La actriz boliviana presentó una performance -Te ves desde mis ojos- de las más potentes y simbólicas del IV Congreso Internacional de Teatro CONTEXTO tipea que hoy llega a su fin con actividades hasta las 21,30 en la Biblioteca Popular Saavedra. En esta entrevista Alejandra relata como preparó la obra, propone el dolor como experiencia social y política y al performer como el vehículo revelador de lo que no se explicita. La jornada de ayer viernes concluyó con la puesta y fue la mejor invitación para volver hoy y descubrir que ofrece para el final la original muestra de teatro organizada por el grupo CONTEXTO tipea.

Del Carpio en la entrevista, fuera del escenario
Alejandra del Carpio tiene 29 años de edad y diez de actriz teatral de los cuales la mitad los pasó como integrante del elenco del Teatro El Grito; e investigado y llevando a cabo performances con el colectivo artístivco Iconoclasta. Su puesta de ayer para cerrar la anteúltima jornada del IV Congreso Internacional de Teatro CONTEXTO tipea conmovió a un público que no se conmueve fácilmente, y reveló el alto compromiso de la joven actriz, con el género.
En esta entrevista Alejandra cuenta como llegó a, Te vez en mis ojos, donde la actriz muestra que el dolor es también político, no solamente individual, y muestra que si se lo propone, la sociedad puede mucho más de lo que consigue a ciencia cierta. En el Congreso las actividades comenzaron a las 15, y a las 21,30 concluirán con una performance del Colectivo Cénico Joanas Incendeiam, de Brasil
En la Biblioteca Popular Saavedra, García Del Río 2737, CABA.
Hoy domingo, de 15 a 22
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La performance: Te ves en mis ojos
¿Llegas a las performances desde el teatro o directamente?
Hago teatro hace diez años. Hace cinco soy parte de Teatro Grito en La Paz (Bolivia), que tiene 20 años de establecido, es de los poquitos grupos que hay; y antes hacía teatro en la universidad, en un taller de teatro. Hace cinco años hice un casting y comencé a trabajar con ellos, y casi al mismo, y como no tenía grupo establecido, tiempo me agarra el bichito de «tengo que contar algo desde mi cuerpo» entonces al mismo tiempo de ingresar a Teatro grito comienza esto de Iconoclasta, con la propuesta de calle, encuentro de performances y la inquietud de contar las cosas ya no desde un taller.
¿Y cómo nació «Te ves en mis ojos»?
Bueno (suspira), me invitan al CON/TEXTO tipea, empiezo a pensar qué voy a hacer y quería abordar un tema que estaba muy presente con cosas que me habían pasado sobre el suelo. Entonces invito a un amigo que hace música experimental, Daniel Moreno, para que venga conmigo a Buenos Aires. Hacemos en La Paz todo un trabajo de tres meses de ensayos, (la obra) no tenía nada que ver con esta. Terminamos los ensayos, todo, pero a él le pasa una cosa muy grave, muy fuerte para él, y me dice «no voy a ir», dos semanas antes del Congreso. Y me quedo sin nada…Teníamos muchas interacción nosotros. Todo lo que teníamos planeado se cae.
