero naval, José Caamaño Uzal, vecino de Tigre, aún desaparecido desde el 23-12-1976.

Una chapa que corre el riesgo de ser anecdótica, si la arquitectura de la comisaría 1era. se modifica
En abril de 2011 la Comisaría 1era de Tigre, a metros de Bourdieu y avenida Cazón, frente al palacio municipal -Bordieu 518-, fue señalizada como centro de detenciones clandestinas durante la última dictadura militar; varios trabajadores llevados allí al ser secuestrados por las bandas de la dictadura reconocieron el lugar, y otros recordaron ser torturados allí mismo.
Sin embargo hace pocos meses atrás, cuando jueces, familiares y victimas inspeccionaron la comisaría, en el marco de los juicios en la causa Ford observaron que la arquitectura había sido modifica, con lo cual el lugar corre el riesgo de perder su gran valor como prueba en los juicios de lesa humanidad que todavía se llevan a cabo para esclarecer las atrocidades de la dictadura.

En primera fila en la barra, adelante, de atuendo claro y canas, Pedro Troiani, sobreviviente de Ford; al fondo, Verónica Caamaño, hija del obrero naval, José Caamaño Uzal, vecino de Tigre, otra de las víctimas de la dictadura
Según testimonios de damnificados, ante el Archivo Nacional de la Memoria y la Justicia -uno de ellos, el ex delegado gremial de la empresa Ford, de Gral. Pacheco, Pedro Troiani- en el lugar permanecieron detenidos ilegalmente delegados y trabajadores de Ford y de astilleros Astarsa, Vicente Forte y Mestrina, como así también sus familiares, entre muchas otras personas.

Organismos de derechos humanos, familiares de víctimas, trabajadores, concejales. La ordenanza para que se resguarde la edificio de la comisaría, fue por unanimidad
En este contexto, trabajadores ex detenidos clandestinamente, familiares de victimas de la dictadura, organismos de derechos humanos regionales y la Dirección General de Derechos Humanos de Tigre, impulsaron un proyecto de ordenanza para que el Deliberativo local solicite a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que el lugar se declare “Sitio de Memoria”.
Unanimidad
Tal declaración -explicó, la titular de Derechos Humanos de Tigre, Verónica Caamaño, hija del obrero naval, José Caamaño Uzal, vecino de Tigre, aún desaparecido- permitirá que, de conformidad con la ley 26691/11, el lugar sea resguardo, deje de utilizarse -la seccional debería mudarse a otro sitio- y el Estado garantice su preservación, para facilitar investigaciones.

Caamaño: » “Respetar estos espacios es reafirmar los valores de la democracia, y entender que son parte fundamental de la historia de todos los argentinos”
La ordenanza fue aprobada por el cuerpo legislativo, por unanimidad, durante una sesión ayer martes 14. “Respetar estos espacios para la investigación y promoción de derechos -explicó en su cuenta de Facebook, Caamaño- es reafirmar los valores de la democracia, y entender que son parte fundamental de la historia de todos los argentinos”.
Estuvieron en el recinto sobrevivientes de la causa Ford, y ex trabajadores y familiares, la Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte; hubo familiares de desaparecidos del Astillero Astarsa; también la Comisión de Derechos Humanos Pancho Suárez, que no escondieron su beneplácito por el tratamiento del proyecto para que el Estado resguarde el lugar.
La represión ilegal en Tigre, durante la última dictadura cívico-militar fue parte de un plan sistemático, informó en su momento la Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte; algo que además quedó demostrado en el juicio de la causa Ford, que pudo tener veredicto en 2018, después de 40 años, por la lucha de sobrevivientes, familiares de víctimas y organismos.
Gustavo Camps
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