El secretario general del sindicato de municipales de Vicente López, Victorio Pirillo visitó la feria de ciencias de la escuela secundaria técnica N° 4, de Florida oeste, y se fue impresionado por lo que vio. En esta nota relata la experiencia y exhorta a las autoridades educativas para que se comprometan con el establecimiento, que lleva 50 años en la comunidad, tiene y ha tenido logros educativos, pero necesita apoyo para seguir en el camino que se ha trazado.
Por Victorio Pirillo*
Hemos visitado en apoyo a docentes y alumnos la “Expo Güemes” de la Escuela Técnica “Gral. Martin M. de Güemes” E.E.S.T. Nº 4, de Florida Oeste, Vicente López. Es una escuela técnica con más de 50 años de trayectoria. Es público y sabido que la educación técnica se fue deteriorando con las diversas políticas educativas. Eso, y la población vulnerable que la rodea, evidencia ser uno de los motivos por el cual fue disminuyendo la matrícula y perdiendo su identidad.
Al visitarla observamos la realidad de los chicos, los que en su mayoría son del Barrio «La Flores» de Melo, Loyola y La Rana, es decir de los sectores más vulnerables de San Martín y Vicente López. Hijos de generaciones que no trabajan o se quedaron sin trabajo. Viven en condiciones muy precarias y vienen a la escuela, entre otras cosas a buscar refugio. No faltan nunca, llegan sin comer, sin abrigo, en ocasiones se descomponen del hambre o del frío. Todo esto conforme al relato de muchos alumnos y algunos docentes.

Pirillo: «Los docentes, en su mayoría profesionales (técnicos, ingenieros, farmacéuticos, bioquímicos, profesores universitarios, profesores terciarios, licenciados) eligen trabajar en la escuela no por dinero sino porque la aman, y sienten pertenencia e identidad con ella
Esta escuela con la calidad de profesionales que tiene, es una herramienta que permite cambiar en parte la realidad de estos chicos. Es muy injusto que los profesores tengan que poner dinero de sus propios bolsillos para comprarles comida, ya que están desde las siete y media hasta las 18 horas en la escuela. Al no haber bufete, no tienen dónde comer, ni comprar. A veces los alumnos comparten la comida de los docentes, y comen en la escalera que da a los baños, ya que las aulas quedan cerradas.
A nuestro criterio las autoridades provinciales y municipales deberían arbitrar la posibilidad de subsanar este grave problema, que es uno de los tantos motivos que alejan a los chicos de las aulas, y los sumergen en los barrios, dejándolos a merced de grupos marginales que los alejan de una profesión que siempre es un pasaporte para obtener un trabajo digno. A todas luces se observa que necesitan de todo, un bufete activo, mejoras edilicias, recursos materiales, pintura, acondicionamiento de baños, entre otras.
Los docentes, en su mayoría profesionales (técnicos, ingenieros, farmacéuticos, bioquímicos, profesores universitarios, profesores terciarios, licenciados) eligen trabajar en la escuela no por dinero sino porque la aman, y sienten pertenencia e identidad con ella. Los alumnos y profesores manifiestan con orgullo: “Ganamos Congresos internacionales. Este año recibimos el premio y reconocimiento entre los tres mejores proyectos científicos de Latinoamérica realizado en Chile pero no pudimos viajar por falta de recursos”.
“Recientemente fuimos convocados por la Fundación Zahied para participar en un Congreso en Emiratos. Ganamos y viajamos todos los años en feria de ciencias, olimpiadas científicas y congresos ecológicos (Aidis, Sol y Deus, ACTE entre otros), pero dada la grave situación económica actual sin asistencia será casi imposible cumplir las metas o participar de los concursos”.
Una profesora con orgullo dijo “Nada nos detiene porque tenemos convicción y porque nuestros chicos que son nuestro capital, lo merecen. Pero por sobre todas las cosas, nos necesitan. Necesitamos mostrarles otro horizonte, ellos también son el futuro. De nosotros, de las autoridades y de la sociedad depende en gran parte su futuro”.
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