Jorge Altamira, el líder del Partido Obrero Tendencia (Tendencia del PO), o Política Obrera, según el nombre que usan en esta campaña electoral, recorre la zona norte esta semana con referentes de distintas municipalidades. En esta entrevista plantea los temas que el espacio considera clave en esta campaña. Hoy largó en la fábrica Mondelez, con un acto público a las puertas de la fábrica de Gral. Pacheco. Y el sábado homenajeará a Federico Decoppet, pionero y referente del trotskismo en Vicente López, fallecido hace tres meses a los 56 años. También estará en José C. Paz, San Fernando y San Miguel.
Hoy miércoles 11 Jorge Altamira, precandidato a diputado nacional, comenzó una recorrida por distintos puntos de la zona norte en el marco de la campaña electoral junto a militantes de Política Obrera. El principal dirigente de la Tendencia del PO, participará en estas elecciones encabezando la lista de diputados nacionales.
También estará en José C. Paz, San Fernando y San Miguel. En esta entrevista Altamira habla de la deuda con el FMI; explica cómo debe ser para la izquierda la reducción de la jornada laboral; observa la sindicalización de los movimientos sociales; y señala por qué en estas elecciones la izquierda no v unida.
¿Cuáles son los ejes de Política Obrera para esta campaña electoral?
Lo principal es que la población no está protegida de la pandemia. Ni económica mente si sanitariamente. Porque, en función de las elecciones, el gobierno abre cada vez mayor número de actividades, pero estamos ante una nueva ola de contagios con la variante Delta. Acá hay un interés económico: mantener al trabajador trabajando, incluso cuando las condiciones no están dadas, sin importar las consecuencias. Y más cuando hay un pronóstico del gobierno, de la oposición y de los científicos de que el ingreso de Delta es inevitable. Dos ejemplos: numerosos estados de los EEUU, que tiene un elevado número de vacunación, ya han adoptado medidas de confinamiento. Y China lo mismo. Además, China ha logrado que con sus medidas de confinamiento su economía crezca más que el resto del mundo. Porque al suprimir la circulación del virus, habilitó una reanudación de actividades mucho más intensa que otros países; que al ir, volver, ir, volver, generaron una incertidumbre económica y laboral muy grande. Luego, no hay ninguna asistencia (económica) a la población.
En un momento estuvo el ingreso de emergencia IFE…
Por el contrario, se están pagando las deudas con el Fondo Monetario Internacional; los intereses a acreedores extranjeros. Y hay un ajuste fiscal y monetario muy grande. Todo el dinero que circula es retirado de circulación mediante la emisión de títulos Leliq. Y por ese ajuste monetario el Banco Central paga el 40% de interés anual a los bancos. Además hay un ajuste fiscal, fíjese dos cosas, eliminaron a una velocidad como no ocurrió en ningún lugar del mundo el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE); y ahora con el nuevo ministro de desarrollo social el tema del día es: “los planes sociales no sirven”. Bueno, no sirven si es para darle una gran vida a los trabajadores (lo dice con ironía); pero si no hay una solución de empleo es el último recurso que tiene el trabajador. El otro punto es que el gobierno se comprometió a firmar un acuerdo con el FMI para después de las elecciones; y que sea votado en el Congreso; esto se debe a que después del desastre del acuerdo con Macri el propio FMI no acepta que se firme a espaldas de nadie. A los votantes les decimos: ¡Ojo! Fijate lo que votas porque estás votando a los tipos que votan el acuerdo con el FMI. Y por ese acuerdo les pagamos a los usureros internacionales, al FMI, pero no a la gente sin empleo. El ajuste fiscal más grande es el ajuste que sufrieron salarios y jubilaciones retrasados de la inflación. Por eso decimos que el tema son los salarios las jubilaciones y el empleo. Hoy la jubilación mínima es $26.000. Es un robo a mano armada contra el pueblo trabajador. El salario y la jubilación mínimos deben ser iguales a la canasta familiar que tiene el poder adquisitivo de un trabajador hace 40 años: ciento treinta mil pesos ($130.000). Esos son nuestros ejes.
Por en el escenario que describe pareciera que el kirchnerismo o el Frente de Todos hizo más de lo mismo que el macrismo antes de la pandemia, y con pandemia siguió así…¿Es todo lo mismo?
