Es por la extemporánea represión a hinchas de fútbol en el partido Gimnasia-Boca, anteayer, donde perdió la vida un espectador. Sergio Berni es ministro de Seguridad bonaerense desde 2019. En una declaración pública la CPM -donde participan referentes nacionales e internacionales de derechos humanos como Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas- evaluó la represión de la policía al mando de Berni como “desproporcionada, brutal, sin sentido, violenta y cruel (…)”.
En una declaración descarnada y directa la Comisión Provincial por la Memoria evaluó que “la actitud del Ministro de Seguridad Sergio Berni es la negación permanente de la responsabilidad policial sosteniendo la versión corporativa de los hechos que busca la impunidad”. Fue en el marco de los hechos conocidos durante el partido Gimnasia-Boca el jueves último.
La trayectoria de la CPM en materia de violencia institucional, y en defensa de los derechos humanos como parte activa en el acompañamiento de víctimas, defensa y asesoramiento legal es reconocida. Solo por citar, entre sus filas están la Madre de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas. Y también el Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel.
Berni es uno de los funcionarios del país tal vez con mayor preparación en seguridad. Militar retirado, ex viceministro nacional de área, ex miembro del Comité Ejecutivo de Interpol. Sin embargo en más de una oportunidad se vio envuelto en situaciones que lo asocian a acciones al margen de la ley y la ética, más allá de su preparación técnica.

Violenta represión
En su declaración pública, la CPM explicó que en el partido Gimnasia-Boca “una violenta represión ejecutada por la Policía Bonaerense, dirigida al público presente en el estadio de fútbol de Gimnasia y Esgrima La Plata, se desplegó durante más de una hora. Con una crueldad y saña inexplicable”.
La CPM, asimismo, evaluó sobre los hechos: “Sus consecuencias son irreversibles. la muerte de Cesar Gustavo “Lolo” Regueiro, cientos de heridos incluyendo niñes (niños y niñas de todos los géneros), algunos con discapacidades permanentes”. El organismo de derechos humanos provincial se explayó asimismo, sobre el operativo.
En esta línea informó: “La enorme cantidad de gases y disparos de armas de fuego con balas de goma –las primeras informaciones sobre las pericias dan cuenta de más de 400 cartuchos recogidos-, también a quemarropa como quedó grabado sobre un periodista, conmueve a toda la sociedad”.
La CPM informó, asimismo, que en su calidad de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, se encuentra interviniendo frente a estas situaciones. El organismo de derechos humanos también explicó que “además de modificarse las políticas, los funcionarios deben combatir esta cultura institucional y no alentarla”.
Actuación policial
El organismo, además, evaluó la actuación policial como “desproporcionada, brutal, sin sentido, violenta y cruel, que vulnera la seguridad más que garantizarla (…)”. Pero a la vez señaló que esa manera “no es una novedad”; pues: “Todos los días, a lo largo y ancho de la provincia, la Policía Bonaerense viola los derechos humanos”.
En esta línea la CPM reveló: “Solo en las últimas dos semanas, la represión y desalojo de 50 familias del Barrio 22 de enero y 1 de Noviembre de Ciudad Evita en La Matanza. Las torturas y malos tratos a dos jóvenes menores de edad en Mar del Plata; sobre otro joven en Necochea. O a varias personas en Pergamino (…)”.
Para la CPM -y tras el detallado análisis parece una verdad de Perogrullo- los hechos “dan cuenta de la gravedad de la situación”. Sin embargo, señala la CPM, “la actitud del Ministro de Seguridad Sergio Berni es la negación permanente de la responsabilidad policial sosteniendo la versión corporativa de los hechos (…)”.
La CPM afirma que tal proceder del actual ministro bonaerense “busca la impunidad”, sin más.Además responsabiliza a Berni por “el anuncio de una profesionalización inexistente. La culpabilización de las víctimas y la construcción de teorías conspirativas que acusan a los organismos de derechos humanos de mala fe”.

La violencia y la injusticia
Entre sus conclusiones, la CPM manifiesta, asimismo, que “Las políticas de seguridad han sostenido la violencia policial como forma de gestión de los conflictos sociales”. También indica que “Hacen falta decisiones políticas claras que reviertan de inmediato esta situación. Y terminen con las políticas neoliberales que, en materia de seguridad y política criminal, son transversales a los últimos gobiernos provinciales”.
Para la CPM: “La violencia policial y las graves violaciones de derechos humanos que la fuerza provoca todos los días y que adquirió un enorme dimensión en los hechos del día de ayer, son incompatibles con la democracia y deben cesar. Ya que la ponen en riesgo y alimentan procesos autoritarios que conducen a más violencia social”.
Como corolario de los hechos, la CPM también manifestó: “Próximos a cumplir 40 años de democracia sin interrupciones, sigue pendiente la tarea de desarmar prácticas y sentidos en la actuación de las fuerzas de seguridad donde anidan los discursos del odio, el autoritarismo y la violencia”.
“El Estado -indicó hacia el final la declaración pública de la CPM- es el gran ordenador y productor de sentidos y valores rectores de la sociedad. Es imprescindible profundizar los procesos democratizantes en las instituciones, donde día a día se producen y reproducen la violencia y la injusticia”.
GC
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