La información surge de una encuesta elaborada por el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) sobre 8.000 educadores afiliados y afiliadas al sindicato. La entidad sindical anticipó los primeros resultados del estudio que también revela que el 51% de las y los docentes privados tienen más de tres cursos a cargo; y el 47% trabaja en su casa, producto del aislamiento social preventivo obligatorio, más horas de las habituales, que cuando debe ir a los establecimientos, y estos carecen de campus o aulas virtuales, y el docente termina usando sus recursos propios.

El flyer de SADOP
El 63% de los docentes privados no tiene PC propia. La información surge de la encuesta nacional, online y anínima, realizada entre el 2 y 12 de abril último por el sindicato de docentes particulares SADOP, a través del Departamento de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT), a 8.000 docentes privados afiliadas/os de todo el país.
«Después de un profundo análisis -evaluaron desde SADOP- se observa que las y los docentes privados no tienen disponible la principal herramienta laboral en medio de la pandemia por la COVID-19. Entonces deben usar la computadora familiar, si es que la tienen, y repartir su uso con los otros miembros de la familia, en este momento particular cuando todos están en casa».
Dentro de los primeros datos analizados de la encuesta, también surge que el 51% de las y los docentes privados tienen más de tres cursos a cargo. Asimismo, el 47% trabaja durante la actual pandemia más horas de las habituales, que cuando concurre a los establecimientos, producto de que debe recibe y responder demandas de cada alumno y padres, en cualquier horario.

En casa el docente no dispone de horarios, ni de aulas o campus virtuales, entonces debe usar sus propos recursos, indicó Milena Lamonega, secretaria generasl de SADOP San Isdro, con jurisdicción en toda la zona norte
Desde SADOP destacaron que la situación revela que el 44% de las y los maestros no logran desconectarse del trabajo en su casa. Esta realidad presiona a los docentes, pues están cocinando y contestan un whatsapp de un alumno, o almuerzan mientras son parte de un Zoom con autoridades, o ya en la cama se acuerdan de que no respondieron el correo de un papá.
Sobre esta situación, Milena Lamonega, secretaria general de SADOP San Isidro, explicó que «los límites a la jornada laboral del docente están difusos porque, al no tener aulas o campus virtuales los establecimientos, es e docente que que debe usar sus recursos, su celular, su propia cuanta de facebook, y así, la demanda de autoridades, alumnos y familia es como si fuera «a la carta»».

Milena Lamonega: «las y los docentes, que en su mayoría son mujeres, también tienen las tareas de gestión de su propio hogar, y todo eso se mezcla, e implica mayor carga, mayor alerta para cumplir con todas las tareas (…)»
Lamonega indicó también que «esa presión por el seguimiento de cada estudiante, de su desempeño, de las demandas de autoridades educativas por cómo marcha la educación remota, de papás que ahora están todo el día en su casa y se interesan más, aumentan la carga psicofísica de las y los docentes, y la jornada en la casa del docente se extiende sin límites precisos«.
Para la sindicalista docente, que además es concejala en San Isidro, esa extensión es grave pues «las y los docentes, que en su mayoría son mujeres, también tienen las tareas de gestión de su propio hogar, y todo eso se mezcla, e implica mayor carga, mayor alerta para cumplir con todas las tareas y mayor tensión por la responsabilidad que se suma a su desenvolvimiento normal».
Gustavo Camps
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