Por Karin Hiebaum*
La amistad es uno de los soportes más importantes que podemos tener en nuestra vida. Los amigos son la familia que escogemos y nuestros compañeros de vida. Pero por encima de todo, la amistad es la máxima representación de amor. Puesto que la familia se hereda y las relaciones de pareja exigen exclusividad.
Y mientras la amistad es incluida en todas las otras representaciones de amor, en ella no es necesaria ninguna otra forma de amor. Ahora bien. Podemos pararnos a pensar detenidamente en la amistad y cuestionarnos ¿Qué es realmente una amistad verdadera? ¿Cómo distingo a un buen amigo de un compañero?
Tipos de amistad
Son muchos los tipos de amistad en la historia humana. Sin embargo, la gran mayoría de ellos, han adoptado la división en tres tipos de amistad infundada por Aristóteles. El cual hacía esta clasificación: la amistad por placer; también por utilidad; y la amistad por virtud. Las tres comparten un afecto recíproco, aunque su finalidad es distinta.
La amistad por placer es la más frecuente entre los jóvenes. Ya que estos viven persiguiendo sus pasiones, aquello que les resulta agradable. Esta amistad se basa en una afinidad recíproca. Donde ambos amigos consiguen aquello que desean, mediante la complacencia de los dos.
Esta amistad tiende a aparecer cuando por ejemplo dos amigos comparten la misma pasión por actividades de deporte. Salir de fiesta. Tocar en un grupo de música. Son amistades que se fundan mediante una pasión compartida y por ello, tienden a ser más volátiles, debido a que a medida que la edad avanza.
Nuestras pasiones, entonces, van cambiando y este tipo de amistad depende del placer mutuo. De modo que cuando los placeres que se persiguen varían y dejan de compartirse, la amistad tiende a desvanecerse. Así, es frecuente que, entre los jóvenes, las amistades se funden rápidamente, del mismo modo que concluyen.
Utilidad
En la amistad por utilidad el vínculo que mantiene unidas a las dos personas se centra en recibir algún beneficio mutuo. Por ello tiende a darse entre personas contrarias, ya que uno espera del otro aquello que no tiene. Las amistades por utilidad tienden a ser fáciles de disolver. Y es cuando una de las dos personas deja de ser útil para la otra.
En la amistad por utilidad son frecuentes las reclamaciones y los reproches. Pues si lo que sustenta la amistad es la utilidad, la persona cada vez exige más, debido a que cree que recibe menos de lo que debería merecer. Las reclamaciones únicamente se presentan en este tipo de amistad.
Esto es pues en las amistades por placer, tras haber compartido los momentos de placer, cuando estos cambian las personas se separan. Mientras que las amistades por utilidad no se separan tan fácilmente, pues las personas seguirán presentándose como amigos siempre que puedan seguir sacando provecho de esa relación.
La amistad verdadera, entonces, o la amistad por virtud, no entiende de reproches. Este tercer tipo de amistad es conocida como la amistad de lo bueno. Concibe la valoración de lo bueno y lo virtuoso de la vida, sin ninguna finalidad añadida. Sin esperar sacar provecho de nada.
Amistad verdadera
Las relaciones de amistad verdadera tienden a mantenerse durante toda la vida, a ser íntimas y profundas y no esconden un porqué. Fluyen por sí solas. En la verdadera amistad ninguno molesta al otro, pues ambos desean compartir su tiempo, juntos. En la verdadera amistad ambos se sienten libres de compartir libremente.
Discuten sus desacuerdos sin tratar de imponerse uno sobre el otro. En la verdadera amistad se comparten las alegrías y se hace más amena la adversidad. Los verdaderos amigos crecen juntos como personas, son sinceros entre ellos, buscan entenderte sin juzgarse. Mantienen una mutua preocupación constante.
Las y los amigos verdaderos saben escucharse y ayudarse con el corazón. Y todo ello te lo darán sin esperar nada a cambio, únicamente que este amor sea compartido. Una de las frases de amistad verdadera más conocidas es que «quien tiene un amigo tiene un tesoro», pues la amistad es el tesoro más preciado que se puede poseer.
Pasamos el día rodeados de personas. Y las redes sociales nos demuestran la importancia de vincularnos. Sin embargo vivimos acelerados, con la imposibilidad de dedicar todo lo necesario para fundar una amistad con esas personas. Y caemos en el error de pensar que un amigo puede encontrarse en cualquier lugar.
Reflexión I
Nos encontramos rodeados de compañeros. Pero debemos empezar a preguntarnos quién es de verdad un amigo. Y cuando encuentres tu respuesta valorarlo y cuídalo. Pues un buen amigo siempre estará a tu lado. En los buenos y en los malos momentos, estará allí de forma desinteresada, sin exigencias, sin esperar nada.
Un buen amigo te abrazará cuando estés triste y secará tus lágrimas. Del mismo modo que te sacará tu mejor sonrisa, celebrará tus logros, te acompañará en tus fracasos. Y permanecerá a tu lado cuando el mundo te dé la espalda. Una amistad verdadera es una amistad para toda una vida.
Y por ello es muy importante valorar cuáles son las amistades que vale la pena que permanezcan a nuestro lado. Aprender a distinguir un buen amigo, de un compañero, puede ser difícil. Pero para conocer si una amistad es verdadera céntrate en que los valores de amistad que hemos definido antes estén presentes.
La amistad es un vínculo o relación afectiva entre dos o más personas, que se rige por valores imprescindibles tales como: la confianza, la lealtad, el amor, la generosidad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso. Aunque la amistad como valor es también un valor personal en sí mismo.
Reflexión II
La amistad se funda sobre un sentimiento desinteresado, aparece espontáneamente. Las amistades se escogen. Una amistad será sincera cuando la persona lo de todo de sí sin esperar nada a cambio. Aunque son necesarios el interés mutuo, la predisposición, la continuidad y el vínculo recíproco.
Por otro lado, una verdadera amistad debe ser cuidada y aunque no sea necesario mantener el contacto físico o directo para conservar una amistad, deben encontrarse otras formas de comunicación. La amistad no entiende de edades, géneros, tipos de relación, etnias, ideologías, culturas. No obstante, tendimos a cuestionarnos
¿Puede haber amistad verdadera entre un hombre y una mujer? La respuesta es sí. La amistad puede aparecer en todas las formas de relación, incluso entre un animal y un ser humano. Como bien dicen, “el perro es el mejor amigo del hombre”. La amistad siempre aparecerá cuando de forma recíproca se cultiven sus valores implícitos. ¡A todos los argentinos, feliz día de la amistad!
* Mgter. en Psicóloga y Comunicadora Social, residente en Viena (Austria)
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