Es por el festival de despidos de Javier Milei. Ahora los pobladores deberán ir a San Martín de los Andes, y el viaje cuesta $4.000. Pero además la medida atenta contra pobladores de ciudades vecinas, como Aluminé aún más lejanas. El actual presidente, Javier Milei, anunció el despido de 70.000 empleados estatales, pero no era exacta la cifra. Como es habitual, funcionarios cercanos salieron a decir otras cifras. A cien días de gobierno el gobierno no muestra políticas eficaces para el país.
Hace años atrás la oficina de ANSES, en la precordillera neuquina, tenía su sede oficial en la ciudad de San Martín de los Andes. Y dos o tres veces al mes enviaba un plantel a Junín de los Andes -a alrededor de 35 kilómetros- para tomar los trámites de esta comunidad, muy populosa también, pero sin oficina.
La Administración Nacional de la Seguridad Social ANSES, como se sabe, resuelve cuestiones referidas a jubilaciones y pensiones, subsidios familiares y de desempleo, de los cuales las empresas privadas no se hacen cargo. Y en general ayudaba a quienes las falencias del sistema coartan de sus derechos como seres humanos.
Recién en la última gestión de gobierno nacional (Fernández) se habilitó una oficina permanente en Junín. Que además beneficiaba a pobladores de comunidades más alejadas de San Martín de los Andes, como Aluminé, por ejemplo. Pero esta semana la oficina cerró, en el marco del festival de despidos que promueve la actual gestión Milei.
La ANSES es un organismo descentralizado, pero dentro de la administración pública. Siempre dependió de los ministerios de desarrollo social. Actualmente está dentro del mal llamado “Ministerio de Capital Humano”. Una nomenclatura económico-empresarial que remite a las personas que aportan trabajo real, no meramente capital, al sistema.
Ineficacia
El cierre no solo perjudica enormemente a Junín de los Andes que se queda sin oficina de ANSES. También perjudica a la zona periurbana, las comunidades del campo; y de ciudades vecinas con sus poblaciones. Además, recargará el trabajo de la oficina de ANSES de San Martín de los Andes; y a la más lejana de Zapala.
Una de las trabajadoras despedidas relató en radios comunitarias que cuando llegaron al trabajo se encontraron con que no tenían acceso a sus computadoras y las claves de acceso habían sido desautorizadas. Algo muy similar a lo que aconteció en la CABA con la Agencia Nacional de Noticias Télam, cuyo personal aun sigue de licencia obligada.
En este caso, el de Télam, se ve patente la ineficacia del gobierno nacional para encarar la tarea administrativa. Las y los trabajadores de Télam no puede ser despedidos sin más desde el punto de vista legal. Entonces es mentira que las oficinas se cierran para ahorrar “gastos” al Estado. Pues la gestión Milei les sigue pagando.
El Presidente, como es habitual, con una verborragia impropia para la responsabilidad de un cargo político de jerarquía como ese, salió a “anunciar” que había 70.000 despidos en el Estado. No la oposición, sino sus propios subalternos, tuvieron que salir a aclarar que los números y porcentajes son otros, no los que dijo Javier Milei.
La semana última se cumplieron 100 días de la presidencia de Javier Milei. A los bochornos de la “ley ómnibus” rescatada del Congreso por el propio Ejecutivo, antes de que se la rechacen. Y del rechazo de su DNU 70 por parte del Senado nacional. Poco y nada tiene para mostrar de positivo la gestión Milei.
Miseria planificada
El aumento del hambre de las clases más desposeídas. El ajuste a jubilados para “mostrar” mejores números, el aumento de recursos al sistema represivo. Las campañas distractivas, con cambios de nombre en edificios públicos o prohibiciones en el lenguaje oficial, en la era de la información y la inteligencia artificial, engañan a muy pocos.
También comienzan a ponerse en tela de juicio las bondades de un sistema de “dejar hacer, dejar pasar” contra la industria nacional. O las torpezas en las relaciones internacionales, como el desdén a China, una de las potencias actuales. En beneficio de los EEUU. Cuando el abanico debería incluir a todas las potencias y no a una.
En este contexto, se ve claramente lo advertido por los organismos de derechos humanos el fin de semana. “Hace 48 años, los genocidas, militares y civiles tomaron el poder en la Argentina para imponer, con el terrorismo de Estado, la concentración de la riqueza, la profundización de la desigualdad social y con ella la miseria planificada”.
“Sus responsables -destacaron- aún siguen impunes y muchos integran el actual gobierno o son sus socios. El mismo plan económico es el que hoy ejecuta el gobierno de Milei y Villarruel, que empuja a la pobreza y al sufrimiento a la mayoría del pueblo. Argentina no es su Patria. Para ellos, la única Patria que existe es la patria financiera”.
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