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Teatro TR: Volvió una Noche

¿Cómo integramos los eslabones generacionales del ayer y el hoy, con sentimientos de por medio?

¿Cómo integramos los eslabones generacionales del ayer y el hoy, con sentimientos de por medio?

La pieza de Eduardo Rovner, con Dirección de Roberto Aguirre, continúa en el escenario del Teatro de Repertorio TR los fines de semana de noviembre, los viernes 10, 17 y 24 y los sábados 11 y 18, siempre a las 21. Actúan, Damián Morán, Laura Soiza, Maximiliano Jacubovich, Susana Lupi, Guillermina Figueroa, Lucia Jaski, Oscar López Serrot, Daniel Furlani. La dirección de arte está a cargo de Martín Hoffmann.   

Manuel y su mamá Fanny

Decía el dramaturgo, Eduardo Rovner, que Volvió una Noche “trata, en última instancia, de la lucha entre los cambios que los individuos se proponen y el mantenimiento de las tradiciones que imponen las generaciones anteriores”. Esta lucha, recorrida en clave de comedia, es encarnada principalmente en dos roles emblemáticos: una madre y su hijo.

Y la que vuelve es, Fanny, la madre de Manuel, aunque este desde su partida, hace una década, no la ha abandonado. Roberto Aguirre pone en escena, Volvió una Noche en el Teatro TR (Melo 1756, Florida) los viernes 10, 17 y 24 y también los sábados 11 y 18. Las funciones serán siempre a las 21. En rigor la primera función fue el último viernes de octubre y continúa.

Sentimientos y contradicciones

Una escena de Volvió una Noche, en el TR (Melo 1756)

Fanny, hay que decirlo, no es cualquier madre, es una madre judía, además. Y cierta vez que escucha algo que no le cierra, entonces, no podrá con su genio y volverá para ver de qué se trata.  “Volvió una noche” nos pone frente a un tópico crucial: la tensión entre las generaciones. ¿Qué relación tener con la tradición de nuestros padres?

Rovner se tomó su tiempo para dejar lista Volvió una noche. Calculan los estudiosos de su obra que casi una década, al menos ocho años. En 1991 la obra ganó el premio Casa de las Américas (Cuba). Luego también recibió el reconocimiento de Argentores, en nuestro país; y el de la Asociación de Críticos Uruguayos con el premio Florencio

En una reseña el TR señala que la obra pone en escena “con mucha emotividad y humor, los problemas que genera el conflicto, entre los sentimientos y afectos, que desarrolla alguien que ha nacido en un lugar con una cultura diferente a la de sus padres. Y los que «debería» tener para mantener los valores de sus ancestros o la singularidad de su grupo de origen”.

También propone preguntas que provoca la puesta: “¿Cómo se es fiel a las generaciones anteriores sin renunciar a los cambios propios del tiempo? ¿Cómo integramos los eslabones generacionales del ayer y el hoy? Sobre todo, cuando hay sentimientos que generan contradicción”. Y, desde ya, puede que las respuestas estén también en el escenario.

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