A raíz de los avances del Archivo Nacional de la Memoria con el espacio de memoria en el centro represivo de Campo de Mayo, el doctor Prado recordó el caso de los conscripto torturados, y en particular de Luis Pablo Steimberg desaparecido. Él relata que patrocinó en una etapa a Hugo Carballo, uno de los conscriptos torturados. Y recuerda cierta impunidad que logró Bignone, el último dictador, hasta que el presidente Néstor Kirchner (anuló las leyes de punto final. El valor de este relató es que él puede contarlo en primera persona, nadie se lo contó, él lo vivió.
Juan José Prado*

En mi libro “De ideales y compromisos” (Ed. Cathedra Jurídica 2008) relato este caso que trascendió a la opinión pública. Y del que me tocó ser protagonista, en parte, durante la dictadura y a posteriori en los albores de la democracia. El conscripto Luis Pablo Steimberg desapareció en la guarnición de Campo de Mayo.
El joven fue víctima del terrorismo de Estado por la envidia de un aspirante a suboficial de la Escuela General Lemos que lo denuncio como “terrorista” pues Steimberg era universitario (este era su “delito”). En Campo de Mayo torturaron a Steimberg, Luis García, Hugo Carballo y a otros de apellido Britos y Molfino. Steimberg desapareció.
Este caso también llegó a la Asociación de Abogadas y Abogados de Buenos Aires AABA. Es el caso en el que se le atribuyó responsabilidad al general Reynado Bignone, el último de los dictadores, tras la vuelta a la democracia, no en aquel momento. Pues como él tenía que pasarle el bastón de mando a Alfonsín, se pactó no tocarlo.
Conocí en dictadura a los padres del estudiante, Sara y Jaime. En el libro que cito más arriba incorporé información sobre documentación de cuando el caso llegó a la AABA (actas). Años después, como miembro de la APDH, debí patrocinar a otro de aquellos conscriptos torturados en Campo de Mayo.
Patrocinio
Una noche me llamó a casa, el colega Horacio Ravenna, para que patrocine a un compañero de Steimberg. Este otro joven, Hugo Carballo, no conseguía abogado que lo acompañara. Ravenna me dijo que militaba en Franja Morada La Plata, pero tampoco en las filas partidarias conseguía patrocinio. No era casual.
Y debía concurrir al día siguiente al Consejo Supremo de las FFAA, de la calle Cerrito (CABA). Conocí a la entrada del Tribunal Militar al joven Carballo. Me contó lo que le había sucedido. Y le expliqué que su función como testigo era decir lo que había pasado en la guarnición militar. Le dije que tenía que decir la verdad.
Y así fuimos a la audiencia los dos juntos. Pero se dispuso que yo no asista con mi patrocinado. Que el joven entre solo a declarar. Y me quedé a esperarlo en el salón previo al de audiencias. Los hechos que relató el joven incriminaban a Bignone sin duda alguna, que era el que tenía el mando cuando Carballo hizo la conscripción.
Recuerdo que en aquella audiencia por el joven Carballo apareció en un momento, Jaime Malamud Goti, a la postre asesor legal del presidente Alfonsín. Nos conocíamos, pero iba muy apurado, o fingió no verme. Y se introdujo rápido a la sesión de audiencias -a él si lo dejaron los militares- por una puerta lateral.
Terrorismo de Estado

Cuando Carballo salió me dijo primero: “Doctor, dicen que a mí no me torturaron”. Y le pregunté sorprendido: ¿Qué dijiste? Y contestó: “Que me habían estaqueado junto con mis compañeros; me habían puesto una capucha. Que estábamos tirados en el suelo, no nos daban de comer. Pero ellos dicen que no me pasaron corriente eléctrica, entonces, para ellos no fui torturado”.
Por aquel entonces se conoció que a los sobrevivientes de aquellas torturas Bignone les otorgó licencia hasta la baja. Para correrlos del lugar de los hechos y que no hablen. Steimberg no corrió igual suerte. El caso bien sirve para que los negacionistas “comprendan” la diferencia entre el terrorismo de Estado y otros actos de violencia.
El presidente, Néstor Kirchner, hizo anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Así, en 2017 la Justicia condenó a prisión perpetua al último dictador, Reynaldo Bignone, por crímenes y delitos de los que fueran víctimas conscriptos que realizaban el servicio militar obligatorio durante la dictadura. Steimberg nunca apareció.
* Abogado. Ex presidente de la Asociación de Abogados de Buenos Aires AABA. Miembro de la Mesa Directiva de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos). Gran Maestro de la UBA.
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