No hay nada nuevo, pero al mismo tiempo siempre hay algo nuevo. Una cosa es endeudarse y otra es pagar la deuda. El gobierno anterior se endeudó. Y este está pagando. Los beneficiarios son los mismos. Los intereses que se atienden son los mismos. Esto ya pasó antes de que ganara Macri. Menem nos endeudó; De la Rúa quebró y (el ex presidente Néstor) Kirchner pagó. La diferencia es que los Kirchner participaron del endeudamiento porque eran menemistas; y en el gobierno participaron del pago de la deuda.
Sin embargo en la gestión Kirchner se retiró el FMI…
La ex presidente (Cristina Kirchner) lo llamó desendeudamiento, pero el que pagó es el pueblo, que no tenía ninguna deuda. Los grandes grupos económicos habían contraído la deuda. Ahora no es lo mismo, pero es parecido. Muchos que están en el Frente de Todos colaboraron con Macri; que no tenía mayoría en el Congreso y los votos se los daba Massa, Lavagna ¿Por qué la Argentina está en esta situación? Porque a través del mecanismo de la deuda los grandes grupos económicos roban a mano llena. Por eso nuestra propuesta es la de elevar el salario mínimo, y la jubilación mínima, para que igualen el costo de la canasta familiar. Y dar por terminada la deuda con el exterior. Ya ganaron bastante.
Sindicalistas del oficialismo proponían que el Congreso trate una norma para bajar la jornada laboral ¿Les parece pertinente?
Un dirigente sindical no puede plantear la reducción de la jornada laboral porque lo metieron de candidato. Es el caso de (Sergio) Palazzo (dirigente de La Bancaria). Porque el frente donde él está ¿Está a favor de la reducción? No. Eso confunde. Porque la gente escucha a Palazzo y vota una lista que no quiere saber nada con la reducción de la jornada laboral (…). Después él no entró en mayores detalles. Yo no lo escuché decir que se mantiene el salario. Pero bueno, por ejemplo, si se reduce la jornada laboral ¿cómo se completa la producción que antes se hacía con una jornada más larga? Él tampoco lo dice. Él debería decir que la reducción debe acompañarse con la contratación del número suficiente de trabajadores que complete la producción. Esto no lo dice, porque la función principal de reducir la jornada laboral hoy en la Argentina, sin afectar el salario, es para darle trabajo a muchos millones de desocupados.
¿No es exactamente una reivindicación o un beneficio entonces?
Si usted me dice que están todos ocupados y se reduce la jornada, eso es un beneficio para el trabajador que no solo cobra un salario por lo que hace, sino que se disminuye la jornada, como en una época pasó de 12 o 14 horas a 8. Porque el tiempo de vida también es una conquista. No es solo el salario. Trabajo 24 horas y me voy con un fajo de billetes, eso no es una vida. El otro tema es que Palazzo, además de ser candidato, integra la CGT, que tampoco dice nada. Y hay algo más interesante. Hay otro sector del capitalismo que también quiere reducir la jornada laboral. El Banco Mundial. Ellos quieren que la jornada laboral no se calcule por día, sino por año. Tantas horas por año. Esto con el propósito de que cuando hay mucha demanda el obrero trabaje, por ejemplo, 12 horas, y cobre por 12 horas. Pero si cae la demanda, se quede en casa y no cobre nada. Es decir, que el trabajo sea fluctuante con la demanda y la oferta de los productos. Esto es curioso. Porque cuando toda la historia del capitalismo indica que la responsabilidad y la decisión de prever la oferta y la demanda es del empresario, ellos quieren que ahora el obrero se haga cargo. Esta propuesta de Palazzo podría empalmar con el “Banco de Horas” del Banco Mundial. A ellos, al FMI al banco Mundial, lo que les interesa es la rotatividad, que se obtiene eliminando el contrato por tiempo indeterminado. Así el patrón tiene el arma del despido para cualquier momento. Países con alta rotatividad laboral son Brasil y los EEUU. Esa vulnerabilidad del despido, hace que usted en posición inferior ceda en la cantidad de horas, en bajar el sueldo. Porque un sistema de explotación es perfecto cuando el trabajador alcanza la máxima vulnerabilidad.
