En esta columna el clarinetista sanisidrense, Fernando Medan, recuerda al director y maestro, Oscar Castro, fallecido en la fecha, a los 70 años. Medan conoció a Castro en la Orquesta Estudio de la Municipalidad de Vicente López, que el maestro de músicos y director orquestal fundó en 2003, y también dirigió.
Por Fernando Medan*
Hoy me avisaron que falleció Oscar Castro. La incredulidad, y el pesar, dieron paso a los recuerdos y pensamientos. Conocí hace algunos años a Oscar cuando ingresé a la orquesta de Vicente López, en el Teatro York. Y desde un principio me sentí bienvenido a ese mundo de música que hacía girar generosamente a su alrededor.
Podía asumir diestramente el rol de director de orquesta o de maestro de música de cámara. Pero había oculto algo más. Además de su infatigable tarea de preparar obras musicales, siempre de gran nivel artístico, se consagraba a transmitir entusiasmo, pasión y amor a la música a todos los que lo rodeaban.
Su trato, invariablemente cortés y respetuoso, marcaba un horizonte digno a seguir. Creo que soy sólo uno de los muchos que tenemos con Oscar una gran deuda de gratitud. En septiembre del año pasado (2022) lo vi por última vez, en oportunidad de tomar clases de música de cámara con una compañera pianista.
Todas sus enseñanzas las atesoramos con mucho cuidado. En cada uno de esos días, al salir de la clase, la sensación era la misma: el mundo es un poco mejor, y quizás más grande.
*clarinetista en la Orquesta Centro Cultural y Social El Faro
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