La comunidad de la parroquia Ntra. Señora de Carupá recordó al padre Francisco Pancho Soares. El sacerdote fue asesinado el 13 de febrero de 1976 por sus prácticas de promoción social y su compromiso y defensa de las y los trabajadores y las personas más vulneradas. Feligresía de la parroquia, y referentes de organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, y sindicatos lo recordaron con una misa -que co oficiaron sacerdotes del grupo de Curas en Opción por los Pobres- y un momento musical donde también comieron comunitariamente, el martes último.
“El hambre es violencia. La desocupación, la falta de acceso a la salud, también lo son. La violencia tiene muchas caras (…)”, leyó el sacerdote, Eduardo de la Serna, durante la misa en homenaje al padre Francisco Pancho Soares. Pasaron 48 años de su asesinado en el prólogo a la ultima dictadura cívico militar el 13 de febrero de 1976.
La comunidad de la parroquia Ntra. Señora de Carupá, nombre que hace referencia al barrio donde Pancho ejercía su vocación, lo recuerda cada 13 de febrero sin falta. Esta vez hubo una misa co oficiada por el grupo de Curas en Opción por los Pobres. De la Serna es uno de ellos. También el párroco anfitrión, Jorge Marenco.
Como todos los años participó la feligresía. Y también referentes de organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y sindicatos. Luego compartieron música y comida comunitariamente. Antes de la misa descubrieron una placa homenaje a la entrada del Espacio de la Memoria que lleva su nombre, junto a la parroquia.
Cura ladrillero
Otro cura del grupo, Ignacio Blanco, anunció que el sindicato de Ladrilleros UOLRA había querido homenajear al cura mártir de la iglesia. En 2022 la UOLRA lo había afiliado post mortem, pues entre los varios oficios donde trabajó el p. Pancho -mientras era sacerdote también- uno fue en una cooperativa de fabricación de baldosas.
El p. Blanco invitó a Luis Cáceres, titular de la UOLRA, a bendecir la placa. “Qué mejor que las manos de un trabajador la bendiga” señaló y lo acompañó en la acción. Cáceres se conmovió, la voz y la mirada lo evidenciaban . “Es el momento de demostrar que nuestro pueblo tiene un camino”, dijo primero, en referencia a la actualidad.
Y agregó: “Son tiempos difíciles en los que tenemos que reafirmar nuestras convicciones (…) Y es ahí que el padre Pancho nos trasmite ideas, fortaleza, convicciones para enfrentarlos”. Luego si llegó la celebración. La homilía estuvo a cargo del P. Néstor “Nepi” Cruz García, del grupo de Curas opp, párroco en Virgen del Carmen, Olivos, actualmente.
“Pancho fue mártir de una iglesia profética” dijo el p. Nepi sobre el querido cura asesinado. Y señaló que el religioso “fue alguien que vivió y predicó los valores del evangelio”. Además, Nepi no pasó por alto que, dentro la propia institución, “hubo que andar mucho” para que se reconozca esa iglesia que representaba el p. Pancho.
Y explicó que “también cuando la iglesia es popular y profética va a ser crítica” del momento que le toca vivir. En esta línea se preguntó: “¿Qué libertad avanza en la actualidad? ¿Qué valores pueden conocer los jóvenes? ¿Acaso la justicia, el amor, el trabajo? Asimismo, exhortó a que se prediquen estos valores.
Política y valores
En ese recorrido el p. Nepi valoró el compromiso social de Pancho Soares por los más vulnerados por el sistema. Reconoció que “Pancho nos dejó cosas muy alentadoras”. Y explicó que, entre ellas, ayudó a comprender que “la política no debe considerarse solo como una lucha de ideologías, sino de valores”.
El padre Nepi celebró que se reconozca al padre Pancho como mártir de la Iglesia. “Con su martirio Pancho nos dio todo, nos dio su tiempo y su cariño”, enfatizó. Un aplauso emotivo, alto, -con la mirada de Nepi a un retrato del Pancho en la pared detrás del altar y su aplauso-, dio paso a otra reflexión sobre Pancho.
Marcelo Magne, profesor de historia que investigó sobre la vida del p. Pancho y forma parte de la Comisión de Derechos Humanos Padre Pancho Soares, leyó un documento fundacional de la Comunidad Juan XXIII. Una entidad que fundó el religioso, con la vecindad de trabajadores de Carupá, para encarar acciones de dignificación del barrio.
