Los organismos de la Mesa de Derechos Humanos entre los que está la Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte expresaron el “más enérgico repudio “al acto que se llevó a cabo en el Senado de la Nación con la excusa de homenajear a las víctimas del Terrorismo (…)”. Con razón, los organismos indicaron que el acto en el Senado de la Nación “es la reivindicación más desembozada del Golpe de Estado de 1976” y “de la aplicación del Terrorismo de Estado y sus consecuencias”.
Con la firma de las entidades que la conforman, la Mesa de Organismos de Derechos Humanos repudió el acto que encabezó la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, en el Senado de la Nación (cámara que preside), días atrás, para reivindicar el golpe militar de 1976, y el terrorismo de Estado, de la última dictadura cívico militar.
Firman el comunicado de repudio, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; además, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (La Matanza); el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
También la Liga Argentina por los Derechos Humanos; Asociación Buena Memoria; asimismo, la Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte -de nuestra región-; Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz; y Fundación Memoria Histórica y Social Argentina.
Afrenta a la memoria
Con razón, los organismos de derechos humanos, en su repudio señalaron que el acto de Villarruel: “Constituye una afrenta a la MEMORIA para esconder la VERDAD y no buscar JUSTICIA, sino la venganza y el odio. Somos conscientes de que ni Victoria Villarruel, ni Martin Menem y mucho menos Javier Milei buscan justicia”.
“Muy por el contrario -explican las instituciones, además – día a día llevan adelante medidas económicas, sociales y políticas que solo benefician a sus empleadores que son, ni más ni menos, los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros”. En su comunicado los organismos citan, además, al periodista, Rodolfo Walsh.
En esta línea señalan que “Ya lo había sentenciado el escritor detenido desaparecido Rodolfo Walsh: Solo miseria planificada para el pueblo. Y eso no pasa sin añorar la represión y el uso de la violencia que llevó adelante la dictadura cívico militar y eclesiástica”. Para las organizaciones el repudio debe entenderse como “un límite”.
Lìmite
“Muy que les pese -indican, entonces, los organismos- les recordamos que el Congreso de la Nación es la Casa de la Democracia y no guarida de negacionistas y socios del terrorismo de Estado”. Y exhortan: “Por eso exigimos que la Cámara Alta se pronuncie en pleno en contra de esta puesta en escena tan vergonzosa como inútil”.
Y explican que también “estamos exigiendo a la Cámara de Diputados la expulsión de los diputados y diputadas que son parte de un plan de impunidad para los genocidas”, con relación a una visita a genocidas por parte de diputadas y diputados afines al gobierno. “La sociedad argentina -señalan al final- supo y sabe poner límites a la violencia y el odio”. Y afirman: “Este es uno”.
Villarruel es sobrina del capitán Ernesto G. Villarruel del Ejercito. Un jefe de Inteligencia procesado en 2015 por privación ilegal de la libertad en la causa por crímenes del centro clandestino de detención El Vesubio. En 2016, un juez suspendió el enjuiciamiento por el diagnóstico de un Alzheimer que le adjudicó “incapacidad sobreviniente”.
Además es hija de un militar de alto rango, Eduardo M. Villarruel, que se rindió en la Guerra de Malvinas. Aunque ella suele nombrarlo como “un héroe”, no se sabe qué hizo de heroico. Pues dar, no dio la vida por la Patria. De hecho, volvió de las Islas sano y salvo -no como muchos conscriptos que si dieron su vida- y en democracia se negó a jurar por la Constitución Nacional.
GC
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