El secretario de Seguridad de la CABA, Diego Kravetz, anunció que se prohibirá a las personas vulneradas que duerman en las calles. El fenómeno no es nuevo, tal vez creció un poco más con la actual administración Macri. Los paradores están en tan mal estado que los propios damnificados prefieren dormir donde los encuentra la noche. Por ahora, la CABA carece de respuesta sociopolítica eficaz para las personas en situación de calle.
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En una estadística totalmente inverosímil en 2006 la CABA acusó 725 personas en la calle y hoy dice que hay más de 4.000. El propio Jefe de Gobierno, Jorge Macri, se burlaba de la situación al decir que las y los vulnerados usaban de “monoambiente” los recintos de los cajeros automáticos, como si la administración fuera ajena a la situación.
El titular de Seguridad le dijo la Urgente 24. «Es imposible convivir con los homeless para los vecinos. La opción es dormir en un parador o irse a otro lado». Cuando en rigor la administración ni siquiera es capaz de hacer un censo más o menos verosímil. Por caso en julio 2019, la ONG Proyecto 7 contabilizó al menos 7.251 personas.
Desde esta entidad criticaron el censo de la CABA pues se realiza solo en algunos barrios, y en horarios en los que la gente en situación de calle se resguarda de ruidos en lugares donde no se accede fácilmente. También es irreal la cantidad que “informa” el gobierno de la CABA sobre la proporción de gente que va a los paradores.
Calle, no paradores
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Según Kravetz entre 2.000 y 3.000 personas concurren a los paradores y 1.300 se niegan, según la difusión, a utilizarlos. Lo cierto es que el estado en que el gobierno mantiene esos lugares, hacen preferible la calle. Y la proporción es justamente al revés. Por caso, de las y los censados por Proyecto 7 solo el 9% estaba en paradores.
Sobre los censos, asimismo, Proyecto 7 criticó el hecho de que se censa un día solo y es insuficiente. Dado que las personas en situación de calle deambulan por diferentes lugares. En esta línea, Proyecto 7 informaba que su censo se llevó a cabo durante 4 días en diferentes horarios y barrios, para encontrar a la mayor cantidad de personas.
El funcionario de Seguridad también estigmatizó a las personas en situación de calle. «Algunos son adictos, otros tienen problemas psiquiátricos o psicológicos y también muchos de ellos cuentan con antecedentes penales”, señaló. Argumento más para justificar el maltrato, o signo del desinterés por solucionar el problema de fondo.
Eso pues, en rigor, el censo de Proyecto 7 dio que el 42% llegó a la calle por falta de trabajo, incapacidad de pago y ampliación de la familia. Y un porcentaje muchísimo menor informó que estuvo privado de la libertad, dentro de al menos 16 “razones”; entre las cuales, asimismo, los problemas de consumo y adicciones, no eran los más.
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