Con la presencia de familiares de las víctimas, trabajadores, militancia peronista, referentes sindicales y dirigentes partidarios recordaron a las víctimas del fusilamiento clandestino de JL Suárez, ocurrido el 9 de junio de 1956 por parte de la dictadura militar capitaneada por el militar golpista, Pedro Eugenio Aramburu, en el marco de la represión a un sublevamiento militar fallido, encabezado por el general Juan José Valle.

El palco
En una investigación que figura en la historia fundante del periodismo investigativo, el periodista Rodolfo Walsh revela los fusilamientos clandestinos de JL Suárez, una serie de asesinatos políticos que la dictadura de 1955 perpetró en el marco de una sublevación que pudo eludir, encabezada por el general Juan José Valle el 9 de junio de 1956.
Este fin de semana en San Martín, en un monumento enclavado en la vecindad de avenida Márquez y 9 de Julio, fueron recordados los fusilados en Suárez. Carlos Lizaso, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez y Mario Brión fueron abatidos y siete sobrevivieron, lo que dio lugar al libro de Walsh: Operación Masacre.
Entre los disertantes estuvo, Berta Carranza, hija de Nicolás que lleva el nombre de su madre y tenía 2 años cuando se sucedieron los hechos, relata Walsh. Con Carranza se abre la investigación de Walsh. “Era peronista Nicolás Carranza. Y estaba prófugo.” relata el periodista en la primera parte, Las personas, primer capítulo de su libro.
Los discursos
En su carácter de presidente del Justicialismo local, estuvo Gabriel Katopodis –intendente del distrito-; y participaron el titular del peronismo bonaerense, Gustavo Menéndez; el diputado nacional, Leonardo Grosso, y otros referentes locales como Magui Gagey (consejera del Partido provincial); y el médico Héctor Lanza (concejal local)

Berta Carranza, hija de Nicolás, una de las víctimas de los fusilamiento de JL Suárez
Hubo militancia peronista –el hecho es un símbolo de integración partidaria-, representantes de sindicatos locales como la UOM, de trabajadores metalúrgicos, y la AOT, de textiles; y de la agrupación Martín Fierro, el Movimiento 26 de Julio y el Movimiento de Unidad Popular (MUP San Martín), entre otros.
Menéndez ante el público fue el que definió que “esa noche– la de 1956, los fusilados- se convirtieron en símbolos”. Luego consideró que “el legado de aquellos mártires es imposible de dejar de escucharse” amén pasan los años y habló de lo que caracterizó como “obsesión del peronismo: igualar de abajo hacia arriba”.
Katopodis fue el que inició los discursos. Destacó el compromiso de los militantes del ´56 en épocas en las que ser peronista era lisa y llanamente delito –“Se la jugaron. Sencillito” resumió el referente- y destacó: “siempre las ideas, las utopías, son más importantes que las personas” y “son las que tienen que marcar nuestro destino” exhortó.
Katopodis sostuvo que el objetivo actual del espacio político es “construir una nación más distributiva” y “una patria justa, libre y soberana”. Grosso puso de relieve que la dictadura del ´55 tuvo “el mismo proyecto de exclusión antipopular” que la actual administración. Todos coincidieron en el valor de la unidad para las elecciones de 2019.
Berta Carranza agradeció la rememoración. “Para nosotros –señaló la hija de Nicolás- “es alentador que nos acompañen. La memoria mantiene los lazos en una familia pero también en los pueblos”. La mujer leyó su intervención atenta y emocionada y rescató el lema de “memoria, verdad y justicia” como una bandera “que no vamos a arriar” advirtió.
Gustavo Camps
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