En su columna, el abogado Prado pone en tela de juicio declaraciones del expresidente, Mauricio Macri, aliado al actual gobierno de ultraderecha que encabeza, Javier Milei. Advierte sobre la situación económica. Recuerda que el libreto del tándem en el gobierno se repite y hasta ahora nunca tuvo final feliz. Y exhorta a la ciudadanía a estar alerta y no desentenderse de la cosa pública, pues la movilización influye en las decisiones políticas.
Por Juan José Prado*
Las declaraciones de Mauricio Macri por TN, noches atrás, dan tela para cortar. Repitió el análisis político hecho al recibir el gobierno el 10 de diciembre de 2015. «Nos dejaron una bomba» dijo refiriéndose a la economía. Pero nada dijo de su secretario de Hacienda Dujovne, que manifestaba que nos podíamos endeudar y tomar créditos pues “el gobierno que nos precedió (gestión Cristina Kirchner) no contrajo deuda”, por el contrario, la pagaba y se sacaba de encima el FMI.
Nada dijo tampoco del «milagro hecho por Caputo» -actual ministro de Economía- en su gobierno. Ese «milagro» que nos condujo a endeudarnos por cien años y U$S 57.000 millones con el FMI. Milagro que hoy repite con sus amigos financistas y la banca nacional lavando dólares todos los días. Los dolares que Milei sustrae de la obra publica, las universidades, los planes alimentarios, los sueldos de maestros, el PAMI, la ANSES, del desguace de las empresas nacionales. De los Jubilados. De la pobreza creada en estos 10 meses de gobierno.
Pero no se trata de una cuestión económica. Milei pretende una reforma cultural. Borrar todos los avances sociales respecto al derecho de genero; la solidaridad; la cultura nacional en todas sus expresiones. Hasta intentó reincorporar el atrasado concepto de “raza”, desechado hace tiempo por la antropología moderna. Y también pretende negarle a la sociedad en su connjunto la posibilidad de información veraz.
“El sistema financiero, la timba financiera, el goce de los hombres
de cuello duro si va viento en popa”
La respuesta a esas barbaridades ha sido en las calles. Inmediato movimiento social por las jubilaciones, y los despidos, más allá de la represión y las operaciones de la inefable Bullrich. Luego la masiva marcha de los estudiantes universitarios. Extraordinaria marcha por la dignidad, un millon y medio de ciudadanos en favor de las Universidades, de la cultura. Dos millones de personas por el derecho a la identidad, a la dignidad.
Los resultados falaces de la macroeconomía que contentan al Presidente, se apoyan en la desgracia social, en el deterioro de la industria y la producción. El sistema financiero, la timba financiera, el goce de los hombres de cuello duro si va viento en popa. Esto hasta que se seque la corriente de dolares sustraído del erario, del esfuerzo nacional. No es nuevo. Así terminaron la era de Martínez de Hoz, de Menem, del propio Macri. Todo gracias al no pago de las obligaciones del Estado, la coparticipación a las provincias, la obra publica, los sueldos estatales.
Pero la mentira tiene patas cortas. Se descubre la falacia. Los sueldos congelados no alcanzan, las jubilaciones paupérrimas tampoco, los medicamentos escasean o no se proveen. Los alimentos aumentan todos los días. Los hospitales se desmantelan. La obra publica se paraliza. La renta de los productores del campo escasea. Para Macri también es un escenario “magnífico”. Tal vez no se acuerde de la megadevaluación de 2018 cuando “pasaron cosas”. Su amigo Toto Caputo se fue del Banco Central, como rata por tirante, por ejemplo. La ciudadanía debería estar más atenta de lo que está, cuando corre riesgo la Nación.
Dejar una respuesta