Un grupo de religiosos y religiosas que trabajan en barrios carenciados expresó su preocupación sobre la estigmatización de pobres, en un comunicado que firmaron, entre otros, el párroco JL Suárez, José María Pepe Di Paola; la hermana Marta Pelloni; junto a laicos; tras las declaraciones del candidato a la vicepresidencia de la nación, del espacio Juntos por el Cambio, Miguel Angel Pichetto, sobre la venta de drogas en esos lugares. «Habría que dinamitar todo, que vuele todo por el aire», dijo Pichetto tan solo al ver las imágenes de un drone que supuestamente mostraba una situación de venta de drogas en la villa 1-11-14.

Pichetto en un acto de campaña por Juntos por el Cambio. Lo escuchan el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador; y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, entre otros y otras
«La mirada única y sesgada, probablemente motivada en el desconocimiento personal del territorio, acrecienta la brecha de la mirada discriminatoria respecto de la población de las villas y asentamientos, que ya tiene vulnerado sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.» advirtió en un comunicado público un grupo de religiosos y laicos que trabaja en barrios carenciados cotidianamente, e incluso algunos de ellos viven en el territorio.
En la comunicación los religiosos expresan su preocupación; hacen referencia a las sagradas escrituras, a Jesucristo y reconocen el compromiso de los padres «Ricciardelli, al padre Vernazza y tantos sacerdotes que dedicaron su vida en la villa del Bajo Flores; también a los actuales sacerdotes que allí viven, que cada día, a través del trabajo pastoral y el compromiso social en sus parroquias, colegios y clubes, hacen que la vida en el barrio sea más positiva (…)».
Aunque no lo nombran con nombre y apellido el comunicado se refiere, y se difundió, tras los dichos del candidato a la vicepresidencia de la Nación, del espacio Juntos por el Cambio, Miguel Angel Pichetto, sobre la venta de drogas en barrios carenciados, que propuso «Habría que dinamitar todo, que vuele todo por el aire», solamente al ver las imágenes de un drone que supuestamente mostraba una situación de venta de drogas en la villa 1-11-14.

El padre Pepe Di Paola con el premio Nobel de la Paz (1980), Adolfo Pérez Esquivel, y otros curas comprometidos con los pobres, en una celebración en José León Suárez
Firman la comunicación los presbíteros, José María “Pepe” Di Paola, párroco y vecino del barrio La Carcova, en JL Suárez (San Martín); Lorenzo “Toto” De Vedia y Carlos “Charly” Olivero (Villa 21-24, en la CABA); Hermano salesiano Mario Daniel “Coco” Romanín; Hermana Cecilia Lee; Hermana Yolanda Galka; Hermana Martha Pelloni; María Elena Acosta; Ángela García Elorrio; Gustavo Barreiro; Alberto Palacio; y Gustavo Daniel Moreno.
«En nuestros barrios -expresa el grupo religioso- las ambulancias no ingresan si no es con una fuerza de seguridad, las vacantes escolares de nivel inicial y nivel primario son insuficientes. El incentivo para mantener la escolaridad secundaria es insuficiente desde los organismos estatales. Muchas/os adolescentes y jóvenes se encuentran con el Estado solamente después de un hecho policial. El sistema de salud se limita a la atención primaria.»
Antes explican que «A menos de un mes de las elecciones nacionales, aparecen como preocupantes las expresiones de un candidato a vicepresidente de la Nación Argentina que refiriéndose a hechos ilícitos penales relacionados con la eventual venta de estupefacientes en el territorio de las villas y asentamientos, señaló que “la verdad, habría que dinamitar todo, que todo vuele por el aire”. Evidentemente se trata del candidato conocido por sus xenofobias.

La hermana Martha Pelloni
Para los religiosos las expresiones del dirigente político «solamente acrecientan los prejuicios de sectores medios de la población respecto de personas que vienen de generaciones de exclusión; y el resultado de estos desencuentros muchas veces termina siendo un caso de gatillo fácil, un linchamiento, un comentario irresponsable desde los medios de comunicación, escuelas expulsivas, etc.»; pero además evalúan que el exabrupto es parcial.
En esta línea explican que las expresiones evidencian, «una verdadera omisión de las propias fuerzas de seguridad en algunas zonas de las villas y asentamientos que quedan como liberadas; en ausencia, o en algunos casos presencia insuficiente, ineficaz, y desordenada, que “llamativamente” permite la consumación de hechos de violencia o delitos, que perjudican a los propios vecinos que viven en paz dentro de los barrios (…)».
Los religiosos ponen de relieve, algo que se cae de maduro, aunque pareciera que no, incluso para dirigentes políticos con experiencia (hace 25 años que Pichetto se desempeña en el Congreso), y es que los habitantes de los barrios, más allá de su situación económica y sus necesidades básicas insatisfechas por el sistema imperante «exigen y merecen el mismo nivel de seguridad que tienen otros vecinos de barrios más acomodados«.
«Transmitimos nuestra preocupación por estas expresiones -exhortan los religiosos- que solamente alimentan la verdadera grieta de la discriminación, sin advertir que la verdadera conquista de la seguridad ciudadana solamente se podrá alcanzar cuando los poderes ejecutivos (nacional, provinciales y locales) garanticen vivienda con integración urbana, salud, educación, alimentación y medioambiente, entre otros derechos sociales, en nuestros barrios«.
A.A.
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