Mucha de la composición de los movimientos sociales son despedidos, excluidos del sistema laboral, personas privadas o que no adquirieron la cultura del trabajo. Las organizaciones sociales plantean la agremiación ¿Qué visión tienen ustedes de esto?
En las buenas épocas del sindicalismo. Mi padre era sindicalista, un activista, un luchador. De los jubilados y de los desocupados de su gremio se hacía cargo el sindicato. Si el patrón embromaba a un jubilado la defensa era parar la producción ¿Si usted forma un sindicato de jubilados, como se defiende el jubilado? ¿Y por qué un sindicato debería interesarse por defender a los jubilados? Porque sus afiliados en el futuro se van a jubilar. Pero hay otra perversidad. Porque los que trabajan en los planes de las organizaciones que marcharon el otro día reciben $13.000. Y no es un sindicato porque ellos trabajan en las actividades de las organizaciones sociales. Y además aunque ganen la mitad de lo que se gana hoy, “usted es un productor”, un hombre activo, que recuperó la cultura del trabajo (lo dice con ironía). Pero si la “cultura del trabajo” es dejarse explotar sin límite, un negro esclavo del siglo XIX de los EEUU era el Jorge Luis Borges de la cultura del trabajo. Ellos trabajan para sobrevivir. En realidad, la cultura del trabajo en la clase obrera argentina es muy alta, porque los que no tienen trabajo saben cómo arreglarse. Hacen changas, pintan una casa, saben arreglar cualquier cosa. Entonces, en la Argentina, que fue pionera en materia de conquista de derechos laborales y sociales hoy vivimos en total precariedad en eso. La Argentina es el paraíso de aquellos que en los últimos 100, 150 años se opusieron a las conquistas obreras. Un terrateniente de la zona de San Pedro que conocí de casualidad me lo hizo ver. Había ganado Macri me dijo: “volvimos”. Yo le pregunté ¿cómo? ¿por qué? Y me dijo: “a nosotros nos echaron en 1916 con la victoria de (Hipólito) Yrigoyen. No era solo antiperonismo, sino de una serie de períodos de la Argentina de conquistas sociales.
Lo saco del panorama nacional ahora ¿No pudo el trotskismo llegar a un espacio unificado, incluso habiendo llegado a tener bancas en el Congreso?
Nosotros hicimos una propuesta de hacer unas PASO de toda la izquierda y no la aceptaron. En parte el argumento era que las PASO dividen y nos exponen a discusiones ante la ciudadanía. Ese no es buen argumento, pues uno organiza el debate. Y si va en una lista común qué interés habría en sabotear a los que van en esa lista común. Es absurdo. Pero al final en el frente de izquierda no llegaron a un acuerdo y hay una PASO entre ellos. En realidad la izquierda no crece. Si creció en los primeros años del Frente de Izquierda, pero cuando debió crecer para ser un fuerza movilizadora, se estancó y retrocedió. Porque fuera del ámbito electoral, donde los acuerdos siempre son precarios, hay una gran disputa. Hay sindicatos donde estos mismos que integran “el frente” de izquierda se matan entre ellos, de hecho dividen al sindicato. Eso lo consideran legítimo. Es decir no hay una estrategia obrera, porque para que la haya una estrategia la cuestión es cómo sumo a la unidad obrera, no a este o a otro grupo, para que la clase obrera se sume a un colectivo propio con capacidad de incidir por medio de la organización y la lucha. Esto no ocurre. Bueno, habiendo dos fuerzas hegemónicas como Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, ir juntos los de la izquierda es una ventaja. Y si además hay PASO, cada cual puede decir lo que piensa. Es decir que la unidad no tiene que borrar el pensamiento de cada uno y que los trabajadores conozcan esos pensamientos. Este piensa esto, aquel lo otro, pro se unen contra el pensamiento del régimen. Divergencia en unidad suena contradictorio, pero el arte de una política socialista es manejar estas contradicciones, habilitar el debate y permitir la unida. Eso es lo que nosotros propusimos; pero ellos no querían el debate. En suma, nuestro planteo es el siguiente, el Congreso que viene vota el programa del FMI; si los votas a ellos van a decir que vos también querías el programa del FMI. Argentina, entonces, perdió su personalidad histórica. Este es también es nuestro mensaje.
Gustavo Camps
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