Derecho, Opinión, Por Víctor Bruzzoni, Sociedad

Todo tiene un final

Foto ilustrativa (Microjuris)

Foto ilustrativa (Microjuris)

Jorge Luis Borges escribió en su milonga a Manuel Flores con razón, si exagerar, aunque tal vez con una pizca de sorna, que “morir es una costumbre que sabe tener la gente”.  En esta columna el abogado Bruzzoni recomienda planificar -aunque jamás se sepa a ciencia cierta cuándo serán- los últimos días. Esto básicamente, señala,  para pasarla lo mejor posible uno mismo y para no incomodar en demasía a los que quedarán. E invita a reflexionar sobre el tema, aunque la evasión en estas cuestiones está a la orden del día.

Por Victor Bruzzoni*

En artículos anteriores, hemos hablado del tema de las herencias patrimoniales y sus  formas. La denominada “esperanza de la vida humana” es el número promedio de años que una persona puede esperar vivir desde su nacimiento. En cambio, la longevidad describe la capacidad de vivir una vida larga, más allá de la edad promedio de muerte específica de la especie.  

En el presente se estudia la longevidad de los órganos en forma independiente y los hallazgos son sorprendentes. Utilización de biología biomolecular, genética y big data para identificar nuevos patrones, ofrecen no solo diagnósticos más especializados sino el advenimiento de nuevas intervenciones.

 Aun así, queda un largo camino por recorrer, pero se abren nuevas vías de descubrimientos y pensamientos que parecen ostentosos, pero son reales a la luz de las ciencias. Y ahora también se habla de esperanza de vida saludable. Sería fantástico vivir hasta los 100 años pero los últimos 20, tal vez no serían buenos si se tuviere mala salud o discapacidad.

El final de la vida es una etapa inevitable que todos enfrentamos. Planificar esta fase con antelación nos permite asegurar que nuestros deseos sean respetados y que nuestros seres queridos no tengan que tomar decisiones difíciles sin guía. Y aquí aparece  una nueva problemática: el tema del planeamiento vital.

“Este proceso puede proporcionar paz mental tanto a la persona
que planifica como a sus seres queridos”

No se trata de lo material. Sino, como se indica, de lo vital. Es el proceso de preparar y documentar decisiones importantes sobre la atención médica y otros aspectos personales y legales para el futuro. Especialmente en caso de enfermedad grave o incapacidad. Este proceso puede proporcionar paz mental tanto a la persona que planifica como a sus seres queridos, al asegurar que los deseos de la persona sean respetados y seguidos.

 La ley 30.490 del adulto mayor, en su artículo de inicio, habla de la “promoción y protección de los derechos de las personas adultas mayores Toda acción pública o privada está abocada a promover y proteger la dignidad, la independencia, protagonismo, autonomía y autorrealización de la persona adulta mayor”.

Esto implica su valorización, papel en la sociedad y contribución al desarrollo.  Seguridad física, económica y social. Toda medida dirigida a la persona adulta mayor debe considerar el cuidado de su integridad y su seguridad económica y social. Protección familiar y comunitaria. El Estado promueve el fortalecimiento de la protección de la persona adulta mayor por parte de la familia y la comunidad.  

E incluye “Atención de la salud centrada en la persona adulta mayor Todas las acciones. dirigidas a la persona adulta mayor tienen una perspectiva biopsicosocial, promoviendo las decisiones compartidas entre los profesionales de la salud y la persona”. Es decir,  el marco normativo tiene por objeto garantizar el efectivo ejercicio de los derechos de la persona  mayores, a fin de mejorar su calidad de vida y propiciar su plena integración.

“Es importante pensar en un especialista de confianza
y que comparta los mismo valores”

Ahora bien, con el transcurrir del tiempo viene la incertidumbre de la vida que es enfrentar lo desconocido. Y es aquí donde nos preguntamos cómo queremos terminar en esta etapa última. La planificación anticipada de cuidados es un proceso que permite tomar decisiones sobre la atención médica en caso de que no puedan por ellas mismas, llegado el momento.

¿Qué incluye? Decidir si se quiere usar tratamientos de emergencia, como la resucitación cardiopulmonar (RCP). Decidir si se quiere limitar pruebas médicas. O Decidir si se quiere recibir consejería espiritual y emocional, si se quiere donar los órganos, etc. Decidir si se quiere administrar medicamentos para el dolor, la ansiedad, las náuseas o el estreñimiento.

Se puede comenzar hablando con un médico durante una visita anual. Es importante pensar en un especialista de confianza y que comparta los mismo valores. Se pueden documentar las decisiones en una directiva anticipada. Que es un documento legal que solo toma vigencia en caso de incapacidad sobreviniente. Puede ser a través de la forma de un testamento o de un poder notarial.

Se puede nombrar a un apoderado de atención médica o atención de cuidados paliativos, que tomará las decisiones en nombre de la persona afectada. También, se pueden consultar organizaciones intermedias, gubernamentales o no, que prestan una efectiva ayuda de asesoramiento.

“Es importante reflexionar sobre el tema

Otra forma de transmitir las instrucciones es hacer un video, en el cual se hable de los deseos de última voluntad. Esto permite expresar las instrucciones con las propias palabras. Los videos no reemplazan una directiva anticipada escrita, pero pueden ser útiles para la atención médica y sus seres queridos.

La planificación anticipada de cuidados ayuda a garantizar que la persona reciba los cuidados que desea. Permite expresar los valores y deseos de un adulto mayor, por ejemplo, respecto de la atención médica al final de sus días. Es su derecho. También es importante que una vez adoptada la decisión la haga saber, y si tiene familia o personas cercanas mejor. Ello es importante.

Como es un tema muy complicado y complejo, anotamos algunas sugerencias de inicio: como se dijo, hablar con un médico de cabecera o un abogado especializado puede resultar también útil. En definitiva, pensar qué es lo significativo para nosotros. ¿Como transitamos las emergencias? El construir diversos escenarios impensados y preparar las consecuencias legales y financieras, hacen todo más viable.

Es difícil predecir el futuro. Es posible que alguien nunca se enfrente a una situación médica en la que no pueda hablar por si mismo y expresar sus deseos. Sin embargo, contar con un plan de final de vida claro, puede reducir el estrés y la incertidumbre para las familias; y asegurar que se respeten los deseos del ser querido de manera precisa y con dignidad. Es importante reflexionar sobre el tema. No hay mejor momento que el presente para comenzar a planificar el final de nuestras vidas aunque cueste asumirlo.

*abogado. Ex juez del fuero laboral

  1. juan jose Prado

    Esto demuestra el Estado presente, el que permite que la voluntad del anciano sea respetado y para ello provee las herramientas que informa la Ley, esa que hoy no se respeta. Felicito al autor del articulo haberse preocupado por destacar la necesidad no solo de regular la infancia, menoridad, adolescencia, y mayoria de edad. Los mayores, y habla un geronte de 91 años precisa que se lo atienda acorde lo que considera una forma digna de vivir. Humanizar el derecho es parte del legislador, es parte del Estado , es parte de la organizacion solidaria de la sociedad humana. La que desconoce Milei. Su fundamento LA JUSTICIA SOCIAL

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