Del País, Medio Ambiente

La bajante del Paraná llegó para quedarse

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) difundió un análisis de situación, sobre el fenómeno de bajo caudal del río Paraná; con opiniones de dos expertos, uno del Instituto Nacional de Agua, de la Argentina; y otro del propio SMN; con datos del brasileño CEMADEN (Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales) y del SMN. El informe –bajo el título Bajante del Paraná: Causas y perspectivas- pone foco en las lluvias; y advierte que el panorama de falta, que se observa en el presente y en tiempos precedentes, se agudizará con el fenómeno de “La Niña”, esta primavera.

La bajante reciente la actividad productiva y preocupa a expertos y gobierno

Desde hace mucho tiempo atrás organizaciones ambientalistas ponen el grito en el cielo para advertir sobre el mal uso de las aguas del río Paraná. Sumado a eso, la naturaleza también ha aportado su granito de arena al fenómeno, y el resultado está a la vista. La bajante no solo se mantiene, sino que amenaza con agudizarse.  

Mimetizada en palabras como “desarrollo” y “progreso” la acción del extractivismo agroindustrial, minero y ganadero,  aporta con creces a la bajante; que por su cuenta produce la naturaleza en respuesta al cambio climático.  Sumemos a eso las otras actividades comerciales por fuera de la escala humana; la forestal y la fluvial, por caso.

Un informe difundido por el SMN reconoce, asimismo,  que las consecuencias de la bajante del río Paraná se sienten, actualmente,  no solo en la actividad productiva,  sino que además, “preocupa a expertos y autoridades”. Allí se sostiene, primero, que estamos frente a “un fenómeno complejo, multicausal, que se perfila como histórico”.

Impactos múltiples

Cuenca del Plata, Déficit de precipitaciones de los últimos 12 meses, respecto de la media (CHIRPS-12) Fuente https://sissa.crc-sas.org/monitoreo/estado-actual-de-la-sequia/ (Imagen SMN)

Además de calificar y describir los impactos como “múltiples, extendidos y costosos”; el informe señala que involucran a “la navegación fluvial, las tomas de agua urbana, la generación de energía, la fauna íctica (los peces), el riesgo de incendios y la modificación de cauces y paisaje”.   

Entre las causas de la bajante prolongada el análisis que difundió el SMN enumera: “La falta de lluvias, el aumento de la demanda hídrica, la explotación de la tierra y, principalmente, la prolongada sequía severa que afecta la parte alta de la Cuenca del Paraná, en el sur de Brasil”.

Sobre esto último detalla que “desde hace 22 años las condiciones de precipitación están por debajo del promedio (con excepción del 2010 y el 2015) y la situación empeoró desde el 2018, lo que ha dado como resultado una situación  de sequía que pasó de severa a excepcional”.

Luego cita una descripción de Juan Borús, hidrólogo del Instituto Nacional del Agua. El especialista señala: “Estamos sufriendo los efectos de una sequía que empezó en junio de 2019. Es un ciclo que no terminó todavía y no se tiene claro cuándo va a terminar. Esta sequía nos comenzó a llamar la atención en marzo de 2020”.

Borús afirma que entonces la sequía se observaba como”irreversible”; pero además, “la alta cuenca del Paraná, en Brasil, empezó a mostrar una disminución de su aporte muy significativo”. Y esto “obligó a un seguimiento hora a hora, porque nos puso adelante el grave problema que tiene la Argentina con las tomas de agua urbana”.

Efecto en ríos y suelos

(Imagen SMN)

Según el informe, en la Argentina la escasez de lluvias es similar a la de Brasil. “Las provincias del Litoral y centro-norte –se indica– también registran” lluvias “por debajo de lo normal desde mediados de 2020, lo que agrava aún más el problema”. Luego se advierte que el déficit afecta tanto a los ríos como a los suelos.

Para el especialista, Alejandro Godoy del SMN, asimismo, es multicausal también la falta de lluvias en nuestro país en general; pero particularmente en la cuenca alta y media del Paraná. No obstante señala que La Niña redujo la posibilidad de lluvias en la propia estación lluviosa, primavera de 2020, hasta el inicio del otoño 2021.

Según publicaciones especializadas, La Niña es un ciclo de temperaturas frías, que forma parte de un fenómeno climático más amplio y global –conocido asimismo como El Niño- que involucra a los vientos alisios, se desarrolla en las regiones tropicales e influye en las temperaturas de todo el planeta y en los regímenes de lluvias.

Godoy, en tanto, sobre la escases local de lluvias explicó que “Además, durante el año se produjeron pocas situaciones favorables para lluvias intensas que suelen darse cuando hay un ingreso de aire húmedo proveniente de Brasil que se combina con los pasajes de sistemas frontales en el noreste de nuestro país”.  

Desde el SMN; asimismo, informaron que varias provincias sufren más de un año de sequías. Y dan el caso de Misiones o parte de Corrientes; donde las estaciones del SMN registraron “en el último año entre 400 y 600 mm menos que en un año normal; lo que representa aproximadamente el 50% de la lluvia anual”.

Brasil

Respeto a Brasil, el informe difundido por el SMN señala que la temporada de lluvias en la  zona central de Brasil comienza a mediados de octubre. No obstante, informaron que desde el CEMADEN (Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales) advierten que “todavía no es posible anticipar”; cuándo y cómo será.

Luego señala que en el sur de Brasil la sequía también “puede estar relacionada con el fenómeno de “La Niña”; que estuvo en vigencia entre junio de 2020 y abril de 2021; pero que tiene una cierta influencia en el comportamiento de la atmósfera hasta unos meses después de su fin”.

“La Niña es un factor modulador de lluvias en el sur de Brasil y el Litoral argentino, que reduce la cantidad de precipitaciones en esa región”, sostiene el informe del SMN. Seguramente el informe da por conocido –por eso no está de más aclarar- que se trata de un fenómeno que es cíclico, pero no es  periódico, por lo tanto es difícil de predecir.

El informe concluye en que “En las tendencias climáticas para el trimestre julio-agosto-septiembre, estos patrones de lluvia se repiten, tanto en la cuenca brasileña, como en la zonas de  los ríos argentinos”. Y, si bien reconoce la incertidumbre, “existe la posibilidad de un nuevo evento de “La Niña” a partir de la próxima primavera”.

Gustavo Camps

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