El Frente sindical 21 F prepara una movilización y jornada nacional, para el jueves 4 de abril, en la CABA, con réplicas en todas las ciudades del país. La idea es “reclamar bien fuerte” contra el ajuste del gobierno, pero a la vez, con los trabajadores, organizaciones y sindicatos en la calle presionar a las centrales de trabajadores, sobretodo a la CGT que es la más remisa, para que acuerden “un plan de lucha y paro general” contra las políticas anti populares. En esta nota el abogado, Juan José Prado, vecino de Olivos, trae a colación las primeras luchas obreras.
Por Juan José Prado*
Se me ocurrió revisar la biblioteca para volver la mirada en las testimoniales escritas, como había sido la vida del obrero argentino y si habían existido luchas, cuáles fueron los contextos sociales en tiempos pasados y compararlos.La primera huelga en la Argentina sobre la que existen datos precisos fue la de los tipógrafos. Se inició el 2 de septiembre de 1878 prolongándose por un mes.
Como en esos tiempos la estadística no se preocupaba de estos fenómenos dice Juan Balestra en (El noventa) , señalando algo que el lector podrá rescatar, no hay nada nuevo sobre nuestro quehacer político, antes también se hacía, y así señalaba: “Los diarios publicaban páginas enteras de remates de tierras, esa era la lectura predilecta, casi exclusiva del público. Los terratenientes argentinos y la alta burguesía comercial, que en las últimas décadas del siglo estrechaban su alianza con el capital ingles y le abrían de par en par las puertas del país, estaban absorbidos por el auge de sus ganancias y el fortalecimiento de su poder económico y político. El naciente movimiento obrero, muy ligado a la inmigración europea, aun no le inquietaba demasiado…”
El gremio tipográfico bonaerense, nos dice Payró, no fue nunca una masa inerte, manejada a capricho, sino una clase más independiente y levantisca de nuestra Capital. Formada en su mayoría de criollos, cada uno de sus miembros tenía una opinión, y si es cierto que la primera huelga emanó de ella, es cierto también que durante largos períodos trabajaron los tipógrafos con un desinterés que no se limitaba a desdeñar el jornal, sino la misma vida. Entusiastas y arrebatados, del taller pasaron al comité, a las manifestaciones, a los atrios, y muchas veces en las imprentas, con el cañón apoyado en el burro, componían con el fusil al alcance de la mano, y luego dormían junto a las cajas, prontos a impedir con su sangre un empastelamiento…

Obreros tipógrafos (Foto: La Izquierda Diario)
Rafael Barreda, periodista de la época nos cuenta que “la greve” (huelga en francés) solo se conocía entre nosotros “de oídas” y se tomaba como una de las tantas “curiosidades” llegada en las revistas del exterior hasta que el 2 de setiembre de 1878 estalló, como quien dice, la de los obreros tipógrafos, que fue la primera huelga habida en la República Argentina…”. Se preguntará el lector ¿Cuál fue la reacción de la clase dominante?…pues mire Ud., ante el primer aviso de combate de la clase obrera, reaccionaron como lo hacen hasta ahora y paradójicamente los mismos de ayer son los de hoy.
El tradicional diario “El Nacional” con la pluma del autor del Código Civil Vélez Sarsfield, escribía: “una irrupción de derechos exagerados que no se podía admitir porque significaba contemporizar con esas exageraciones, lo que importaba subvertir las reglas del trabajo” agregando lo que es una constante en la literatura contra la lucha obrera, “el socialismo usa las huelgas como instrumento de perturbación, pero el socialismo no es una necesidad en America”.
En un suelto del diario El Nacional del 16-6-78 referido a la huelga de los tipógrafos ampliaba: “Se repite entre el gremio de tipógrafos, que para fin de este mes se declararán en huelga todos aquellos que trabajan en diarios de la mañana. La causa que les mueve a ello, es el recargo de tareas que hacen pesar sobre sus hombros, teniéndolos en algunas imprentas hasta las l2 de la noche y a veces hasta la 1 de la mañana. La huelga es un recurso vicioso, y no siempre para los que la ponen en práctica de buenos resultados. En esto deben proceder con calma…”. Con la presión de la policía, la amenaza de traer tipógrafos de Montevideo, el silencio y la agresión de la prensa, después de más de un mes, la huelga fue ganada por los obreros.

Obreros del astillero Astarsa, de Tigre (Foto La Izquierda Diario)
Obtuvieron una jornada de 10 horas en invierno y de 12 horas en verano. La patronal comenzó a implantar el trabajo a destajo como medio de anular esta conquista. La poca experiencia de los trabajadores y lo insipientes de su conciencia y organización permitieron montar la trampa. Los obreros, buscando aumentar un poco sus magros ingresos, prolongaban por si mismos –con el sistema de salario a destajo- la jornada de labor. En dos años la jornada lograda en la huelga de 1878 había quedado anulada en los hechos.
Si el lector analiza aquellos hechos de reivindicación laboral y el contexto económico social, la participación mediática le permitirá concretar que aún la estructura clasista perdura…si le interesa seguiré proporcionando más datos históricos y repetir, sin ser absoluto y reconocer todo lo que se ha logrado en el tiempo, que: Todo está como era entonces/la casa la calle el río/ los arboles con sus hojas y las ramas con sus nidos/Todo está, nada ha cambiado. Mi coterráneo poeta me ayuda a superarme…
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