Era la declaración de principios. “La Comunidad Juan XXIII -leyó Magne con vos alta y firme- institución destinada a una acción de bien común tiene por objeto principal la dignificación de la Persona Humana. Y especialmente de aquellos que en nuestra Patria llevan una mísera existencia y viven en las célebres “Villas de Emergencia””.
Luego continuó: “la Comunidad Juan XXIII siente la imperiosa necesidad de ir al encuentro del prójimo que está en tales condiciones…desechando todo paternalismo o beneficencia (…). Y “No aceptando la estructuración de un mundo en que los poderosos puedan ejercer la “caridad” y los necesitados la paciencia”.
¿No hay plata?
Luego, el p. De la Serna leyó, entonces, párrafos del último documento de Curas en Opción por los Pobres: “Es tiempo de conversión y cambiar el rumbo”. Leyó sobre la violencia, como se informa arriba. Y además el documento analiza varios hechos de la actualidad política que involucran al actual gobierno.
“Hemos escuchado decenas de veces al presidente repetir que “no hay plata”, pero resulta que le donó dos helicópteros al presidente de Ucrania. Que comprará 24 aviones de guerra perimidos de los EEUU, que pagará sin titubear al usurario FMI”, leyó el p. De la Serna. El documento es amplio y abarca varios temas.
También le pide conversión al presidente Milei. “(…) puesto que estamos comenzando el tiempo de Cuaresma, es razonable que lo invitemos a convertirse. A usted y a los suyos. Es tiempo de compartir los bienes, e invitamos a los ricos que aprovechan este modelo económico para enriquecerse más aún, pornográficamente, a compartir (no con una limosna) sus bienes con los pobres (…)”.
Tras la misa, Fernanda Miño, vecina de La Cava (Beccar), del Movimiento de Trabajadores Excluidos MTE, señaló sobre el p. Pancho: “Conocí su obra por el padre Aníbal Filippini allá por 1996 (…) El p. Pancho lucho por lo que la iglesia debe luchar. Animó a la gente pobre a salir adelante, organizarse, construir, Ayudó a asistirla, a transformarla”.
Para Miño -catequista que llegó a ser secretaria de Estado, en el área de desarrollo de barrios populares, en la gestión anterior- “El legado de mártires, como Romero, Angelelli, Mugica, el padre Pancho, tenemos que ponerlo en práctica hoy. No hay que romantizar la religión. La iglesia tiene una voz guía y más que autorizada para decir”.
Legado
Luego explicó Miño: “Y no solamente para decir lo que estos mártires hicieron. Si no, en estos momentos de crisis, mostrar lo que Jesús ya hizo. Caminar entre los pobres y buscar su liberación, Creo que un momento de injusticia es cuando más tiene que salir a poner su palabra. Esto también es lo que va dejando como legado Francisco”.
Para Daniel Pérez Guillén, vocal de la CTA nacional y dirigente de Judiciales (AJB) de San Isidro, “Para nosotros el P. Pancho es un símbolo. Un cura trabajador comprometido con los pobres y los trabajadores. Es como una botella al mar que deben tomar los jóvenes con la fe necesaria. Hoy es un momento especial”.
En esta línea explicó: “Porque hoy se aprovechan los poderosos, con el presidente que tenemos. Y se hace necesario tener ese compromiso que tuvo Pancho. Para poder mantener la dignidad y la esperanza sobre lo que necesitamos hacer cuando hay desvíos como los que tenemos hoy. Y lo van a hacer los jóvenes sin duda”.
Cáceres, el dirigente UOLRA, por su parte, consideró: “El camino de la familia ladrillera coincide con el que tránsito el padre Pancho. Por eso lo afiliamos post mortem como trabajador ladrillero. Vivimos tiempos complicados hoy, pero el padre Pancho nos transmite fortaleza, ideas y convicciones para enfrentarlos”.
Al final, la comunidad compartió un espectáculo de música en vivo a cargo del grupo folklórico Tinca (guitarra, bombo, caja y voz). El Espacio de Memoria Francisco Pancho Soares, permaneció abierto para recorrerlo. Allí hay herramientas de trabajo, ropa. escritos y muebles del religioso asesinado. Vive allí ahora con su comunidad.
Dejar una respuesta