Participación Ciudadana, Por Agrupación Intervecinal del Puerto de Olivos (AIPO)-Asociación Civil pro Vicente López (PROVILOP), Sociedad, Vicente López

«Se fue un amigo y compañero quedan los frutos de su lucha y dedicación»

Osvaldo Caccia, vecino de Vicente López, falleció hace tres semanas ya. En una extensa semblanza – la Agrupación Intervecinal del Puerto de Olivos (AIPO); y  la Asociación Civil pro Vicente López (PROVILOP)- las y los amigos, vecinos y compañeros que lo conocieron y compartieron su compromiso social despidieron al vecino. También informaron que mañana sábado 14, a las 12,15, en el Puerto de Olivos (dónde sino más que en ese lugar de sus amores) lo recordarán y homenajearán. Aquí publicamos unas líneas de la semblanza y un link para leerla completa.

Por Agrupación Intervecinal del Puerto de Olivos (AIPO)-Asociación Civil pro Vicente López (PROVILOP)

Uno de los proyectos que defendía Cassia

Los medios y las redes ya difundieron la triste noticia del fallecimiento, el 25 de abril, del abogado Osvaldo Caccia. Necesitamos que pasaran unos días para poder, desde la Agrupación Intervecinal del Puerto de Olivos (AIPO) fundada por él y desde la Asociación Civil pro Vicente López –muy estrechamente vinculada–, compartir algunos recuerdos de lo vivido a su lado; como amigo y compañero de camino. Pudimos acompañar a la familia en la despedida hasta el cementerio; y vimos a muchas personas de diferentes ámbitos, que se acercaron para demostrar el enorme aprecio y cercanía al amigo que partió.

Vimos a quienes compartieron los años de escuela primaria y secundaria; a quienes lo conocieron en el Colegio Marín como su profesor o colega; a quienes lo hicieron como profesor de Derecho Internacional en la Facultad de Derecho de la UBA; y también a los amigos que fue encontrando en su activa vida de militante político, por los derechos humanos; y por una Iglesia que tenga siempre un oído en el Evangelio y otro en el pueblo. Como proclamaba su admirado y querido Monseñor Angelelli.

Los miembros de la AIPO, los de otras agrupaciones vecinales y vecinos autoconvocados de Vicente López lo conocimos simplemente como el vecino del Puerto de Olivos. El de bermudas y alpargatas. Defensor de los derechos a un ambiente sano; fanático de los espacios verdes públicos, caminador de la ribera y conocedor de Vicente López como pocos.

“Logró contagiar su entusiasmo a muchos e involucrarlos (…)”

La mayoría de los vecinos y vecinas nos vinculamos con él a partir de su compromiso con el cuidado de lo urbano, lo ambiental y lo social en Vicente López; esferas que consideraba plenamente relacionadas. Porque sabía que ese cuidado no puede ser sino comunitario, lo difundía cotidianamente y conquistaba vecinos a la causa. No tenía escrúpulos ni vergüenza en parar a las personas que se cruzaba por el barrio; o en ponerse a charlar en el tren o en el ascensor de su casa, y espontáneamente contarles las problemáticas de Vicente López.

Logró contagiar su entusiasmo a muchos e involucrarlos en la tarea de revertirlas. Lo recordamos obsesionado por difundir las causas ambientales del lugar. Era frecuente verlo entregando pequeñas tarjetitas con sus datos para continuar conectado con la gente con quien conversaba en la calle y se interesaba en el tema. Algunos conocimos a Osvaldo en una esquina cualquiera de Vicente López. Cuando nos ofreció un volante; nos pidió una firma para apoyar algún proyecto vecinal o reclamo ante el gobierno municipal de turno.

Muchos entablamos relación con él cuando, con otros vecinos y vecinas, volanteaba y reclamaba frente al Concejo Deliberante en 2004. En ocasión de la escandalosa sesión en la que se otorgaron las megaexcepciones al Código de Ordenamiento Urbano; que dieron impulso a la destrucción del perfil urbano identitario del Municipio de Vicente López por la codicia de los especuladores inmobiliarios avalados, hasta hoy, por los sucesivos gobiernos municipales.

“Muchos comenzaron a involucrarse en la preservación del Puerto de Olivos
porque Osvaldo les contó con pasión el proyecto”

Muchos comenzaron a involucrarse en la preservación del Puerto de Olivos porque Osvaldo les contó con pasión el proyecto Un Puerto, Tres Parques, una Plaza, en el cual se plasmó su sueño de recuperar los espacios verdes públicos enajenados y lo que fuera el Balneario Las escaleritas, proteger un área natural lindera a esa playa y convertir la Manzana 41a (Av. Libertador, Sturiza, Solís y Camacuá), frente al Puerto, en una gran plaza verde y pública.

Recordamos el día en que nació esta idea: varios vecinos de su agrupación estábamos tomando mate en su casa, cerca de una ventana con vista a dicha Manzana, hoy casi toda baldía y tapiada. Estábamos pensando en cómo revertir la falta de espacios verdes públicos por habitante en Vicente López (0,8m2), cuando nuestras miradas se fijaron en ese lugar. Enseguida recordamos a un grupo de vecinos de CABA quienes, después de mucho andar, lograron que la Manzana 66, que iba a ser ocupada por inversiones inmobiliarias, se transformara en un espacio público. (sigue)

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