La CGT Zona Norte organizó la presentación del libro, Salvados por Francisco, en la filial Vicente López del sindicato SETIA. La obra es una investigación del escritor, Aldo Duzdevich, sobre gestiones y acciones del sacerdote jesuita, Jorge Bergoglio -actual Papa Francisco (por si caben dudas)- para ayudar a seguras víctimas de la represión ilegal durante la última dictadura. Presentaron a Duzdevich, el referente de la CGT Zona Norte, José Luis Casares; el ferroviario (UF), Ricardo Lovaglio; el metalúrgico (UOM), Julio López; la referente de UPCN, Marcela Cortiellas Córdoba, concejala de Vicente López, y la titular de SADOP Zona Norte, Milena Lamonega.
En la mesa: la referente de estatales UPCN, Marcela Cortiellas Córdoba, concejala local; el ferroviario (UF), Ricardo Lovaglio; el referente de la CGT Zona Norte, José Luis Casares (docentes privados SADOP); el metalúrgico (UOM), Julio López; y la secretaria general de SADOP Zona Norte, Milena Lamonega
Aldo Duzdevich sintió algo similar que el periodista, Rodolfo Walsh, al escuchar “hay un fusilado que vive” cuando se lanzó a investigar sobre los fusilamientos de JL Suárez. Una compañera le dijo a Duzdevich “Francisco salvo más gente de la que vos crees”; cuando él quería demostrar que era falsa la acusación de que el cura Bergoglio, Papa Francisco, había desamparado a dos curas, Francisco Jalics y Orlando Yorio, de las garras de la última dictadura.
La semana última, en el sindicato textil SETIA, de Vicente López, Duzdevich, invitado por la CGT Zona Norte, presentó su libro, Salvados por Francisco, donde investiga 25 casos de personas que Bergoglio, de alguna manera ayudó durante la última dictadura. Lo fueron a escuchar trabajadores de varios sindicatos, las Mujeres Sindicalistas de la Zona Norte, también había militancia de espacios políticos y de movimientos sociales y vecinos de la región.
Hubo trabajadores de varios sindicatos, las Mujeres Sindicalistas de la Zona Norte; militancia de espacios políticos y de movimientos sociales y vecinos de la región
En dialogo con denorteanorte.com Duzdevich contó que, cuando en 2017 salió la serie “Llamame Francisco” en Netflix, sobre el joven cura jesuita, Jorge Bergoglio, sus hijos le avisaron, la vio y le pareció verosímil, pero pudo leer criticas negativas sobre la serie y sobre el Papa, que lo incentivaron a dar conocer su propia visión, lo hizo en un blog neuquino, su ciudad, y luego en un matutino capitalino con mayor llegada. De allí al libro fue solo un paso más.
Duzdevich en su juventud participó de la Acción Católica, en los 70 fue militante de Montoneros, y más adelante, siempre desde la militancia peronista, sin ser formalmente historiador investiga metódicamente y escribe ensayos políticos sobre los años ´70. También escribió, junto con Norberto Raffoul y Rodolfo Beltramini, el libro, “La lealtad. Los Montoneros que se quedaron con Perón”. Varios de sus ensayos pueden leerse en la Agencia Paco Urondo.
Los libros de Duzdevich
Presentaron al escritor el referente de la CGT Zona Norte, José Luis Casares (docentes privados SADOP); el ferroviario (UF), Ricardo Lovaglio; el metalúrgico (UOM), Julio López; la referente de estatales UPCN, Marcela Cortiellas Córdoba, concejala local, y la secretaria general de SADOP Zona Norte, Milena Lamonega. Fernando Ruarte, de SETIA Vicente López, se hizo un lugar en medio de un gestión sindical, y llegó al final, libro en mano.
La presentación
Durante las palabras iniciales sobre la presentación, en el salón Mauricio Anchava de Setia, Marcela Cortiellas, que se reivindicó feminista, no pasó por alto y criticó las posiciones institucionales de la Iglesia que atacan a las mujeres y sus derechos, pero reivindicó “el amor por el otro y por la otra” que predica el Papa Francisco y “sus posturas contra capitalismo salvaje”; finalmente desde esta perspectiva exhortó “a rescatarlo” incluso por sobre la institución.
Duzdevich: «“Fue buscar la aguja en el pajar. Cuando llegue a 25 pensé: yo no quería demostrar que Bergoglio había salvado a mil, sino que no había traicionado a dos. Y me puse a escribir”
La representante de los docentes privados, Lamonega -que junto con Cortiellas forman parte del espacio de Mujeres Sindicalistas de la Zona Norte- situó la presentación del libro de Duzdevich como “una oportunidad para interpretar a la sociedad” y consideró que, desde el sindicalismo, en un contexto actual donde “la economía que vivimos en realidad nos mata (…) tenemos que empezar a humanizar tanto las instituciones como las practicas políticas”.
Casares explicó que si la CGT como entidad tiene una mirada ecuménica, en el movimiento obrero predomina la fe cristiana, especialmente el catolicismo. “No todos profesamos la misma fe, pero a gran parte de los trabajadores y a nuestro pueblo los expresa el catolicismo, por eso, que el Papa sea argentino para nosotros es fundamental. Hay dos movimientos obreros católicos importantes en el mundo, uno es el polaco y el otro es el argentino” expresó.
Y amplió: “Nosotros como trabajadores organizados tenemos una propuesta y un modelo de hombre, sociedad y de patria. Para nosotros la solidaridad es una manera de vivir. Ese libro se vincula a esos valores. No nos avergonzamos de la fe. Creemos que las consecuencias que vivimos, como personas y como sociedad actualmente, tienen que ver con el alejamiento de esos profundos valores. Si se disuelven ciertos lazos es lógico que estemos en una selva”.
Duzdevich, durante la presentación, resumió cómo llegó a plantearse la edición del libro (lo que se relata arriba). También proyectó un video donde, Gonzalo Mosca, víctima del Plan Cóndor (de apoyo mutuo entre las dictaduras del sur en los ´70) y hermano de un religioso uruguayo, relata como fue ayudado por Bergoglio a salir de nuestro país, de paso mientras escapaba de Uruguay. Y leyó una carta que recibió del propio Papa Francisco sobre el libro.
Duzdevich fitmó ejemplares. Acá con Milena Lamonega (SADOP Zona Norte)
El escritor relató que a medida que investigaba se fue percatando de que las ayudas del jesuita Bergoglio no eran casuales, sino que por los cuidados que tomaba -que las personas no sepan donde estaban, o aparenten o refuercen ser religiosos, por ej- y los lugares que elegía para mantener, o hacer viajar a las personas en peligro, se trataba de una metodología estudiada y repetida. Duzdevich también contextualizó la época en la que se dieron los casos.
Sobre el método que uso para el libro, en el diálogo que se reproduce al principio de esta nota Duzdevich contó que muchos de los nombres que investigó aparecían publicados, a otros los contactó por las redes digitales personalmente o por terceros e hizo entrevistas. “Fue buscar la aguja en el pajar. Cuando llegue a 25 pensé: yo no quería demostrar que había salvado a mil, sino que no había traicionado a dos. Y me puse a escribir” graficó.
Gustavo Camps
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