Fue el fin de semana en el Centro Político Cultural, La Jauretche, de Carapachay, con la presencia del director de la obra, Fabio Zurita, y del abogado de derechos humanos, Eduardo Salerno, defensor de los acusados por el copamiento de La Tablada, por el que entre otros, fue encarcelado el padre Puigjané. Tras la proyección, el debate sobre el documental rescató la espiritualidad del cura franciscano y su solidaridad y compromiso con los más necesitados y derivó en el análisis de la militancia actual.
La noche fría y un proyector arisco solamente retrasaron un rato la proyección del documental, Antonio Puigjané el piru (un franciscano a contrapelo), del director, Fabio Zurita -que fue uno de los primeros en llegar al horario pactado, a las 19 del viernes- sobre el cura de gran compromiso con los desposeídos, y defensor de los derechos humanos, que en junio cumplirá 91 años.
El padre Puigjané, como dirigente del Movimiento Todos por la Patria, fue condenado a 20 años de prisión por el copamiento del cuartel militar de La Tablada, en 1989, pese a que el resto de la mesa directiva del espacio, y su propia historia pacifista, exteriorizaron que él no participó del copamiento armado y además se oponía al uso de las armas por motivaciones políticas.
Con Zurita estuvo el abogado de derechos humanos, Eduardo Salerno, vecino de Vicente López ex preso político secuestrado durante la última dictadura, reconocido por su tarea para la Premio Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchú Tum, y uno de los letrados que se ocupó en la defensa de los miembros del MTP por el caso de La Tablada, junto al sanfernandino Julio Viaggio.
Zurita, tras la proyección, relató particularidades de la producción que le llevó quince años, contó que estuvo en La Rioja -el filme muestra testimonios de la familia el ex presidente Menem en Anillaco- y que a lo largo de la producción, no previamente, se fue consustanciando con la idea de que el cura capuchino era inocente y no conocía la decisión de tomar las armas del MTP.
«Me siento muy orgulloso de la película y de vos como amigo» le dijo el abogado Salerno, al director. En varios tramos de su intervención de emocionó al recordar el juicio al franciscano, y dio su testimonio de que el padre Puigjané se puso a derecho, como miembro del consejo directivo del MTP, y aceptó su condena en solidaridad con el grupo, pese a ser inocente.
Salerno también contó que en el transcurso de la condena con la que fueron sancionados los miembros el MTP acusados del copamiento, le llegó la noticia de que podían matarlos en la cárcel donde estaban; entonces le ofreció a Puigjané gestionar su traslado, pero el franciscano de ninguna manera aceptó. Finalmente aquella noticia fatídica nunca se concretó.
La charla con Zurita se extendió hasta entrada la noche. No estuvo ausente el tema de la espiritualidad del cura franciscano, pero entre el público había muchos militantes de espacios políticos y la comparación surgió naturalmente, después de todo la opción de fe, de toda la vida del padre Puigjané, se complementó o se articuló con su opción política también.
Marcela Cortiellas Córdoba, una de las referentes del centro La Jauretche, y actualmente concejala de Vicente López por el peronismo, sostuvo que si hacen falta más religiosos con el carisma de Puigjané, por defender a oprimidos y desposeídos, «Esa falta se ve también en la militancia que ha perdido su compromiso. Fray Puigjané nos muestra esa falta» evaluó la edil.
Alberto «Negro» Oliva, presidente actual del PJ de Vicente López, y experimentado militante, que estaba entre el público, a modo de autocrítica también, reconoció que los viejos militantes «nos olvidamos de trasladar a nuestra juventud los valores de la militancia que nuestros viejos nos trasladaron a nosotros». Oliva propuso dar testimonio del compromiso de Fray Puigjané.
Gustavo Camps
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