En la zona del Puerto los comerciantes gastronómicos se inquietan pues desde noviembre último no hay buen acceso a esa zona. Y esto implica menos clientela. La obra comienza en la avenida Del Libertador, entre Corrientes y Sturiza y llega hasta la calle Juan Díaz de Solis, muy cerca de la costa. Es en el Puerto de Olivos. Aunque no es una obra de envergadura, la cercanía del río, y el paso de otras cañerías y conexiones, como es común en obras subterráneas, la hacen muy compleja.

La obra de renovación del conducto de la calle Sturiza, en el Puerto de Olivos, no supera los 500 metros de caños. Pero como toda obra subterránea es muy compleja porque bajo tierra aparecen otros conductos, interferencias, las napas, y es preciso trabajar con mucha precisión. Así evalúan este tipo de obras desde las empresas contratistas.
Los trabajos en la zona empezaron aproximadamente en noviembre último. Para operar se debe romper el asfalto. Y también esto para los municipios es complejo, porque los asfaltos rotos incomodan al tránsito, y el producto de la obra -que es vital porque evita acumulación de agua e inundaciones- nunca se ve, pues está bajo tierra.
La renovación del conducto Sturiza comienza en la av. Del Libertador, entre Corrientes y Sturiza y llega hasta Juan Díaz de Solis, muy cerca de la costa, en el Puerto, lo cual suma complejidad. El presupuesto tampoco es de los más altos, $50.000.000. Trabaja la firma local Lihue Ingeniería, reconocida en el mercado.
Asfalto roto


En principio el tiempo calculado de trabajo eran seis meses. Pero la complejidad descripta puede hacer variar ese plazo. Y esto, con el pavimento roto en la superficie les trae dolores de cabeza a los gastronómicos de la zona, pues asfaltos rotos hacen que los clientes que quieren llegar en auto, elijan otros rumbos más amigables.
“¿Seis meses para arreglar una cuadra de asfalto?”, decía con desazón el regente de uno de esos negocios de gastronomía pegado a la costa. La clientela le mermó considerablemente en este tiempo. De hecho hay horarios en que decidió mantener cerrado, porque abierto y sin clientes a quienes atender suma costos.

La obra -esto es positivo al menos- se ve en marcha, tanto sobre la avenida Del Libertador, como en Díaz de Solis -que acumula roturas en las esquinas de Sturiza y Corrientes-. Y como explican, tanto desde la firma como desde la comuna, el asfalto roto, las maquinarias, las pilas de tierra y cemento, son solo lo que se ve arriba.
GC
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