El municipio de San Martín inauguró la segunda y última etapa de la reapertura del tradicional Club Peretz, de Villa Lynch. Estuvo el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, que como intendente de San Martín, en 2015 decidió comprar el edificio del club e iniciar las obras. El Centro Cultural y Deportivo Itzjak Leib Peretz nació en Villa Lynch al albor de la industrialización en los años ´40 del siglo XX. Y decayó igual que la industria por las políticas neoliberales de los ´90. Ahora es un centro cultural y deportivo municipal.
“Sabíamos con Fernando (Moreira) que este edificio tenía destino de supermercado chino o galpón. Y sabíamos que teníamos que hacer el esfuerzo”, explicó el ahora ministro Katopodis, sobre la decisión que tomó en 2015, como intendente de San Martín, de comprar el edificio del Club Peretz, en Villa Lynch, y remontar la entidad.
El ministro de Obras Públicas de Nación, Gabriel Katopodis, el intendente Moreira, y la comunidad de “peretzianos” -como se llaman, con sentimiento, ex socios e hijos y nietos de los fundadores del Pertz- inauguraron la segunda y última etapa de obras de restauración del club, que funciona como centro deportivo y cultural municipal.
El símbolo de la primera etapa -que se inauguró en 2019, gestión Katopodis- lo constituyó la piscina semiolímpica, en el primer piso de la entidad. Con esa obra el Peretz volvió a funcionar en Villa Lynch. Había nacido con la industrialización de los años ´40, y derrapó, igual que la industria, con las políticas neoliberales de los ´90.
Comunidad y ciudadanía
“Piletas lindas grandes, gimnasios hermosos, como estos debe haber cientos en la Argentina. Mejores que estos tal vez. Pero, cuando nosotros construimos estos espacios los hacemos fundamentalmente para construir comunidad y ciudadanía”, explicó Katopodis sobre la razón de ser de la inversión municipal en esta obra.
En esta línea, asimismo, Katopodis explicó: “Nuestros vecinos y vecinas, entonces, cada vez que entran y salen de estos lugares, y disfrutan de algo de calidad, sienten que hay un Estado que reconoce derechos. Y ellos sienten que están ejerciendo un derecho y de esa manera son parte de la comunidad”.
La obra de la segunda etapa abarcó la puesta en valor de la cancha de básquet y vóley, con sus vestuarios. Se inauguraron, asimismo, tres salones para actividades deportivas y culturales, sanitarios, sala de profesores y áreas administrativas. También hubo renovación de la fachada del edificio sus balcones, y los pisos del edificio.
Acompañaron la inauguración, asimismo, Julio Lamas, ex entrenador de la selección argentina de básquet; Eduardo Cadillac, ex basquetbolista del Deportivo San Andrés y la selección. Damián Manusovich, ex futbolista y socio del club, entre otros. Y la educadora, Débora Kantor, nieta de Wolf Raizman, fundador del club.
Y estuvieron la secretaria para la Integración Educativa, Cultural y Deportiva de San Martín, Nancy Cappelloni. También la secretaria de Deportes de la Nación, Inés Arrondo; el subsecretario de Deportes bonaerense, Leandro Lurati; el director bonaerense de Deportes Sociales, Marcos Cianni.
Inmigrantes y fábricas
El intendente Moreira, luego -que fue quien desde 2015 llevó las negociaciones del Peretz, según señaló el propio Katopodis- también dio una clave para entender el valor social de este club, más allá de los servicios que presta. “El Peretz no es solo eso. Forma parte de la historia de Villa Lynch, que nació de inmigrantes y fábricas”, señaló.
El intendente explicó que “San Martín es claramente industrial. Pero Villa Lynch es el ícono industrial del distrito. Y se conformó de dos elementos: inmigración y fábricas. Pymes e inmigrantes. (Y en el caso del Peretz) Polacos, rusos, de Europa del este, de origen judío, que vinieron a Villa Lynch a construir un polo industrial”.
Moreira hizo un paralelo de esa experiencia local con la historia económica del país. Citó al escritor y reconocido vecino, Roberto Pinkus, autor que describe como pocos la irrupción de la inmigración en Villa Lynch, y cómo, con la experiencia de la guerra consideran el lugar como “un lugar bendito” donde rehacer sus vidas.
La centralidad del barrio
Pero el intendente recordó que esa pujanza y ese aporte industrial “se fue apagando al ritmo de las políticas nacionales” neoliberales. “Con la dictaduras, que no solo sembraron el terror en la Argentina. Sino que destruyeron la industria nacional y las pymes. Esto afectó directamente en el corazón de Villa Lynch”.
“En los ´90 Villa Lynch era un cementerio de galpones” graficó y agregó “en este marco el Peretz también cerró”. Moreira también señaló que en el siglo actual llegaron políticas de impulso a las pymes y comenzaron a recuperarse las fábricas de San Martín. Pero como el Peretz seguía cerrado, tomaron la decisión de rescatarlo.
“Esperamos, y vamos a trabajar para eso, que este centro cultural y deportivo Peretz vuelva a ser la centralidad del barrio, Vuelva a convocar a la comunidad de Villa Lynch -exhortó Moreira y describió- Que hoy está mejor. Que la pelea pero está de pié para que la Argentina siga este camino de la industria nacional, del trabajo y las pymes”.
Gustavo Camps
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