En una sociedad sedienta de propuestas sólidas, el sindicalista Victorio Pirillo, de los municipales de Vicente López STMVL, no deja de aportar su grano de arena. Antes de las PASO Pirillo advirtió que bajar las horas laborales, sin analizar cómo se afectarán las paritarias, los salarios y todas las variables del mundo laboral, iba a ser como gatillar un arma a ciegas; y darse el tiro en el pié. Ahora advierte sobre el “Seguro de Garantía de indemnización Mensual”, que pretende modificar un derecho clave para el trabajador, como la indemnización por despido.
Por Victorio Pirillo*

Gobernantes, empresarios paraestatales y legisladores proponen imponer una reforma laboral mediante la cual el trabajador despedido resignaría cobrar su justa indemnización. Es decir, la actual indemnización completa, reemplazándola con otra compensación que se percibiría de modo mensual y en cómodas cuotas.
Parte de un artículo del pretendido proyecto de ley, recientemente presentado, dice, entre otras cosas, lo siguiente: ante caso de renuncia o cese de actividad, retiro, jubilación o despido, fuese este último con o sin causa justa, el trabajador recibirá una remuneración del “Seguro de Garantía de indemnización Mensual”.
Esta remuneración será equivalente a su último salario percibido. La cobrará, en principio, hasta la obtención de un nuevo empleo. Pero si tarda en conseguirlo, y lo cobrado alcanza el monto de la indemnización que le correspondía por los años trabajados, dejará de cobrarlo; aunque no haya conseguido un nuevo trabajo. Este seguro de garantía, el trabajador lo comenzara a percibir a partir de su segundo mes de despido efectivo, dado que el primero correría por cuenta del empleador.
Conociendo la sociedad en la que vivimos y a quienes son su principales actores; donde una cosa es lo que se piensa, otra la que se dice y otra la que se hace, esta propuesta realmente debería ser encuadrada dentro del recordado lema, un poco modificado por la circunstancia: “Con bastón y con galera engañamos a cualquiera“.
Y principalmente afectará a los más vulnerables que son los que componen el mundo del trabajo; y a los que vienen mendigando, hace años, poder tener algún trabajo. Este seguro, el trabajador lo comenzara a percibir a partir de su segundo mes de despido efectivo, dado que el primero correría por cuenta del empleador.
Efecto negativo e inverso

La medida suena de avanzada y reparadora. Pero no. Creará un efecto negativo e inverso al planteado; en un país, como el nuestro, crónicamente hiperinflacionario; sin reglas de juego claras; ni programas o planificación a largo plazo; donde además las empresas, incluso las aseguradoras, hoy están y mañana, fraudulentamente, quiebran o se esfuman.
Y qué decir del Estado que tarda una veintena de años para hacer efectiva una sentencia judicial. Solo se sumará una injusticia más al de por si castigado universo del asalariado. Jamás podremos salir adelante, como sociedad, mientras no coincidan el interés privado y público, o viceversa. Y mucho menos con más desempleo, parches transitorios, menos producción, mercados ganados y seguro de trabajo.
Hoy es un deber, moral y primordial, terminar con las prácticas de los que actúan con odio, ventajismo y fanatismo. Llegó el momento de revertir esta situación planteada entre los que tienen, y quieren disponer libremente sobre los derechos de los demás, y los que no tienen nada más que miseria, sueldos paupérrimos y frustración. Es abusiva.
El proyecto planteado con la indemnización del trabajador, en un país tan dispar y subdesarrollado como el nuestro, solo apunta a proteger el riesgo y el interés del sector empresario y paraestatal; y privará al trabajador de disponer libremente, y al contado, de su indemnización que es de su propiedad.
*Secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López. Abogado.
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