Entonces pienso mucho en su dolor, en mi propio dolor, muy profundo, por los incendios en la Amazonía brasileña y la Chiquitanía boliviana que desde agosto se están quemando -el primer día del Congreso hicimos una performance sobre esto acá pues Narany Mireya no pudo venir y acá Gabriel (Penner) nos pidió a Camila Andrade y a mi que hiciéramos algo para la apertura-, son más de 2.000.000Ha ya en Bolivia y desde el gobierno no pasa nada, son grandes áreas protegidos y reservas donde vive pueblo indígena, muchos animales también. Estaba la mitad de Bolivia quemándose y Evo (Morales) no declara la emergencia, Bolivia no tiene los equipos de bomberos ni ahí (…) Lo de nuestro presidente indígena que defiende a la Pachamama y a los pueblos indígenas han sido los primeros dos o tres años del gobierno, pero es la foto que todavía llega a todas partes. En la paz estuve haciendo mucho activismo sobre el incendio; en estos momentos también están los doctores haciendo manifestaciones, los mineros, pues llegaron de China un montón de mineros chinos porque hay un tratado; y hay mucho dolor en la gente también, y tristeza principalmente por los incendios. Bueno, decido escribir sobre todo esto que me pasaba. El viernes antes de venir tenía mucho escrito pero nada concreto, un muy amigo me preguntan si estoy lista y digo «noooo…». Me dice «hazlo, hazlo, hazlo». Me frustro. Lloro. Digo no tengo tiempo, mi amigo me abraza y me dice: «Nadie tiene tiempo». (todas estas frases están en la performance). Bueno, escribo sobre todo esto. Me doy cuenta de que ese dolor va más allá de Bolivia…

«No es que la pensé para traer a CONTEXTO/tipea; sino que pensé en qué me está sucediendo, para ser sincera en lo que muestro. Esto es lo que busco desde que comencé en 2015, ser sincera con lo que yo tengo adentro, para sacarlo (…)»
Me contás algo muy personal, pero tengo que decir que la obra tiene una potencia política que pone en evidencia el núcleo del sistema en el que vivimos: el individualismo, el «no te metas», el «a nadie le importa»; no digo un gobierno, nadie en la vida cotidiana…
Vi que el dolor no es mío solamente. Es de toda la sociedad. Nos pasa a todos y nadie se da el tiempo de discutirlo, de sentir de dónde viene…
Por lo que contás pareciera que la performance no fue pensada para un repertorio, o para hacer en la calle, sino para el Congreso directamente…
No es que la pensé para traer a CONTEXTO/tipea; sino que pensé en qué me está sucediendo, para ser sincera en lo que muestro. Esto es lo que busco desde que comencé en 2015, ser sincera con lo que yo tengo adentro, para sacarlo. Desde ahí va mi búsqueda con las performances. Distinto a lo que hago en teatro, que es totalmente estructurado, armado, un texto. Entonces si pensaba en CONTEXTO pero también hubiera querido hacerla primero en Bolivia, para ver cómo funcionaba allá. Pero por el tiempo cortito que tuve para decidir, lo hice así.

«La mancancha es la ropa interior femenina, de la mujer indígena. No era pollera; esto va debajo. Mínimo se usan cinco, para que si estas moviéndote no se te vea nada»
¿Pensás que en un ámbito público de Bolivia, una plaza, al aire libre, funcionará o es para un auditorio o ámbito teatral? Me refiero a la frialdad de los transeúntes, por ejemplo
No estoy segura si esto en un contexto de calle funcionaría. Tenía la duda interna de si esto funcionaría en La Paz, aquí, allá, o en cualquier lado, invitar a la gente a que agarre la lana… Como imagen he pensado en muchas cosas. Pero llegar a la lana ha sido…el material la firmeza que tiene, el enredo que puede llegar a hacer la lana, tanto como nuestros pensamientos. Cuál es la cosa física que es como lo que tenemos adentro, en los sentimientos o los pensamientos, esa era mi pregunta. Y Nos enredamos nosotros escuchando noticias que son, que no son; escuchando en la vecina lo que te duele a ti pero lo sigues pasando. Y lo que uno tiene adentro y que ni lo saca. Desde ahí pensé en la lana pero no pensé en si la gente la iba a agarrar o no…
¿Trabajaste con un guión, una estructura básica, o hubo mucho de improvisación?
