Cristina Mirabelli se autodefine como ciudadana y vecina por elección de Vicente López. La reconocida historiadora local no le escapa al compromiso político ni a tomar posición sobre temas del distrito. En esta oportunidad denuncia lo que ella considera vandalizaciones en el cementerio municipal. Esta es la primera de dos notas de opinión donde la historiadora relata que visita regularmente el lugar y vio “descuido” y “depredación”. Algunas entidades, como la fundación La Alameda, con acciones en Vicente López, y agrupaciones vecinales se han referido con preocupación al tema también.
Por Cristina Mirabelli*

En mis visitas regulares, al cementerio de Olivos, he observado con gran disgusto y asombro el grado de descuido y de depredación creciente en este lugar de memoria y respeto. Que conserva los restos mortales y los homenajes dedicados con cariño a las familias de vecinos y a muchas personalidades de trayectoria nacional e internacional, que eligieron este lugar como última morada.
Allí están el Dr. Salvador Mazza, el Gral. Savio, Arturo Jauretche, los presidentes Castillo, Ortiz y Frondizi, la primera esposa de Perón, el Gral. Valle, Niní Marshall, Ángel Magaña, Florencio Parravicini, Hugo del Carril, entre muchas, muy queridas y conocidas personalidades. Hay bellas obras de arquitectura funeraria y delicados monumentos.
Todos ellos vandalizados y profanados, sustrayendo sus puertas, rejas, placas y vaciando su interior. Las Bóvedas inundadas y en estado de abandono, casi en ruinas. En muchas ciudades del mundo se han puesto en valor patrimonial estos espacios de memoria. Verdaderos centros de historia, y museos a cielo abierto, visitados por estudiosos y por turistas. Porque son sitios de gran interés y necesarios para los oportunos homenajes que sostienen nuestra historia común. Así lo he comprobado en mis participaciones en los Congresos internacionales de Cementerios Patrimoniales y temáticas afines.



“Sorprende que pase en una ciudad privilegiada por sus características singulares,
su cercanía a la ciudad capital (…)”
Sorprende que pase en una ciudad privilegiada por sus características singulares, su cercanía a la ciudad capital, los muchos medios de transporte, la calidad de vida de los vecinos que abonan altas contribuciones con las múltiples tasas que sustentan un envidiable erario municipal. Y que cuenta con importantes sitios de interés como la Residencia Presidencial, la casa de Gaspar Campos, la antigua quinta San Antonio, el Museo de los Estudios Lumiton.
Paradójicamente se abandona el cementerio municipal. El que después del de la Recoleta, es el que alberga más personalidades trascendentes de nuestra Patria.
Los reclamos al respecto son desoídos. Cada funcionario de la enorme cadena de mandos con responsabilidad, como ocurre en cualquier institución organizada, es responsable del cuidado de los bienes comunes. Que es también patrimonio privado. Ya que las bóvedas, sepulcros y tumbas han sido costeadas por los contribuyentes del municipio, que pagan regularmente sus tasas municipales por ello.
Es tiempo de que la Justicia ponga el foco en la evidente mala praxis de tantos funcionarios que no cumplen con sus deberes de “funcionario público”. Pero que cobran sueldos generosos con los aportes de los contribuyentes. Es momento de aplicar la misma vara con que se penalizan, en rápido trámite, las infracciones de los vecinos. Será Justicia.
*Historiadora, miembro de Junta de Historiadores del Camino del Bajo
JUAN JOSE PRADO
NO ES CASUAL QUE EN EPOCAS DE ELECCIONES SE PRODUZCAN SAQUEOS EN LOS CEMENTERIOS… EN ESPECIAL PARA PROVOCAR DISCUSIONES QUE OCULTEN MENDACIDADES DE POLITICOS EN CAMPAÑA. UNA FORMA DE DISVIAR LA ATENCION DEL ELECTOR.