Durante la entrega del premio Juana Azurduy el Presidente señaló que “las Madres y las Abuelas son un modelo de conducta, de lucha y de compromiso para cada argentino y argentina”. El acto de reconocimiento – presencial y virtual por prevención sanitaria- fue en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada ayer martes.
El presidente, Alberto Fernández, encabezó en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada un acto de homenaje a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo por los 45 años de lucha en defensa de los derechos humanos, en el que entregó los premios Juana Azurduy, ante un nuevo aniversario del último golpe cívico militar de 1976.
En este caso recibieron el premio 71 mujeres -40 pudieron recibirlo en vida, destacó una comunicación oficial- que “entregaron la mitad de su vida a la lucha para obtener justicia por los crímenes de lesa humanidad, perpetrados por la dictadura cívico militar, de los que fueron víctimas sus hijos, hijas, nietas y nietos”.
La distinción fue creada por decreto 188/2021. Lleva el nombre de Juana Azurduy (1780-1862), explicó la información, por haber sido una mujer esencial para el proceso emancipatorio en la región y haber participado en el siglo XIX en la lucha por la Independencia de las nacientes patrias sudamericanas.
El mandatario compartió el acto en forma presencial –muchas Madres y Abuelas participaron virtualmente por prevención sanitaria- con Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo; Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; y con Lita Boitano, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.
El ejemplo de Madres y Abuelas
“Nos hicieron ser una mejor sociedad”, reconoció el presidente Fernández e indicó que la tarea de las férreas mujeres “fue inmensa” y “reconocida en el mundo entero” por su lucha y por su visión. Las Abuelas, por caso, desarrollaron el Banco Nacional de Datos Genéticos para encontrar a sus nietos y nietas apropiados por los genocidas.
Acompañado también por el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, el Presidente convocó a “aprovechar este encuentro para explicarles a los más jóvenes, a los que tuvieron la suerte de haber nacido en democracia, que hubo un tiempo en la Argentina donde la democracia no existía”
En una comunicación oficial que difundió el reconocimiento el Presidente recordó y explicó que en aquellos años de oprobio “los atropellos no fueron solo a la ideología del otro, sino que se llevaron la vida de gente inocente por el solo hecho de pensar”.
El mandatario aseguró que las Madres y Abuelas “son definitivamente un modelo a seguir por cada argentino y cada argentina. Ellas por ahí no se dieron cuenta, no lo advirtieron pero la sociedad las terminó viendo como un ejemplo, como un modelo de conducta, como un modelo de lucha, como un modelo de compromiso”.
La titular de Abuelas, Estela de Carlotto, en tanto, explicó que “llevamos la democracia más larga de nuestra historia de vida política. Tenemos que cuidarla. Y eso es compartir los momentos buenos y no tan buenos pero resolverlos con el criterio de la unidad”. También exhortó a convertir en lucha los sentimientos de dolor.
La llaga en lucha
Luego señaló: “Yo llevo flores al cementerio. Pero la llaga está adentro. Si la llaga la transformamos en lucha, en unidad, en defensa de nuestra soberanía, desde el cielo, desde donde estén los 30.000 (desaparecidos durante la dictadura cívico militar) van a estar disfrutando con nosotros estos tiempos”.
Taty Almeida dedicó un mensaje a los jóvenes a quienes definió como “nuestra esperanza y tranquilidad”. La representante de Madres Línea Fundadora señaló que “sabemos que van a seguir luchando, porque la única lucha que se pierde es la que se abandona. Y nosotras, aunque sea con bastones, vamos a seguir luchando”.
Lita Boitano, de Familiares, en la misma línea que sus compañeras de lucha, “A mí me está pasando que nunca estuve más cerca de mis hijos como este año para el 24 de marzo. No lo digo para llorar sino con lo que siempre nos acompañó la búsqueda: la calma, el duelo pero también la alegría para luchar”.
Tanto las representantes de Madres y Abuelas como el Presidente ponderaron la iniciativa de plantar árboles en recuerdo de los 30.000 desaparecidos en todo el país, impulsada por los organismos de Derechos Humanos, como forma de recordar el 24 de marzo, sin marchar, dado el contexto de la pandemia de Covid-19.
Por su parte, el secretario Pietragalla Corti explicó: “Nuestras Madres y Abuelas tuvieron un rol fundamental en el peor momento del terrorismo de Estado” y “en los peores momentos del neoliberalismo, en democracia, fueron un pilar. Gracias a ellas la Argentina tiene un piso totalmente distinto en políticas de Memoria, Verdad y Justicia”.
Madres y Abuelas presentes por videoconferencia
Se encontraban comunicadas a través de videoconferencia las Madres y Abuelas Buscarita Roa; Alba Lanzillotto; Sonia Herminia Torres; Carmen Ledda Barreiro; Emilce Noemí Flores; Ángela Barilli; Carmen Lorefice; Carmen de Lareu; Enriqueta Rodríguez de Maroni; Sara Laskier Rus; Haydee Gastelu de García Buela; Clara Burzny de Weinstein; Vera de Jarach; Irma Scrivo de Morresi; Herenia Sánchez de Viamonte; Alba Zunilda Isolina, y Carmen Ramiro de Guede.
También Inés Ragni (Neuquén); Dolores de Rigoni (Neuquén); Miriam Rosenberg (Córdoba); Yolanda Torres (Córdoba); Josefa Pepa Pusek de Galván (Córdoba); Beba Cuello de Arias (Córdoba); Sara Coca Luján de Molina (Córdoba); Mercedes Toloza de Bustos (Córdoba) y Pabla Pituca Avendaño (Córdoba).
Y además, Marcela Brizuela de Ledo (La Rioja); Angelina Caterino de Castro (Mendoza); María Rech de Cazorla (San Luis); Otilia Acuña de Elías (Santa Fe); Olga Barrera de Suárez (Santa Fe); Blanca de Vicente (Santiago del Estero); Olga de Zurita (Santiago de Estero); María Martínez de Canfaila (San Luis), y Sara Monzón de Gómez (Formosa).
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