En esta columna el editor de denorteanorte.com reconoce que la sociedad está un poco hastiada de las y los políticos y puede pasar factura de esto con la ausencia al cuarto oscuro. Entonces advierte que “Lo peor que podemos hacer es dejar que otro decida por nosotros”. Porque no ir a votar es eso: dejar que otro tome la decisión de elegir candidatos en estas elecciones primarias. Pero además recuerda que antes hubo quienes dejaron la vida para que se pueda votar. Y también que debemos preservar la democracia para los que vendrán.
Por Gustavo Camps*

A 40 años de la vuelta a la democracia el panorama es desolador. No hay candidato que despierte algún tipo de esperanza para quienes siempre hemos vivido del trabajo, cuando hubo. Y la excepción, o las excepciones que confirman la regla, van a ser los menos votados, si es que, en rigor, se presentaron a los comicios. Pero tenemos que ir a votar, no hay duda.
Lo peor que podemos hacer es dejar que otro decida por nosotros. Olvidé en que película lo vi, pero es la idea precisa. Varios defienden a un personaje que es de lo peor. No hay duda de esto, ni siquiera entre quienes lo defienden. Y cuando les preguntan el porqué, de esa defensa contradictoria, son clarísimos: “Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.
Estos 40 años de democracia los hemos construido nosotros. Son nuestros. Nadie tiene derecho a tirar una sola piedra. Quienes quedamos se lo debemos a muchos que no pudieron verlo. Dicen que son 30.000. Serán. Tal vez más. Pero también se lo debemos a quienes recién llegan, y se encuentran con esto que hicimos, hasta que traten ellos de mejorarlo.
“(…) votar es lo mínimo que podemos hacer en democracia”
Si no vamos a votar van a salir a denigrar la democracia quienes no ganan con la democracia. Las y los políticos van y vienen. Hoy serán unos y mañana otros. Pero el sistema democrático no es perpetuo. La primera vez que voté tenía 25 años. Podría haberlo hecho a los 18, pero estábamos en dictadura y no se votaba. Otros elegían por nosotros, y muy mal, no bien.
En rigor votar es lo mínimo que podemos hacer en democracia. Sin embargo han logrado que se valoren más otras actividades y preocupaciones, que las de construir la democracia. Y para muchos, democracia, es esto mínimo que ocurre cada dos o cada cuatro años. El voto. Si ni siquiera podemos responder por el voto, el camino a otra dictadura está allanado.
Por eso desde acá, un medio de comunicación minúsculo en la infinita red de redes, convocamos a votar. Esta vez se eligen candidatos solamente. Entre partidos, o alianzas, no habrá ganadores o perdedores; pero si candidatos más o menos votados. Si bien no somos neutros, no nos interesa en esta instancia interceder por algún candidato o candidata.
Pero sí promocionamos la acción de votar. Aunque, como afirmamos en nuestro propósito (ir con un click), “preferimos la tolerancia a la intransigencia, la contradicción a los dogmas”; consideramos que “conflicto y debate son motores de desarrollo positivo para la comunidad” y “creemos en una cultura de paz”. Y no todos los postulantes siquiera encuadran en esta visión.
*Periodista. Editor general en De Norte a Norte-Noticias las 24 Horas. Columnista y productor de noticias.
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