Referentes sindicales conversaron sobre los aportes del conocimiento -construido en sus organizaciones colectivamente con aportes del campo de la ciencia- a las luchas de gremiales para mejorar las condiciones de trabajo. Lo organizó el Observatorio de Condiciones de Trabajo de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo UMET. Una universidad cogestionada por más de 70 sindicatos. Hubo referentes de Ladrilleros (UOLRA); Subterráneos de Buenos Aires (Metrodelegados); de la empresa Sullair (SEC, otros); docentes (SUTEBA); y del Estado (ATE Capital). Fue uno de los paneles de la VI Semana de la Investigación organizada por la UMET.

La universidad UMET es una experiencia sindical muy original. Más de 70 organizaciones sindicales la cogestionan para aportar al campo educativo carreras vinculadas al desarrollo productivo y tecnológico del país. Nació con el horizonte de aportar respuestas adecuadas a las demandas y desafíos del mundo del trabajo en la actualidad y hacia el futuro.
Así se presenta en su sitio web (https://umet.edu.ar/acerca-de-umet/) y hacia estos cometidos van sus actividades y se constituyen sus carreras. En este contexto, asimismo, durante la VI Semana, entre el lunes 30 de octubre y el miércoles 1 del actual, el Observatorio de Condiciones de Trabajo (OCT-CITRA) de la UMET, organizó un panel temático.
Referentes sindicales de primera línea conversaron sobre los aportes del conocimiento a las problemáticas laborales que justifican las luchas de las organizaciones para mejorar las condiciones de trabajo. En la Semana, asimismo, se debatió sobre economía, géneros, educación, ambiente, cultura, entre muchas otras, siempre desde la perspectiva del trabajo.
El panel

La mesa llevó el título: “Lucha sindical por la condiciones de Trabajo y Construcción colectiva del conocimiento”. Allí se encontraron el referente Ladrillero (UOLRA), Ismael Cafasso; el metrodelegado, Beto Pianelli; el delegado Claudio Vigliarolo, del grupo Sullair; la docente, Silvia Almazán, de SUTEBA; y Romina Piccirillo de ATE (trabajadores/as del Estado) Capital.
Coordinaron Federico Vocos del observatorio OCT-CITRA y Xirau Núñez, por la UMET. Vocos, justamente, reivindicó la labor sindical en la defensa de los derechos laborales, por caso actualmente el tema de la reducción de la jornada laboral. Y valoró, asimismo, la construcción colectiva de conocimiento en las organizaciones sindicales.
La docente Almazán de docentes bonaerenses SUTEBA inició las ponencias. Sostuvo que en la actualidad cada vez más de plantea el trabajo docente “como no individual” y “aislado”. Aunque en la práctica se vea al docente en solitario dentro de un aula con sus alumnos. Y se avanza en que la tarea docente se resuelva en el lugar de trabajo (la escuela).
Esto último, pues está claro que la planificación, la evaluación de tareas de los alumnos, la capacitación personal y demás labores para poder concretar la tarea en el aula, se realizan fuera del aula. Almazán puso de relieve que en pandemia quedó muy evidente ese desfase, que además no suele estar contemplado en los salarios.
Recordó, asimismo, que en la década del `80 se planteaba una tensión. Por un lado, la labor docente entendida como un trabajo productivo, donde, por ejemplo, la voz y el cuerpo de los y las docentes debían entenderse como instrumentos de trabajo. Y otra visión que planteaba cualquier posición crítica de las condiciones de trabajo como “falta de vocación”.
Ladrilleros

Está problematización del trabajo docente, señaló Almazán, fue posible pues desde el sindicato “construimos conocimiento para los derechos laborales”. Y reveló, asimismo, que permitió abordar la salud laboral docente en la paritaria. Almazán, hacia el final, indicó que desde SUTEBA “tenemos la voluntad política de reivindicar la educación pública y gratuita”.
Cafasso, a su turno, enumeró varias cuestiones que debió resolver el sindicato UOLRA sobre la realidad ladrillera. Se refirió a la informalidad, dentro del sector. La existencia de trabajadores migrantes. También de trabajadores de la economía popular. Y y la existencia de gran cantidad de mujeres y hasta niños que también trabajan.
En ese contexto, el referente ladrillero se refirió a las campañas de la UOLRA para desterrar el trabajo infantil de plano, con la intervención del Estado. También para visibilizar a la mujer como trabajadora con derechos. Pues ella misma se veía como alguien que solo “ayudaba” (a veces 10 horas diarias) en lugar de trabajar (la campaña se llamó: “Trabajo, no ayudo”).
Y habló de la incorporación de los trabajadores de la economía popular y de los migrantes, dentro de la formalidad. Un desafío pues la economía popular tiene su génesis en la informalidad que propugnó el neoliberalismo de los `90, explicó. Para acceder a derechos laborales como la obra social, a través del monotributo social, por ejemplo.
En esta línea la UOLRA impulsó una “mesa sectorial”, en la Secretaría de Industria, para situar la actividad como productiva; y no en el área de desarrollo social. Y promociona los “parques ladrilleros de trabajo decente”, para intervenir en la costumbre del sector de trabajar en las propias casas (lo cual también fomenta el combatido trabajo infantil).
Metrodelegados

El metrodelegado Pianelli recordó que en 1994 (gestión Menem) cuando se concesionó a manos privadas la red de Subterráneos de Buenos Aires los titulares (Metrovías) subieron a 8 horas la jornada laboral, de 6 horas, y bajaron las escalas salariales. Recién en 2004 dos tercios del personal, no todos, volverían a la jornada por insalubridad.
También recordó el paro general de cuatro días, en 2005, para que se extienda el reconocimiento a todo el personal no tercerizado (limpieza y seguridad lo son). Y explicó que, en 2018, tras conocerse estudios internacionales reveladores del asbesto como un material cancerígeno, iniciaron la lucha pues los vagones tienen ese material.
Vigliarolo, de Sullair, relató los avatares del trabajo gremial en una empresa que “tiene una deliberada política antisindical”. Y explicó que, aunque hay trabajadores de otras especialidades, incluso industriales, para eludir las obligaciones laborales, Sullair incluye a la mayoría de los trabajadores dentro de comercio (SEC), y despide a quienes reclaman.
Desafío: sindicatos protagonistas

Cuestiones como capacitación, seguridad en el trabajo y salud laboral son desconocidos por la firma. La comisión interna sindical, no obstante, consiguió que se firme un convenio complementario. Esto para encuadrar actividades y categorías profesionales que a las claras no son de comercio, y a regañadientes la empresa lo firmó, pero constantemente lo incumple.
Hacia el final, Piccirillo (ATE), en su rol de comentarista. habló de la experiencia que dejó la pandemia, por caso, el análisis de cuales actividades son esenciales y cuales no. Y observó que, si bien el salario digno está siempre en las agendas sindicales, es un desafío el lograr que “en la agenda del futuro del trabajo los sindicatos sean los protagonistas”.
La mesa, además, contó con la presencia de la rectora de UMET, Gimena Vitali, y de la secretaria de Investigación, Ana Paula Di Giovambattista. La UMET es una universidad que está pensada para trabajadoras y trabajadores que estudian. Además, el 94% de las y los estudiantes esta becado. Este año, la casa de estudios, cumplió una década de su fundación.
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