Una multitud de mujeres paró y marcho entre la Plaza de Mayo y el Congreso nacional para denunciar femicidios, al patriarcado en su amplitud de horrores y para reclamar que el Congreso trate la ley de aborto legal, seguro y gratuito. Al finalizar se leyó un documento pormenorizado y político con definiciones y reclamos. Estuvieron la activista feminista, Ilse Fuskova (89); Nora Cortiñas (88), y Lita Boitano (90), Uno de los pocos referentes sociales masculinos que se vio cerca del escenario fue, Adolfo Pérez Esquivel, el sanisidrense Premio Nobel de la Paz,
Pañuelos verdes, lisos, bordados, con siglas de movimientos, sindicatos, agrupaciones, comisiones, partidos políticos. Pañuelos violetas. Remeras verdes o violetas. Pelucas verde flúo, violetas. Maquillajes verdes o violetas. Para las mujeres no son indiferentes los colores. Cientos de miles los llevaron ayer entre la Plaza de Mayo y el Congreso.
Este 8 de marzo las encontró con una estadística dura. Cada 30 horas asesinan a una mujer por razones de género. Esta es una de las principales razones por las que pararon en todo el planeta y en nuestra región también, pero no la única. En un documento explícito, largo, denso, leído al final de la marcha, lo dejaron en claro.
Desde mediodía hasta el anochecer las mujeres se hicieron escuchar. Mujeres de la Matria Latinoamericana; del sindicato ATE-Conicet, del Hospital Posadas, Las Rojas; Plenario de Trabajadoras-Organización de Mujeres; mujeres peronistas, socialistas, comunistas, anarquistas; mujeres universitarias, del sindicato de amas de casa. En un libro, más que en un párrafo, se podría ser más preciso.
Cantaban, gritaban y llevaban carteles y pancartas con consignas tan variadas como sus grupos de pertenencia (y no pocas las llevaban escritas en sus cuerpos). “No quiero tu piropo. Quiero tu respeto”. “Igualdad de oportunidades”. “Nuestra postura favorita: nosotras arriba, abajo el patriarcado”, “Existo porque resisto”.
“El cuerpo es político”, “Aborto al patriarcado”, “Basta de femicidios y crímenes de odio”, “Ni una menos. Vivas nos queremos. El estado es responsable”. La más persiste de las consignas era “Aborto legal, seguro y gratuito” o su versión ampliada: “Educación para decidir-Anticonceptivos para no abortar-Aborto legal para no morir”.
Los grupos no solamente marchaban y gritaban sus consignas. Armaban intervenciones sobre violencia doméstica, discriminación laboral y otras; armaban grupos de debate; mateaban; dibujaban en las remeras y les adicionaban las consignas, pintaban en el suelo las consignas. No había un solo lugar de pasividad en esa marea de mujeres.
El documento
En un escenario pequeño, de espaldas al Congreso, sobre la Plaza de los dos Congresos se sentaron la activista feminista, Ilse Fuskova (89); Nora Cortiñas (88), de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; Lita Boitano (90), de la asociación de Familiares de Detenidos por Razones Políticas y la locutora del acto, Liliana Daunes.

El sanisidrense, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz,, con la agrupación Sordas sin Violencia
Detrás y a los costados, paradas, se fueron sumando las organizadoras, junto con distintas referentes políticas y sociales, representantes de agrupaciones, colectivos y partidos. El escenario no era muy amplio pero se hicieron lugar. Y allí, cuando el sol ya no llegaba a ningún lugar de la plaza comenzó a leer el documento consensuado.
“Paramos contra los despidos, el ajuste del gobierno y por aborto legal seguro y gratuito” fue uno de los primeros párrafos. La expresión no es menor pues coloca al movimiento en un contexto político concreto y presente, que no encasilla el tema de género, ni lo restringe. El documento también exhortó: “Basta de violencia femicida”.
La propuesta de las organizadoras excedió lo nacional. hubo denuncias y reclamos para diferentes países de América y el resto del mundo, coherente con que se trataba de un paro internacional de mujeres; pero no se desdeñó el tono político local, mal que les pese a algunas mujeres que ven con indiferencia o benevolencia al gobierno.
Y no solo al gobierno. “reclamamos a las centrales sindicales la convocatoria al paro y asambleas” leyó Daunes. El documento también rechazó la criminalización de la protesta social y política, y no se olvido de los derechos humanos al rechazar “que se conceda libertad domiciliaria a represores”. Pero el tema estaba claro.
“El aborto legal seguro y gratuito debe ser tratado en el Congreso” puntualizó la lectura. Y con giros diferentes varias veces se volvió sobre el tema en el escrito que solamente leyó “la Daunes”, como se la conoce a la locutora de actos cuestionadores del sistema, ella misma, una referente dentro del núcleo de la militancia y el activismo feminista.
“La violencia femicida y travesticida sigue llevándose vidas”. Las mujeres no hicieron diferencias a la hora del diagnóstico. Politizamos, también, todas las formas de trabajo de las mujeres, lesbianas, trans y travestis porque trabajadoras somos todas”. Y además: “las principales afectadas somos las mujeres y los cuerpos feminizados”.
El documento evidenció que las mujeres no se quedaron en lo teórico. “Contra todas estas crueldades, hemos desarrollado asambleas en las escuelas secundarias, en los lugares de trabajo, en los territorios en conflicto, en los hospitales, en las villas”. El texto, entre otros hizo referencia los despidos en PEPSICO, en Florida (Vicente López).
En otro párrafo las mujeres reivindicaron las luchas por los derechos humanos y los movimientos sociales. “Estamos acá porque nos precedieron las luchas protagonizadas por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y por las mujeres piqueteras.” “ (…) porque cuando las mujeres del mundo nos organizamos, la tierra tiembla”.
Otro reclamo firme de las mujeres fue la visibilización, y valuación, del trabajo familiar. “Exigimos que el trabajo doméstico y reproductivo que realizamos las mujeres de forma gratuita sea reconocido en su aporte como valor económico”. También reclamaron reconocimiento y políticas públicas para “las trabajadoras de empresas recuperadas, autogestionadas, de la economía popular, social y solidaria”.

Una perfomance a las puertas del Congreso.
Y volvieron sobre el tema central una y otra vez. “Estamos transitando un tiempo histórico, los pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto nos hermanan en un grito que ya es global: Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Los mismos que hoy copan las plazas, como lo hicieron el 19F en el Pañuelazo (…)”.
Esos pañuelos a los que hizo referencia se vieron ayer de a miles, y tal como describieron: “(…) cuelgan en las mochilas de adolescentes. Están presentes en numerosas postales cotidianas. Construyen una marea verde que se multiplica en cada reclamo para exigir nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas”.
Entrada la noche muchos grupos de mujeres se quedaron a compartir, lo vivido, y lo visto en la jornada. Seguían mateando; otras se aprovisionaron de algún tentempié por allí mismo. En las inmediaciones del Congreso no había, ni se vio, ni fue necesario en algún momento, algún uniforme. Estaban las mujeres.
Gustavo Camps

En el escenario se leyó el documento
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