Escribí mucho, mucho. Fui reduciendo y me quedó un texto pequeñito con lo que consideré importante para decir. Pero no me quería aprender el texto de memoria pues lo iba a teatralizar mucho, y tal vez no salga algo sincero. Sabía más o menos lo que iba a decir y que iba a decirlo desde muy adentro, desde donde me tenga la situación. Si armé esta estructura: voy a llegar; a invitar a que agarren la lana y me voy a vendar los ojos con la lana. Porque lo que yo no quiero ver, o no quiero ver que estoy sintiendo, lo van a ver todos por mi. Eso lo pensé desde el título, que lo había trabajado con Daniel (la obra se llama «Te ves en mis ojos»)…

«Los aguayos son la tela que envolvía el espejo y la tijera. Es la representación del peso. Además, nunca sabes lo hay dentro de un aguayo»
La obra conmueve mucho a los espectadores, que además tienen la lana que te enreda ¿Cómo te preparaste vos internamente? La lana te dejaba marcas en la piel, seguro sentiste dolor real…
Todavía tengo unas marcas. Desde el principio que investigaba en las perfomances, en la acción y en lo que puedo acceder en La Paz, que es poco, pero si por Internet, siempre he entendido, y me ha gustado, que con perfomances tienes que comprometerte desde el cuerpo. Es con lo que más me he identificado y no tiene el teatro. Wehbi lo decía el otro día: en el teatro lo ensayas, en la perfomance tienes la estructura pero no sabes lo que va a pasar. El compromiso de tu cuerpo para mi es lo importante. Es importante el poder hacer sentir al otro, y si yo no lo siento ¿Cómo podría hacer sentir a alguien más? Lo que sea que yo sienta, va ser necesario para mostrar ese dolor colectivo del que hablábamos
No vamos a contar el final, pero hacia el final se requiere mucho compromiso del público ¿Qué pasa si no responde? De hecho al terminar la función le pregunté a quien te alcanzó las tijeras si era de la producción y me dijo «Nooo; sentí que tenía que ayudar a esa mujer»
Eran las dos invitaciones que tenía para hacer: la tijera y el espejo. No pensé para nada en la reacción de la gente. Me he sentido muy agradecida al final, y sorprendida, en esta cosa rara a la que yo invitaba a «ser parte de».
Decís «invitación» pero eso lo genera la obra, tu acción lo genera, no lo pedís vos…
Es algo que he pensado. Todo es riesgo. No sabía si el público iba a agarrar la lana al comienzo. He pensado cómo hacer para que el público entienda, le he dado muchas vueltas. Mi primer pensamiento era si yo iba a tener lejos los aguayos…Tenía mucho miedo. No veía nada. Ensayé si movimientos con ojos vendados sin ser torpe…
¿A la tela de colores te referís con aguayo?
Si. Los aguayos son la tela que envolvía el espejo y la tijera. La tela de aguayo se utiliza en Bolivia, en el contexto indígena, y actualmente no tan indígena. Es conocido como que ahí se carga a los bebes. Pero es un tejido tan firme que es de carga en general. Me ha gustado utilizar el aguayo desde la perspectiva de que en Bolivia significa «cargar»; donde ahí un aguayo adentro hay algo pesado; tu hijo en el mejor de los sentidos; puede ser tu cosecha; el aguayo es increíble, se saca de ahí cualquier cosa. Es la representación del peso. Además, nunca sabes lo hay dentro de un aguayo.
Vos apareces con pollera solamente…¿También tienen un peso fuerte en la cultura boliviana es cierto?
La mancancha es la ropa interior femenina, de la mujer indígena. No era pollera; esto va debajo. Mínimo se usan cinco, para que si estas moviéndote no se te vea nada. Tiene que ver también con la sensualidad, en los tobillos se ve el encaje, como una insinuación chiquitita…La utilice desde la idea de que la mancancha es la transparencia, tu interior, está dentro de ti, es lo que no vas a mostrar, no está permitido…Esa era mi idea de mostrarme sin estar desnuda…
Sobre esto, vos apareces con el torso descubierto pero los senos cubiertos… ¿Es pudor o significa?
La mujer indígena, la chola paceña, utiliza mucho la «camiseta», no importa si estamos en un calor tremendo, la mujer tiene que utilizar lo necesario para que los pezones no se vean, ni se insinúen. Es algo cultural, de tradición. Justamente, hace un mes con los chicos del colectivo Iconoclasta empezamos una investigación sobre el erotismo andino y descubrimos estas cosas. La desnudez nunca llega a ser totalmente desnuda para la cultura indígena, incluso al tomar un baño. Para mi era importante reflejar esto, pero también mi cuerpo desde dónde me agarra la lana, los músculos y si me ponía varias camisetas no lo voy a lograr y no va a tener la misma potencia.
Gustavo Camps
Magaly
Exelente Ale, orgullo familia y arte!