Literatura, Por Héctor Rodríguez

“Entonces es como dar amor”

El amor adolescente, la guitarra de Casa Nuñez, un Winco. La lectura del recuerdo de Héctor Rodríguez, en formato de relato, al flaco Spinetta no merece ser dilatada con una introducción, por más corta que se pretenda. Es imperdible. Así que pasen y lean…

Por Héctor Rodríguez*

Héctor Rodríguez

Hacia fines del 69 todavía faltaban dos años para que conociera a la mujer de mis desvelos adolescentes. Aun así, la canción que al principio fue apenas una canción de un primer álbum -el de Almendra-, ya sonaba en las radios y también dentro de mi cabeza. Con el tiempo dejó de ser un simple tema para convertirse en un himno-poesía que traspasó varias generaciones, hasta hoy.

Apenas sonaban los primeros acordes en guitarra y el líder del grupo comenzaba con “Muchacha ojos de papel / ¿adónde vas? quedate hasta el alba”, todo se transformaba, como en un cuento. Por aquel entonces tenía una guitarra de Casa Núñez y ya había tomado clases.

La música me envolvía y supe desde aquel instante, el del descubrimiento de “Muchacha”, que ésa sería un arma irresistible, la mejor, para conseguir el amor de quien ya estaba completamente enamorado. Primero fue necesario comprar el disco, luego gastar fatigosas horas frente al Winco, levantando la púa una y otra vez hasta conseguir asimilar los acordes y la introducción melódica de la mejor manera posible, soñando mi sueño despacito, hasta que esa muchachita rubia, adorable y con corazón de tiza, me mirara como solo se mira a quien uno desea entregarse.

La cosa funcionó bien por épocas, con besos furtivos, cartas apuradas que iban y venían, salidas a escondidas y una generosa dosis de hormonas incontrolables haciendo lo suyo, aunque sus pechos de miel solo los vi en sueños.

“Muchacha” siempre era la llave para poner la relación nuevamente en foco. Todo funcionó hasta que un día Ella eligió a otro. Con quien se casó y tuvo dos hijas. Entonces, tomamos distintos caminos. Sin embargo, el afecto profundo y los recuerdos envueltos en música y ternura perduran hasta hoy.

Recién de adulto supe la historia real de la musa inspiradora a quien el Flaco Spinetta le dedicó su canción más emblemática. Cristina era su novia, su primera novia y su primer amor. Cristina Bustamante, así se llamaba (foto). Era la hija del encargado del edificio donde vivía Emilio Del Guercio, el bajista de Almendra. Estrenaron el tema en el Teatro Coliseo. Fue un éxito fulgurante y mágico. Spinetta –él mismo lo contó– lloraba mientras la interpretaba (sintiendo la emoción del público), al mismo tiempo que Cristina se levantaba de su butaca y se retiraba del teatro, molesta por una pelea entre ambos esa misma tarde. El Flaco cantaba y la veía irse por el pasillo. Esa escena merece un libro, acaso.

A los pocos años, sus vidas se bifurcaron. Cristina partió al exterior y el Flaco siguió componiendo y formó su familia. Nunca dejaron de vincularse.

En 2009, en Vélez y ante 40 mil personas, Spinetta ofreció un show histórico y tal vez el más importante de su larga carrera, el de las Bandas Eternas. Fueron casi seis horas de música. Un homenaje por los 40 años de la grabación de su primer LP, Almendra. Estuvieron todas sus formaciones, además de invitados como Charly y Fito. No pude conseguir una entrada pero sí estuvo mi hijo menor, invitado por una amiga. Recuerdo esa noche de viernes como si fuera hoy. Santiago me enviaba mensajes de texto adelantándome qué temas estaba tocando Luis. Más sus estremecimientos, los de un adolescente con la vocación de músico ya asimilada, experimentando al mejor Spinetta posible, el que con su primera formación volvió a cantar Muchacha a cielo abierto. Lloré de emoción a solas.

A veces el amor llega y se va, vuela como hojas apagadas de un otoño gris. Pero el Universo continúa su ciclo, es una lluvia dulce que se lleva las penas y devuelve la luz. Los diarios dirán que hoy se cumplen seis años de la muerte de Spinetta. Y eso no es cierto. Su arte, su poesía y su belleza traducida en notas que impregnan el aire que respiramos, sigue viva, acá, traspasando la piel, bien cerca del corazón.                                                                                                                                                                                               H.

* Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte

  1. Marielle GK

    Vuelve «Flaco» por favor, vuelve; si es que ya no lo hiciste

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