Una herradura sanitaria del sur al norte del conurbano, desde Berazategui, pasando por Ezeiza, Moreno, hasta por lo menos Escobar, con hospitales de emergencia en galpones y terrenos de las fuerzas armadas y aeropuertos como El Palomar, para evitar la expansión del COVID-19; y que el Estado subvencione a las fábricas recuperadas para que produzcan barbijos y alcohol, están entre las propuestas del Sindicato de Trabajadores de Vicente López y delegados de Pepsico y referentes de fabricas recuperadas como Sport Tech, Madygraf y Farmacoop.

Pirillo, otros dirigentes gremiales y referentes de empresas recuperadas ex Sport Tech, Farmacoop, otras
La salud ha sufrido un rudo golpe a nivel planetario y nacional con el coronavirus y entre los daños colaterales, sin duda, está la situación económica, frágil de por si en la Argentina desde hace muchos años, y muy vapuleada también durante el gobierno anterior, sobre todo para los más necesitados, así como las pequeñas empresas y la industria productiva local.
En plena crisis sanitaria Techint anunció el despido de 1.450 operarios. Las firmas de alimentación no discriminan y hacen trabajar a todos sus obreros, sea o no sea esencial el producto, y ayer sábado, el segundo día de inscripción al IFE, un subsidio de $10.000, para monotributistas menores y trabajadores informales, se preincribieron alrededor de 3.500.000 aspirantes.
En este contexto, un grupo de sindicalistas, delegados y referentes de fábricas recuperadas, entre los que están el Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López STMVL; obreros de Mondeléz; y de cooperativas como Sport Tech, Madygraf y Farmacoop (ex-Roux), propusieron una serie de iniciativas contra la pandemia desde lo sanitario y también desde lo económico.

El ministro de Salud de la Nación, Gines González García con un dirigente del STMVL
«Crear un área de control sanitario denominado «la herradura» -explicó Victorio Pirillo, del STMVL- que blinde el conurbano contra la expansión del virus desde Berazategui, por Cañuelas, Ezeiza, La Matanza, Ituzaingó; Moreno, Escobar, como ya dijimos hace semanas atrás, sectorizando en barrios humildes, permitiendo incluso el desplazamiento por sectores determinados (…)».
«En Wuhan, la ciudad china donde nació la pandemia, cerraron la ciudad a más de 60 kilómetros, por eso es importante el concepto de herradura, que debe moverse hacia afuera y hacia adentro, en una defensa que es elástica, pues el coronavirus no es una infección que se localiza en un punto geográficamente, sino demográficamente, toda la población está amenazada«.
El secretario del STMVL destacó que «hay que tener presente que con temperaturas que son mayores a 30 grados centígrados es imposible que familias enteras, con varios hijos e hijas, queden hacinadas debajo de chapas, en esto las fuerzas de seguridad, no para reprimir, sino para dar seguridad a las personas, son fundamentales y allí debe existir control sanitario».

Los galpones de Pepsico en Vicente López pueden servir para resguardar materiales para centros de atención de infectados con el COVID-19
«Cómo secretario general de un sindicato -enfatiza Pirillo- conozco la realidad porque a diario y de forma permanente hablo con los trabajadores que me cuentan que ellos no pueden salir a buscar la comida, entonces la comida debe ir hacia ellos. La lavandina, el desinfectante, igual; y para la asistencia sanitaria debe haber unidades sanitarias móviles que recorran todo el barrio».
Llamado de atención
Sobre las unidades, explica que deben llevar personal de Cruz Roja, alumnos del último año de medicina y enfermería: «Tiene que ir gente experimentada, que comprenda la idiosincrasia de los barrios, los hábitos; a cualquier municipal sin experiencia no lo deben enviar. No es ir con un manual y pretender aplicarlo a las distintas realidades. La metodología sanitaria tiene que adaptarse a cada realidad emergente y no lo contrario«.

Las empresas recuperadas pueden fabricar alcohol en gel y barbijos. La cuestión, acá, señaló Pirillo, «es que el Estado controle que no se las desabastezca de insumos; que las apuntale con los costos y como comprador, y que la burocracia estatal no sea otro escollo»
Para Pirillo «si como se informa, los infectados se encuentran mayoritariamente en Capital y en el primer cordón del conurbano; entonces debemos tender la primera línea preventiva profiláctica allí. Para ello es importante la logística, garantizar la línea de suministros y el personal de asistencia. Todo debe moverse como un ejército que defiende una ciudad, y detrás de la linea defensiva debe haber lugares para atender y aislar a los enfermos«.
«Entonces -agregó el sindicalista- la primera línea debe tener puestos sanitarios de detección de infectados que sean transportados a los centros sanitarios designados de La Matanza e Ituzaingó y otros que cumplan similar desempeño. Obras Públicas está construyendo hospitales modulares de emergencia, por si la cantidad se dispara como en Italia, España o EEUU».
También señala que deben usarse «los hangares de la Base Aérea de Moreno Brigada 1, los de Ezeiza; El Palomar, Campo de Mayo; aquí se pueden utilizar de soporte las instalaciones de la ex escuela Sargento Cabral, y la ex Lemos y Pepsico en Vicente López. El transporte rápido y fácil de desinfectar son las ambulancias, y para todo el frente deben utilizarse helicópteros desde lugares estratégicos de la periferia hacia la CABA«.
Pirillo, que tiene trato fluido con trabajadores referentes de empresas recuperadas, da el caso de la cooperativa Madygraf, en Escobar, que esta semana anunció que en su planta gráfica, dispuso una superficie para instalar un centro de producción de alcohol en gel y barbijos, con capacidad para fabricar 200 mascarillas diarias; y va a donar la primera producción al Hospital de Escobar.

Victorio Pirillo, secretario general del STMVL
Y la ex Sport Tech, textil de San Martín, que también gestionan sus propios trabajadores, y tiene capacidad para elaborar 7.000 barbijos semanales. La cuestión, acá, señala el sindicalista, es que el Estado controle que no se las desabastezca de insumos, para especular con el precio; que las apuntale con los costos y como comprador, «y que la burocracia estatal no sea otro escollo».
Un tema que el sindicalista no descuida, es la situación de los trabajadores con mayor exposición ante la pandemia. Así, considera que el COVID-19, desde la perspectiva del derecho debe declararse enfermedad laboral, pues «con las disposiciones de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo para que los patrones informen los riegos y entreguen ropa especial no es suficiente«.
Para Pirillo, las propuestas deben encuadrarse como «un aporte más del sector de los trabajadores para quienes gobiernan y un llamado de atención a los empresarios pues no se puede seguir pensando en la rentabilidad de las empresas como el leit motiv que debe cumplirse a toda costa sin interrupciones, privilegiando el dinero sobre la vida de los trabajadores«.
Gustavo Camps
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