La guionista de Vicente López, Mónica Landolfi, presentó su libro, En Obra Teatro en Movimiento tres (Dunken, 2024). Es el tercero de la colección y el cuatro de su autoría. Lo acaba de presentar en la 48º Feria Internacional del Libro, ayer lunes, en la sala Alejandra Pizarnik. Acompañó la presentación una performance dirigida por la directora y docente teatral, Estela Oriana, con seis actrices y actores en escena, que recorrieron al azar los nueve textos de la obra de Landolfi.

“Yo soy una escritora” dice Mónica Landolfi. Aunque quienes la conocen saben de su trayectoria, con las letras, pero también como actriz, poetisa, gestora cultural y guionista imparable de obras de teatro. Justamente presentaba, En Obra Teatro en Movimiento tres (Dunken, 2024), en la sala Alejandra Pizarnik, de la Feria del Libro, ayer lunes.

La acompañaron, como otras tantas veces, además de público en general, ex alumnos y alumnas, amistades, actrices y actores. Y sus compañeras inseparables de varios proyectos, la actriz y docente de teatro, Liliana Dozo, y su par, Estela Oriana, que ofició de presentadora y además dirigió una performance sobre la obra que se presentaba.
Seis actrices y actores -que han protagonizado su obra- interpretaron y leyeron fragmentos de los nueve textos que presenta en, En Obra Teatro en Movimiento tres. Un popurrí de temas y géneros que incluyen amor, muerte, sueños, esperanza, violencias contra la mujer, mitos, en comedias, dramas, monólogos y tragicomedias.
Un entramado

En escena estuvieron además de Oriana y Dozo, Carlos Berraymundo; Claudia Stigol; Raúl Gómez y Sofía Ríos. En el público acompañaban, asimismo, por citar, Sandra Silveyra; también, Gloria Bravar, actrices que también trabajaron obra de Landolfi.
“Esto es un entramado”, reconoció asimismo en una charla íntima y distendida, frente al público, tras la perfomance de Oriana. Para reconocer que su diversidad artística se nutre de muchos otros y otras que recorren con ella la búsqueda insaciable del arte; tanto en su sala, Espacio Azucena, de Olivos, como en todos sus proyectos.
Reveló que su primer leitmotiv creativo fue la presentación de obras en concursos, pero solo como puntapié inicial. Y en esta línea reconoció: “Primero escribía para concursos. Pero hace por lo menos dos años eso cambió. Y empecé a escribir sobre algunos temas que me llamaban la atención y después me proyectaban”.

Recordó que estudió la carrera de guionista de cine y televisión, y esto la volcó a escribir guiones de teatro. Entre sus autoras y autores predilectos nombró a Griselda Gambaro; Carlos Gorostiza y Roberto Cossa. Su amiga Susana Ocheto, la definió desde el público: “Mónica tiene una sensibilidad especial sobre el amor, la mujer y la sociedad”, dijo.
Habló de dos de sus guiones premiados que la marcaron. “Delincuentes y Pecadoras”, sobre mujeres encarceladas en la Córdoba colonial. Y, Destinos de Esperas, sobre Joaquina de Alvear, y el origen mestizo del General Don José de San Martín, hijo de la indígena, Rosa Guarú y de Diego de Alvear; no del matrimonio, San Martín-Matorras.
La escritura

“Me conmueve la injusticia y mi manera de exorcizarlo es la escritura”, señaló en otro momento de la charla. También que no tiene un “orden” determinado para escribir. “Soy bastante desordenada para escribir. Escribo en un papelito, en el celular”. Y su colega de andanzas, L. Dozo, con quien trabaja hace 25 años, valoró su trabajo grupal.
Ya fuera de la sala, después de las imágenes de rigor, con propios y extraños -a Landolfi le encantan las fotos en todos sus eventos- la escritora consideró: “Tengo distintas facetas, pero las que más me interesan desarrollar son la escritura y la gestión cultural desde todos los lugares. Por eso insisto con que hay que tener movimiento”.
Y enumeró todo lo que hace una, o un, artista aparte de la creación de la obra. “Con la idea sola no se produce. Tenés que contactarte. Insistir. “Vender la idea” no es suficiente tampoco. Y me fascina ver lo que escribo proyectado en el escenario. Lo quiero ver. Recién cuando lo veo me quedo tranquila. Por eso prefiero la dramaturgia”.
Azucenas en el fango

Landolfi, explicó sobre eso, que “al lector de una narración nunca puedo saber qué le pasa. En cambio, en el teatro puedo ver al público a la salida de la obra. Y allí tengo una impresión cercana e inmediata. Soy escritora. Y dentro de la escritura soy dramaturga, también poeta, pero más dramaturga”, enfatizó.
Antes en la sala, Landolfi había elegido un pensamiento de Federico García Lorca (FGL) para concluir con su charla. En su última entrevista antes de ser asesinado por el franquismo, en España, FGL el 10 de junio de 1936 en el diario madrileño El Sol, habló en una entrevista, entre otras cosas, sobre el arte, los artistas y el pueblo.
“En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas”, dijo el gran FGL. Y Mónica Landolfi se definió: “soy de las que buscan las azucenas ”.
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