El Día de los enamorados tiene su raigambre religiosa, en el culto a San Valentín; y se habla de un sacerdote que casaba soldados pese a la prohibición de un emperador romano. Lo cierto es que es una fecha simpática que se recuerda cada 14 de febrero. En esta columna la psicóloga, Débora Blanca, celebra el “estar enamorado”; recuerda un juramento árabe sobre el enamoramiento y los negocios, y propone que es bueno celebrar el amor como sea.
Por Lic. Débora Blanca*
Las fechas comerciales que empujan a ciertas celebraciones son controversiales. Pero siempre resulta interesante pensar algo, ubicar algún signo de pregunta. Hoy se celebra el día de los Enamorados, no el día de las Parejas. Hay parejas que se aman, hay parejas que, luego de una crisis, reconocen que siguen sintiendo amor y vuelven a elegirse. Hay parejas que no se aman.
Hay una maldición árabe que dice «Ojalá te enamores», vertida especialmente en aquel que compite en los negocios. Sucede que cuando uno está enamorado se atonta un poco. Parece un poco narcotizado. Sólo piensa en él o ella, se dedica a recordar, fantasear, escuchar canciones de amor. Y así descuida los negocios, entre otras cosas.
De modo que, si estás enamorada o enamorado. Si lo estuviste alguna vez, o muchas. Si además hubo reciprocidad y las mariposas volaron de una panza a la otra. Si ese estado te emociona, te revitaliza y te reconecta con tu propio corazón. Y lo escuchás latiendo fuerte mientras te arreglás el cabello para encontrarte. En fin, si pudiste sentirte enamorada/o, ese es el motivo de celebración de un día como hoy.
Hoy celebremos el amor escuchando canciones. Leyendo algún texto, y extendámoslo a todos los días ¿Por qué no? Inventemos, que de eso se trata la vida.
*Directora de Lazos en juego. Contactos: www.deborablanca.com.ar. Facebook y Twitter LicDeboraBlanca Ig deborablancalj
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